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El pacto con Marruecos no aplaca la presión migratoria: Melilla registra cifras récord en 2022

Las llegadas irregulares registradas en la ciudad autónoma hasta la fecha (1.087) solo fueron superadas en 2014, cuando 2.069 inmigrantes entraron a España

El pacto con Marruecos no aplaca la presión migratoria: Melilla registra cifras récord en 2022

Cientos de migrantes saltaron la valla de Melilla el pasado viernes | Europa Press

El asalto masivo a la valla fronteriza de Melilla del pasado viernes, tras el que entraron a España 133 subsaharianos, supone un nuevo récord en la llegada de inmigrantes a la ciudad autónoma. Cuando todavía no hemos superado el ecuador de 2022, la ciudad autónoma ha rebasado el millar de entradas irregulares, en concreto 1.087. Lo que, según datos del Ministerio del Interior, supone que este curso tiene la cifra más alta de los últimos ocho años; y evidencia que el nuevo entendimiento entre Madrid y Rabat tras el giro del Sáhara Occidental no ha arrojado todavía ningún impacto positivo en los flujos migratorios procedentes del norte de África hacia España.

El dato registrado de inmigrantes que han accedido a territorio español a través de la ciudad autónoma hasta la fecha solo fue superado en 2014 —si se tienen en cuenta las estadísticas anuales de la última década— cuando fueron 2.069 los inmigrantes que saltaron la valla fronteriza. Seguido de 2021, con 950 entradas. En cualquier caso, si se establece una comparativa hasta junio, respecto al pasado año, la inmigración por esta frontera ha aumentado en un 129%, siempre en base a los datos del departamento dirigido por Fernando Grande-Marlaska. 

Apenas habían pasado tres meses del último salto al perímetro fronterizo en Melilla, cuando cerca de 2.000 personas trataron de repetirlo el pasado viernes. A principios de marzo, alrededor de 2.500 inmigrantes, todos ellos de origen subsahariano, intentaron superar la valla de la ciudad autónoma, en el asalto más multitudinario de la última década. Finalmente, lograron entrar al país unos 500, según informó la Delegación del Gobierno.

37 muertos

En las dos últimas oleadas, fuentes policiales destacan la inusual violencia y organización con la que estos ciudadanos se han empleado para superar el vallado. Armados con palos, piedras e incluso garfios, su intento por llegar a España el pasado marzo dejó decenas de heridos tanto en el caso de inmigrantes como en el de los guardias civiles, con apenas medios para hacer frente a las técnicas empleadas por quienes intentan saltar, según denuncian las asociaciones profesionales. 

El pasado viernes, en cambio, las consecuencias terminaron por ser letales en el lado marroquí. En su afán por por llegar a Melilla, 37 inmigrantes murieron, según datos de las ONG, tras enfrentarse a los policías marroquíes. Se cree que bien fue en un momento de estampida de la masa, o bien tras caer cuando estaban escalando la valla. El balance del enfrentamiento dejó también a 70 subsaharianos heridos, y 140 entre los policías marroquíes. 

En el lado español, decenas de agentes e inmigrantes también resultaban heridos en una jornada en la que el Gobierno evitó condenar las muertes al otro lado de la valla y alabó la intervención tanto de las fuerzas de seguridad españoles como marroquíes, a las que agradeció su actuación por impedir un asalto masivo. Todo ello pese a que en las últimas horas había trascendido un vídeo en el que los gendarmes del país vecino pegaban a los inmigrantes y otro en el que los mantenían hacinados y en pésimas condiciones tras haber sido detenidos.

Silencio en el Gobierno

Cinco días después del ‘viernes negro’, tal y como lo califican algunas oenegés, entre críticas de sus socios de Gobierno, oposición y distintas organizaciones que censuraban la actuación de Marruecos, el presidente Pedro Sánchez se veía obligado este miércoles a recular en sus palabras y tildó las muertes de «tragedia» excusándose en que «no había visto las imágenes antes de hacer esa declaración». 

No obstante, evitó criticar la actuación policial marroquí y culpó del asalto migratorio a las «mafias internacionales», mientras que Rabat responsabilizaba directamente del asalto a Argelia, asegurando que los inmigrantes habían sido dirigidos por «milicianos experimentados» infiltrados a través de la frontera. Poco antes de la intervención del líder del Ejecutivo, la Fiscalía General del Estado encargaba una investigación para esclarecer los hechos registrados en la valla fronteriza, en la que, según el Ministerio Público, han podido verse afectados los derechos humanos y derechos fundamentales de las personas. 

Ceuta, Melilla y la OTAN

Ahora, sin embargo, la atención está puesta en la cumbre de la OTAN, que se celebra en la capital española hasta este jueves. Un cónclave en el que se debate la inclusión en su estrategia para la próxima década «la soberanía e integridad territorial de todos los países miembros». Lo que en la práctica significaría la protección frente a posibles conflictos de las ciudades españolas de Ceuta y Melilla, en el continente africano. Una de las razones, según admitió el propio presidente del Gobierno, por las que España apoyó el plan de independencia marroquí para el Sáhara Occidental, en un giro histórico para el país, fue para «mantener la integridad» de las dos ciudades autónomas.

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