Imputan a un mosso por filtrar información reservada a un asesor de Puigdemont
En concreto, Alay mantuvo una conversación con el policía en la que le pidió que comprobara si se mantenía efectivo el control específico que había contra él
El juez del ‘caso Volhov’ ha citado como investigados al jefe de la oficina del expresident Carles Puigdemont, Josep Lluís Alay, y a un agente de los Mossos d’Esquadra, ante la sospecha de que el policía le filtró información reservada, antes de un viaje, descartando que le controlaran.
Según han informado a Efe fuentes judiciales, el titular del juzgado de instrucción número 1 de Barcelona ha citado como investigados para el próximo mes de julio a Alay y al agente de los Mossos Xavier M., después de que la Guardia Civil advirtiera en un informe de que podrían haber incurrido en un delito de revelación de secretos.
El juez abrió una pieza separada, después de que la Guardia Civil, al analizar los mensajes de teléfono de Alay -que fue detenido en el marco del caso Volhov en octubre de 2020-, alertara sobre un supuesto uso de información reservada al acceder el mosso a los ficheros policiales para darle información al asesor de Puigdemont sobre la existencia o no de requisitorias y controles específicos en su contra.
En concreto, Alay mantuvo el 17 de julio de 2020 una conversación con el mosso en la que, antes de hacer un viaje que tenía programado, le pidió que comprobara si se mantenía efectivo el control específico que había contra él, tras su detención e imputación en el ‘caso Volhov’ en octubre de 2020.
Según la Guardia Civil, el hecho de que Alay le preguntara al mosso por estos controles demuestra que el asesor de Puigdemont tenía conocimiento «porque alguien se lo debe haber dicho» de que existían este tipo de requisitorias dictadas por interés policial o judicial, por lo que no sería la primera vez que recibía este tipo de información sensible.
El agente le remitió a Alay un pantallazo, que según la Guardia Civil parecía ser de una base policial, ya que figuraba el número utilizado por los Mossos para asignarlos a los expedientes policiales, confirmando que no tenía requisitorias pendientes.
En su informe remitido al juez, la Guardia Civil apuntaba a que el mosso ahora investigado podía prestar también servicios de seguridad a Puigdemont en Waterloo, ya que varias conversaciones le sitúan en la casa del expresidente catalán en Bélgica.
Según la Guardia Civil, de los mensajes intervenidos entre Alay y el mosso se desprende un uso de información reservada, mediante el acceso a ficheros policiales para facilitar información al asesor de Puigdemont sobre la existencia o no de requisitorias en su contra, «para sustraerse de la acción de la Justicia», lo que podría constituir un delito de revelación de secretos.
De hecho, según el informe del instituto armado, el mosso era «totalmente conocedor» de lo que suponía revelar esta «información sensible», ya que le pidió a Alay que no le pasara a nadie el pantallazo y le insistió que él «no le había dicho nada».