Arrimadas se encastilla y ofrece cambiar el nombre de Ciudadanos como revulsivo
Descarta dimisiones en la cúpula o convocar un congreso. Ofrece una «renovación profunda» dirigida por la dirección y que sea «refrendada» por los afiliados
La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, no dimite ni convocará un congreso extraordinario como le pidieron este lunes dirigentes de la formación naranja tras el batacazo del partido en Andalucía. El revulsivo que prepara con su núcleo duro es una «renovación profunda» en la que se aborde el cambio de nombre del partido de cara al ciclo electoral de 2023 ya que la marca está «desgastada». Ese proceso será «participativo» con las bases y abierto a la sociedad civil, y culminará con la novedad de una consulta a la militancia para su refrendo, según explicó en una entrevista en Onda Cero.
Arrimadas dijo sentirse «muy triste» por la debacle del 19-J y lamentó las voces que piden cambios en la cúpula ante la sucesión de derrotas. «A veces una dimisión no es suficiente y se piden 25», se quejó tras el paso dado el domingo por el candidato a las andaluzas, Juan Marín. También recordó que en los otros partidos que salieron malparados de las andaluzas no ha habido ninguna dimisión o cese.
Previamente, hubo voces a lo largo de la jornada que se alzaron tras la debacle del 19-J exigiendo cambios. Las más notables fueron las de los líderes autonómicos en Extremadura y Canarias, David Salazar y Enrique Arriaga, junto con dos exdirigentes que mantienen su tirón entre las bases como son el exvicepresidente madrileño Ignacio Aguado y la exconsejera y candidata a la presidencia en la moción de censura de Murcia, Ana Martínez Vidal.
Aguado fue muy contundente en su petición al exigir la dimisión «inmediata» de toda la Ejecutiva que dirige Arrimadas, la convocatoria de un congreso extraordinario «urgente» y la conformación de una gestora hasta su celebración. «No hay otro camino, salvo la extinción», dejó claro en un mensaje que sacudió a muchos de sus compañeros pues desde la debacle del 4-M de hace un año había guardado un exquisito silencio sobre el devenir de la formación naranja.
Por su parte, Martínez Vidal pidió directamente la «refundación» del partido: «Con nuestra desaparición en Andalucía ha llegado el momento de tomar decisiones de calado a nivel ideológico y orgánico. La única opción que nos queda a los que amamos este proyecto liberal es la refundación», señaló en la noche del domingo. A media tarde del lunes insistió en el que «urge volver a ilusionar» a la gente tras el «nefasto» resultado en la vecina Andalucía.
Desde Asturias hubo un movimiento insurreccional que dio la sensación de estar muy extendido. El secretario de Organización en el Principado, Sergio García, lanzó un mensaje en las redes que fue respaldado tanto por la portavoz parlamentaria, Susana Fernández, como por la cuenta oficial del partido en esta región.
También hubo varios eurodiputados -concretamente José Ramón Bauzá, Adrián Vázquez y Soraya Rodríguez– que reclamaron abordar internamente la delicada situación de Ciudadanos. El primero pidió un debate «sincero y profundo» para «saber por qué, por quién y cómo recuperar» los 21 escaños que se han dejado en Andalucía. «El espacio existe. A por él», retó a sus compañeros ante los comicios que se avecinan el próximo año.
Rodríguez abogó por hacer una «reflexión» interna en Ciudadanos ante el «terremoto sociológico» en Andalucía, mientras que Vázquez lanzó el siguiente mensaje: «Como partido debemos replantearnos muchas cosas». Sin embargo, el también eurodiputado Jordi Cañas y miembro del núcleo duro de Arrimadas eludió la autocrítica y evitó exigir responsabilidades.
Arrimadas no se dio por aludida y dejó claro que quiere «seguir tirando del carro» de Ciudadanos. «Lo fácil es tirar la toalla», reconoció antes de subrayar para demostrar su compromiso e implicación con el partido que en cada nacimiento de sus dos hijos solo se tomó las primeras seis semanas de baja por maternidad.
Bauzá y Arriaga forman parte del Comité Ejecutivo que se reunirá el próximo lunes para analizar la desaparición en Andalucía. No son los únicos que podrían tomar la palabra para advertir del peligro que corre Ciudadanos. «La situación es insostenible, insoportable. Existe un clamor entre muchos alcaldes y militantes en que lo mejor es la dimisión de Arrimadas», confiesa a THE OBJECTIVE otro miembro de la denominada Ejecutiva ampliada de Cs.
«Es alucinante. Nadie pide nada en público», afirma resignada otra representante de este órgano interno de Cs en el que comienzan a verse grietas. «Da la sensación de que nadie quiere llevar el barco» de la formación centrista, añade bajo condición de anonimato. Varios dirigentes critican en privado que Marín saliese solo ante los medios en la noche electoral del 19-J cuando en Sevilla estaban la secretaria general, Marina Bravo, y los dos vicesecretarios de Arrimadas, Edmundo Bal y Daniel Pérez.
Arrimadas descarta cambios en la dirección
Tanto Bal como Pérez fueron los que dieron la cara este lunes al término de la reunión del Comité Permanente que convocó Arrimadas. El coordinador autonómico en Aragón admitió que el resultado del 19-J fue «malo e inesperado» para la formación naranja. «Nos ha sorprendido muy negativamente. Algo no estamos haciendo bien y tenemos que hablar y reflexionar», prosiguió Pérez. Pero cuando se le preguntó por cambios en la dirección nacional, descartó tal posibilidad.
«No hemos hablado en absoluto de eso, ni es el momento de planteárselo. Llevamos dos años sin poder coger el ritmo a los pedales, aunque no se trata de poner excusas. Es una travesía del desierto que acaba cuando tiene que acabar, pero no estamos planteando, en absoluto, cambios en la dirección», dejó claro Pérez.
Por si no quedó claro, el líder de Cs Aragón insistió en que el equipo dirigente tiene «proyecto, ganas y la presidenta (Arrimadas) está fuerte» tras la debacle andaluza. La única concesión es la idea de cambiar el nombre del partido. «La marca está claro que está tocada, hace tiempo que lo está. La etapa Arrimadas nace tras un gran batacazo electoral que este partido sufre en noviembre de 2019, cuando Ciudadanos no estaba en la UCI sino en la sala de autopsias», hizo hincapié.
Bal descarta la refundación de Ciudadanos
A pesar de que la murciana Martínez Vidal reclamó una «refundación» del partido, tal posibilidad fue descartada de plano por Edmundo Bal. «Hay voces que no nos dicen sobre lo que quieren con esa refundación. A mí no me gusta nada esa palabra, es cambiar un partido y convertirlo en otro nuevo. Alguien utiliza esa palabra como una especie de mantra, de talismán, una especie de bálsamo de Fierabrás para curar todos los males, como si la situación que vive nuestro partido se solucionará con la palabra refundación. Pues no», enfatizó el portavoz adjunto de Cs en el Congreso de los Diputados.
«Tenemos en marcha un plan de reactivación de la marca del partido desde hace unos meses», reiteró Bal. «Tenemos a las cabezas pensantes más brillantes de nuestro partido pensando en ello, que nadie se crea que estamos aquí de brazos cruzados. Estamos trabajando para reactivar, no para refundar, nuestra marca y nuestro proyecto liberal en España», concluyó la ‘mano derecha’ de Arrimadas.
La formación centrista ha introducido en los últimos meses el término ‘Liberales’ en la mayoría de actos públicos del partido a la par que escondía las siglas de Cs, si bien un cambio de nombre requeriría pasar por un congreso que es lo que, precisamente, quiere evitar la dirección actual para no abrir el melón de una eventual sucesión de Arrimadas al frente de la formación naranja.
Entre tanto, el goteo de bajas del partido no termina de cesar. Este lunes fue el turno de Carmen de Rivera, histórica diputada naranja en Cataluña -estuvo en el Parlament durante cinco legislaturas-y que en los últimos años formaba parte de la corriente crítica de Renovadores. «Ciudadanos ya no existe, hasta siempre», dijo en su despedida a modo de epitafio.