El Gobierno prepara una respuesta «firme» a Argelia en defensa de las empresas españolas
Albares subraya que el flujo de gas argelino no ha sufrido «ningún inconveniente» tras la congelación del comercio exterior entre ambos países
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha anunciado este jueves que el Ejecutivo está analizando el «alcance práctico» de las consecuencias de la decisión del Gobierno argelino de congelar todas las transacciones de comercio exterior con España y que dará una respuesta «serena, constructiva pero también firme en defensa de los intereses de las empresas españolas».
El jefe de la diplomacia ha subrayado que el flujo de gas proveniente de Argelia no ha sufrido «ningún inconveniente» y que tampoco existe «ninguna dificultad» en el bombeo hacia España, según han transmitido las empresas españolas del sector energético al Ejecutivo de Pedro Sánchez.
Albares también ha asegurado que el Gobierno quiere mantener las «mejores relaciones» con Argelia, después de que el país magrebí anunciara el miércoles que suspende el Tratado de Amistad y ordenara congelar las operaciones de comercio exterior con España a partir de este jueves.
En este sentido, ha reiterado la «adhesión» española al contenido y los principios del citado tratado firmado hace 20 años durante el Gobierno de José María Aznar. El ministro ha recordado que dicho acuerdo bilateral, que ahora está en suspenso, establece «la igualdad en la soberanía» y «la no injerencia en los asuntos internos» de la otra parte.
El PP critica el «inexplicable volantazo»
Este miércoles, Argelia anunció que rompía el Tratado de Amistad con España, pocas horas después de que el presidente del Gobierno se reafirmara en el pleno del Congreso en su giro de posición con respecto al Sáhara Occidental. Además, Argelia ha congelado todas las operaciones de comercio exterior con España tras la ruptura del tratado.
La reacción de Albares se produce después de que el vicesecretario de Institucional del PP, Esteban González Pons, haya advertido este jueves de las «humillantes consecuencias» que está teniendo para España el «inexplicable volantazo» que ha dado Sánchez con respecto al Magreb. Por eso, le ha urgido a aclarar si la información que le robaron de su dispositivo móvil «condicionó su errática actuación» en este caso.
Sin embargo, el presidente del Gobierno descartó este miércoles en el pleno que el cambio de posición respecto al Sáhara esté relacionado con el espionaje con el programa Pegasus al que fue sometido su móvil, asegurando además que no tiene «ningún problema» al respecto.
El momento en que se produjo el espionaje, en el punto álgido de la crisis diplomática con Marruecos y en plena entrada masiva de migrantes en Ceuta, ha generado especulaciones con que Rabat estuviera detrás e incluso, desde algunos grupos parlamentarios se ha planteado que la información obtenida haya podido ser empleada para presionar al Gobierno y que apoyara el plan de autonomía marroquí para el Sáhara.
En este sentido, y dirigiéndose al portavoz del PNV, Aitor Esteban, que verbalizó esta cuestión durante el pleno en el Congreso en el que Sánchez compareció para explicar su decisión, le aseguró que podía estar «tranquilo» al respecto. «A diferencia de otros presidentes no tengo ningún problema con mi móvil», subrayó el jefe del Ejecutivo.