Más medios pero menos influencia: los riesgos del liderazgo «blando» de Yolanda Díaz
La ministra goza del apoyo en la sombra de la Moncloa, pero Sánchez la ningunea más que a Iglesias y deriva a Bolaños los asuntos espinosos
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, goza de más apoyos en la Moncloa que su antecesor Pablo Iglesias. Pero ejerce menos influencia sobre el presidente del Gobierno. Fuentes parlamentaria de Unidas Podemos empiezan a hacer balance de un año bajo el liderazgo de Díaz. Un liderazgo que, según algunos, es demasiado «blando«. Significa, en opinión de las fuentes consultadas, que al evitar enfrentarse directamente a Pedro Sánchez, y al mismo tiempo retrasando el choque definitivo con el núcleo duro de Podemos, Díaz no está logrando difundir un perfil político muy claro.
La comparación con Iglesias es inevitable. El líder morado tuvo un papel activo en la operación que llevó a Sánchez a ganar la moción de censura contra Mariano Rajoy. Después, dio un giro al planteamiento maximalista de su partido para afianzar un giro hacia la coalición con los socialistas. Aunque debilitado en los números parlamentarios, centró su estrategia en crear un bloque de acción con los nacionalistas (ERC y Bildu).
Ese plan hizo que Sánchez rectificara, por ejemplo, su plan de contar con Ciudadanos para los primeros presupuestos de esta legislatura. Pero ahora Díaz está dinamitando este proyecto, tal y como desveló este diario. La ministra quiere alejarse de los nacionalistas y renovar su propuesta sobre bases muy diferentes de las de Iglesias. «Bildu y ERC están muy enfadados porque se sienten traicionados: antes contaban con Iglesias en el Consejo de Ministros defendiendo sus exigencias, ahora deben actuar solo amenazando cada vez con hacer caer la legislatura», explican fuentes de Unidas Podemos.
El ‘comodín Bolaños’
Un año después de ocupar la vicepresidencia, Iglesias decidió salir del Ejecutivo. Pero pinchó en las elecciones autonómicas madrileñas. Nombró entonces a Díaz como sucesora, para convertirla en un títere del tándem Montero-Belarra. Díaz supo librarse de esa pinza, pero acabó modificando sus relaciones con el presidente del Gobierno. Actualmente goza de un respaldo activo de la Moncloa, que le permite tener casi siempre una buena acogida en los medios de comunicación. Pero según las fuentes consultadas, «Sánchez ha cambiado de actitud hacia ella».
Fuentes parlamentarias y gubernamentales sostienen que el modus operandi de Sánchez ante una crisis con el frente morado ya no es el mismo que en la época de Iglesias. Ya no existen los maitines, es decir, aquella reuniones que permitían organizar o intentar coordinar las agendas de los socialistas y los morados. «Eran encuentros muy útiles», aseguran desde Podemos.
La salida de Iván Redondo, además, ha enfriado la poca conexión con Podemos. Los nuevos estrategas de Sánchez, liderados por Óscar López, tienen un perfil mucho más duro con Podemos que Redondo. Y eso se traduce en un enfriamiento de las relaciones entre el presidente y las ministras moradas.
El casi ninguneo de Sánchez
Díaz debería ejercer de puente entre ambos sectores, pero lo cierto es que cada vez se dan más negociaciones a tres bandas, y a una falta general de transparencia y comunicación que amenaza seriamente con dinamitar el Ejecutivo. El problema es que Díaz no asusta a Sánchez como lo hacía Iglesias. De ello están seguros en el partido morado, donde a menudo han pedido a la gallega enfrentarse al presidente. Sin embargo, ella se ha decantado por defender el líder del Ejecutivo, ampliando la brecha interna en Unidas Podemos.
«No se puede hablar de ninguneo de Sánchez a Díaz, pero es algo parecido. Cuando antes había una crisis, Sánchez llamaba a Iglesias y le pedía que fuera a la Moncloa a resolver el problema. Ahora, en cambio, envía a Bolaños», resumen fuentes de Unidas Podemos. Se trata de un «cambio de actitud» del presidente del Gobierno que para algunas fuentes colinda con elementos «machistas». «Sánchez ha ofrecido a Díaz una cobertura mediática que Iglesias no tenía, pero la respeta menos», zanjan otras fuentes más afines al exlíder morado.
Los partidarios de Díaz, sin embargo, centran el tiro en Podemos y en sus maniobras para debilitar un liderazgo en construcción de la gallega. Esa guerra fría ha obligado a Díaz a acercarse a la Moncloa, para buscar por la vía de los hechos su protección. Aunque también los defensores de la ministra gallega admiten que falta todavía para consolidar su liderazgo. Si bien advierten de que Díaz tiene un estilo medido y educado en las formas, pero duro en el fondo. «Yolanda es una muy hábil negociadora, pero con guante blanco«, advierten.