El preso de Valdemoro que se fugó en el Thyssen tenía prohibido salir de la cárcel
El director del centro penitenciario suspendió los permisos de salida ordinarios al preso apenas un mes antes de que se fugara durante una excursión al museo
El preso del centro penitenciario de Valdemoro que se fugó hace una semana durante una visita al museo Thyssen-Bornemisza, en Madrid, y cuyo paradero aún se desconoce, tenía suspendidos los permisos ordinarios de salida desde el pasado 30 de marzo. Es decir, casi un mes antes de fugarse aprovechando una excursión a la pinacoteca madrileña. Según un documento al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, el director de la prisión, José Antonio Luis de la Iglesia, «suspendió provisionalmente los permisos ordinarios al interno» después de acusarle de «manipular intencionadamente» las muestras de los análisis de droga que se le efectuaron tras regresar de su anterior permiso de salida.
El director del centro penitenciario determinó la incoación de un expediente disciplinario contra el interno, condenado por delitos de robo y al que le quedaban al menos cuatro años de condena por cumplir, y puso los hechos «en conocimiento de la autoridad judicial». «Nivel de creatinina por debajo de los rangos normales que permitan hacer un análisis de la muestra, lo que determina la incoación del expediente disciplinario por considerar que dicha muestra ha sido manipulada intencionadamente por el interno», reza el escrito firmado por el director de la prisión.
Pese a tener suspendidas provisionalmente las salidas ordinarias de la prisión, distintas fuentes penitenciarias consultadas por este periódico sostienen que sobre las 15.00 horas del 28 de abril, momentos antes de que partiese la excursión de los reclusos al museo madrileño, el centro penitenciario firmó al preso un permiso de salida «extraordinario» para que pudiese realizar la visita al Thyssen. Una expedición que pocas horas después aprovecharía para fugarse.
El preso recibió una «autorización anómala»
Una autorización que estas mismas fuentes califican de «anómala» teniendo en cuenta las circunstancias previas del preso, que cumple condena por un delito de robo en régimen de segundo grado, el más habitual dentro de un centro penitenciario. «Se tuvo que producir algún fallo en la autorización de la salida. El interno tenía suspendidos los permisos ordinarios, por tanto es absurdo darle un permiso extraordinario como es la salida terapéutica», aclaran a este diario digital.
Las mismas fuentes aseguran que un permiso extraordinario solo lo puede firmar el director de la prisión o «el mando de incidencias». Esto es el subdirector, que se queda de guardia en ausencia del máximo responsable de la cárcel. «Ese permiso tuvo que firmarse rápido, mal y tarde, de forma precipitada y sin comprobar que tenía suspendidas las salidas», insisten. Este periódico ha contactado con la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias para recabar su versión. Sin embargo, desde el organismo dependiente del Ministerio del Interior señalan que se trata de «información privativa del interno» sobre la cual no pueden informar ni hacer ninguna aclaración.
El artículo 57 del Reglamento Penitenciario establece, según refleja el documento de la suspensión, que «cuando antes de iniciarse el disfrute de permisos ordinarios o extraordinarios, se produzcan hechos que modifiquen las circunstancias que propiciaron su concesión, el director podrá suspender motivadamente, con carácter provisional, el permiso, poniéndose en conocimiento de la Autoridad Administrativa o Judicial». Una «previsión legal» por la que el centro penitenciario decidió cancelar las salidas de prisión al preso.
El relato de la fuga
La fuga se produjo durante una salida extraordinaria autorizada por la dirección de Valdemoro para que seis presos visitaran el Museo Thyssen-Bornemisza, según informó el sábado el sindicato de Agrupación de Cuerpos de Administración Penitenciaria (Acaip-UGT) en un comunicado. La visita formaba parte de una actividad psicosocial que desde hace años desarrolla la ONG Fundación Atenea Grupo GID. Se trata del Programa Ariadna, dirigido a internos con problemas de consumo de drogas que están próximos a obtener la libertad y que se encuentran en régimen semiabierto. «Con este programa se pretende que la estancia en prisión constituya un momento de cambio para el interno, de abandono de su adicción y preparación para su posterior reintegración en la sociedad», explica la ONG en su página web.
El pasado día 28 de abril, un grupo de seis presos fueron autorizados por la dirección para visitar el museo nacional Thyssen-Bornemisza. Al parecer, según el comunicado emitido por Acaip-UGT, el grupo de internos se desplazó en autobús hasta Madrid y fueron andando hasta la entrada del Museo. Entraron al Thyssen a pie, antes de iniciar la visita algunos internos entraron al servicio y cuando salieron ya faltaba su compañero. A cargo de los internos iban dos terapeutas pertenecientes a la ONG, que nada pudieron hacer para evitar la fuga del preso, según relataron otros internos, porque el evadido había salido corriendo.
Fuentes de la ONG admiten estar consternadas por la fuga y confirman que el interno había recibido un permiso extraordinario
Fuentes de la Fundación Atenea Grupo GID consultadas por THE OBJECTIVE admiten estar consternadas por la fuga y confirman que el interno evadido había recibido un permiso extraordinario para participar en la visita al Thyssen junto a un psicólogo y un trabajador social de la ONG. Nunca se les había fugado un preso a pesar de que desarrollan el Programa Ariadna desde hace años en ocho centros penitenciarios distintos de la Comunidad de Madrid y de Castilla-La Mancha. «El programa Ariadna de atención psicosocial está dirigido a personas en prisión con problemas de drogodependencias que se encuentran en tratamiento y rehabilitación cuya finalidad es apoyar a los/as internos/as en su proceso de abandono de la adicción, mejorar su calidad de vida y facilitar su reinserción social y familiar al término de su condena», explica la Fundación Atenea Grupo GID en su página web.
Piden el cese del director de Valdemoro
La fuga se produce en un momento convulso en el centro penitenciario. Como ya adelantamos en THE OBJECTIVE, los principales sindicatos de prisiones han solicitado el cese inmediato de José Antonio Luis de la Iglesia, director del Centro Penitenciario Madrid III (Valdemoro), por haber acusado sin pruebas a cuatro funcionarios de los delitos de banda organizada, tráfico de drogas, cohecho prevaricación y omisión del deber.
La dirección de la prisión les implicó en la fuga de dos presos y presentó cargos por presuntos delitos de tráfico de drogas por los que tres de los funcionarios pasaron cuatro meses y medio encarcelados. Sin embargo, los cuatro quedaron absueltos el pasado 22 de marzo después de que la Guardia Civil, la Fiscalía y los juzgados de Instrucción número 4 y 7 de Valdemoro concluyeran que no había pruebas que acreditasen los delitos que la dirección de la cárcel les imputaba.