THE OBJECTIVE
El buzón secreto

Así nos espía Marruecos: el Gobierno no les pone coto

Meter Pegasus en el móvil de Sánchez o humillar a Aznar, algunos de sus ataques

Así nos espía Marruecos: el Gobierno no les pone coto

Pedro Sánchez y el rey Mohamed VI de Marruecos en un encuentro. | Europa Press

La pregunta retórica me la formulaba en una conversación distendida un amigo del mundo de la inteligencia. Hablábamos de cómo Marruecos se había saltado una norma no escrita entre países amigos y había espiado al presidente Pedro Sánchez y a varios de sus ministros en un gesto totalmente inamistoso. ¿Ha expulsado el Gobierno o, al menos, ha adoptado alguna medida de castigo contra el delegado en España de la Dirección General de Estudios y Documentación (DGED), con sede en su embajada en Madrid?

Las relaciones entre los servicios de inteligencia de España y Marruecos siempre han sido complicadas, como las relaciones entre sus mandatarios políticos. Los vecinos de la otra orilla siempre pelean por conseguir más concesiones políticas y lo hacen con cualquier arma a su alcance, con cualquiera. Saben que desde la llegada de la democracia las autoridades españolas son poco dadas a tomar medidas duras cuando se pasan de la raya.

La venganza de Marruecos contra Aznar

Si no que se lo pregunten a José María Aznar. Durante el año 2008 se supo que la ministra de Justicia francesa, Rachida Dati, estaba embarazada pero se desconocía quién sería el padre de la criatura. Los mentideros especulaban y especulaban, pero el nombre de los supuestos candidatos no aparecían. Hasta que en el mes de septiembre el diario L’Observateur du Maroc aseguró que el padre era el expresidente Aznar. Este lo desmintió rotundamente, pero alguna gente no le creyó.

Tiempo después se descubrió que el director de ese diario, Ahmed Charai, colaboraba con la DGED y había participado en la compra de periodistas estadounidenses, británicos y franceses con la intención de que publicaran noticias que relacionaban al Frente Polisario con el terrorismo yihadista. Los expertos confirmaron entonces sus sospechas de que la noticia sobre la relación Datri-Aznar era un invento promovido por Yassine Mansouri, el director de la DGED, colocado al mando en el espionaje exterior por el rey Mohamed VI, que compartió con él pupitre en el colegio y de quien depende directamente. El motivo no era otro que la humillación a la que Aznar sometió al rey en julio de 2002 después de que ordenara invadir la isla de Perejil en un momento en el que Estados Unidos, con Bush, estaba más cerca de España que de Marruecos. Esta manipulación no tuvo consecuencias para Marruecos.

El jefe del espionaje marroquí y el genocidio

Por cierto, Mansouri se convirtió en 2007 en objetivo del juez Baltasar Garzón, todavía en la Audiencia Nacional. Se consideró competente para investigar el genocidio de opositores saharauis por parte de trece altos cargos marroquíes, uno de ellos el director de la DGED. En este caso, el entonces director del CNI, Alberto Saiz, se volcó en frenar la acción para no disgustar a su colega marroquí, que salió indemne.

Tampoco tuvo repercusión en las relaciones bilaterales el empeño del CNI en 2013 para que el Gobierno expulsara de España al presidente de la Unión de Centros Culturales Islámicos de Cataluña, Noureddin Ziani. Los espías españoles le habían dejado actuar a pesar de saber que todos los meses cobraba de la DGED. Pero no pudo hacer la vista gorda cuando estableció relaciones demasiado cordiales con Convergencia Democrática de Cataluña que deseaba que se implicara en ganar el voto de las comunidades islámicas para el independentismo. Una intromisión gravísima de Marruecos en un problema interno español. Expulsado y ya está.

Junto a estos casos más cercanos, hay otros antiguos que constatan el permanente esfuerzo marroquí por espiarnos. Por recordar solo uno, en 1990 se descubrió que su espionaje tenía un topo en el Ministerio de Asuntos Exteriores. Se supo porque alguien filtró el contenido de una reunión secreta entre el ministro Francisco Fernández Ordoñez y el responsable de Relaciones Exteriores del Frente Polisario, Bachir Mustafá Sayyed.

Como decía al principio, nadie ha puesto freno a las acciones agresivas de Marruecos. Ni siquiera ha habido una filtración del malestar español contra la DGED, algo que sí hizo el ejecutivo francés de Macron cuando los mismo espías de Mansouri les colocaron Pegasus.

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