THE OBJECTIVE
LAS CIFRAS OFICIALES, AL DESCUBIERTO

El Gobierno reconoce por primera vez que las madres matan a sus hijos tanto como los padres

El Ministerio de Justicia admite que 26 mujeres han asesinado a sus hijos desde 2007, frente a 24 hombres, a pregunta de una senadora del Partido Popular

El Gobierno reconoce por primera vez que las madres matan a sus hijos tanto como los padres

La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, junto a la ministra de Igualdad, Irene Montero. | Europa press

26 menores han sido asesinados por sus madres desde 2007, mientras que 24 padres han acabado con la vida de sus descendientes. En total, 50 filicidios acreditados por sentencia firme en los últimos 15 años en España. Así lo ha admitido por primera vez el Ministerio de Justicia que dirige Pilar Llop a pregunta de la senadora del Partido Popular Cristina Ayala. Los datos, que hasta ahora han sido sistemáticamente ocultados, chocan con el argumentario del Gobierno de coalición que mantiene PSOE y Unidas Podemos, que sostiene públicamente que este tipo de violencia procede sobre todo de los progenitores masculinos.

La cifra supone una novedad radical. Y es que el Ministerio de Igualdad, a través de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, contabiliza con precisión los crímenes cometidos por los padres contra sus hijos, pero se desentiende de éstos cuando son cometidos por mujeres. En este sentido, el año pasado resaltó que siete niños fueron asesinados a manos de sus padres en un informe en el que era imposible encontrar el dato relativo al otro sexo. No se encontraba.

Este silencio fue el que motivó a la senadora Cristina Ayala a solicitar al Gobierno, mediante una pregunta escrita a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, el «número de progenitores que han asesinado a sus hijos en los últimos quince años», especificando cuántos han sido cometidos por mujeres y cuántos por varones.

«Tenía curiosidad por conocer los datos reales, porque cuando se habla de niños asesinados por uno de sus padres estamos acostumbrados a que se identifique al asesino exclusivamente con el progenitor masculino», relata la senadora popular a este medio. No remitió la cuestión a ningún tentáculo del Ejecutivo en concreto, esperando que el Ministerio aludido, el tesorero de esta información, despejara la incógnita. No hubo respuesta de la ministra de Igualdad, Irene Montero, paradójicamente.

Sí la obtuvo —la respuesta— por parte del Ministerio del Interior, que se limitó a defender que el Sistema Estadístico de Criminalidad «no dispone de variables estadísticas que puedan ofrecer respuesta específica a lo requerido en la presente iniciativa». Tres días más tarde, eso sí, llegó una reveladora tabla elaborada por el Ministerio de Justicia en la que se especifica «el número de condenados/as por sentencia firme por asesinato de hijo/a desde el año 2007 hasta la fecha (datos a 19 de mayo de 2022)». 50 filicidios. 24 cometidos por varones… y 26 por mujeres.

Este dato, que aún no ha sido facilitado a la opinión pública por parte del Gobierno, vendría a desmontar el discurso que asevera que la mayor parte de filicidios tienen que ver con la violencia vicaria, que es como se refiere la izquierda política y mediática a la violencia que ejerce un varón contra los allegados de una mujer para causarle el mayor dolor posible. Este análisis es criticado por muchos expertos que consideran que así se aleja el foco de quienes son las verdaderas víctimas del filicidio: los niños.

El término, cuyo único sustento científico es el haber sido preconizado por la psicóloga argentina Sonia Vaccaro, quiere ser incorporado por PSOE y Unidas Podemos en la Ley Integral de Violencia de Género. El concepto caló en el imaginario colectivo tras el caso de Olivia y Anna, las menores que desaparecieron en Tenerife en abril de 2021 después de que su padre dijera a su expareja que jamás volvería a verlas. Tras semanas de búsqueda, el cadáver de una de las pequeñas fue hallado en el fondo del océano. Un terrible crimen que, sin embargo, no sería la tónica general dentro de este tipo específico de violencia.

La senadora Cristina Ayala concluye, con los primeros datos oficiales ya en la mano, «que lo que habitualmente se llama ‘violencia vicaria’, se comete en número muy similar por hombres y mujeres. Y que, quizás, ‘filicidio por venganza’, sería un término mucho más ajustado a la realidad». Sea como fuere, estos números podrían ayudar a que «trascienda la realidad de que hay padres malos y madres malas que asesinan a sus hijos para vengarse de sus parejas», zanja.

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