'Onda Cero' prescinde de Arcadi Espada tras publicar un artículo crítico con 'La Sexta'
El periodista señalaba al presentador por dar eco a las «falsedades» vertidas en torno al exvicepresidente Pablo Iglesias
El periodista y escritor Arcadi Espada no colaborará más con la emisora Onda Cero tras la decisión de la cadena de prescindir de sus servicios. Lo hace una semana después de la publicación de una columna en la que criticaba las prácticas del presentador de televisión y director de La Sexta, Antonio García Ferreras, quien difundió una información sobre el vicepresidente del Gobierno y líder de Podemos, Pablo Iglesias, a pesar de conocer que era falsa (algo que reconocería al propio excomisario José Manuel Villarejo y que ha podido conocerse tras la filtración de varias grabaciones).
Espada ha comunicado su despido en una columna del diario El Mundo, que bajo la locución latina Post hoc ergo propter hoc (A causa de esto) describe cómo el director de informativos de la emisora, Julián Cabrera, le ha comunicado la decisión de prescindir de sus colaboraciones presentes como tertuliano en el programa Más de uno (dirigido por Carlos Alsina) y de las futuras en el programa La Brújula, que a partir de septiembre estará bajo la batuta de Rafa Latorre y con el que ya se había acordado una sección propia para el veterano periodista.
Onda Cero y La Sexta comparten el mismo grupo mediático, Atresmedia, que cuenta con 11 canales de televisión y 15 empresas en su haber. La crítica al Ferreras se da al tiempo de este despido, del que la emisora aún no se ha pronunciado.
Espada y el «talludo becario» Ferreras
El columnista había reprochado a García Ferreras su actuación acerca de unas informaciones sobre Pablo Iglesias. En unos audios en los que conversa con el excomisario Villarejo, Ferreras asegura que el director del medio Okdiario, Eduardo Inda (habitual colaborador de sus programas, le ha trasladado una serie de informaciones acerca de una supuesta cuenta del exlíder de Podemos en Granadinas a nombre de su madre en la que el Gobierno de Venezuela iba realizando una serie de ingresos.
El director de La Sexta señala que esta noticia le resultaba «burda» e incluso duda de la veracidad de la misma, pero que a pesar de ello la daría en su programa, el conocido magazine Al rojo vivo.
«A este locutor Ferreras le viene un día su socio Inda con una de sus basuras convencionales -una cuenta bancaria a nombre de la madre de Pablo Iglesias en la que Nicolás Maduro iba depositando sus óbolos- y decide airearla en su programa de La Sexta, consciente del carácter burdo -tosco, basto, grosero- de la información. A mí que me registren, se le oye pensar. La información la ha publicado Ok Corral, por lo tanto yo me limito a dar cuenta de que existe», describió Espada en su columna, en la que posteriormente llegaría a señalar otras mentiras y errores de Ferreras, como mentir siendo consciente o ser un colaborador «del extravío moral y profesional del periodismo».
El texto del columnista cerraría acusando al presentador de tratar de hacer comparecer la verdad y mentira en pie de igualdad, lo que tacha como «una de las más deplorables —y tradicionales— prácticas del periodismo».
«Pretender, como nuestro locutor pretende, que la comparecencia de Iglesias le confiera neutralidad (newtralidad, sí, toda) es una prueba más del extravío moral y profesional del periodismo corriente. Pero no hay que perder la esperanza. Nuestro locutor ha dicho, con gran pompa, que ha aprendido la lección y que nunca más dará crédito a un burdo rumor. Hoy la ha aprendido hoy. Frisando los 56 años, nuestro talludo becario», zanjaba el veterano periodista.
El texto de la mañana del miércoles en el que comunica su despedida cierra con una crítica velada a la emisora por esta decisión. Aprovechando la que habría sido la sintonía de su colaboración con el nuevo presentador de la tarde, Espada se despide comparando la música y la vida: «Latorre y yo habíamos ideado un espacio diario que iba a llamarse La boa vida, porque la sintonía del programa era la insurgente chacona de Perrate; y también por el carácter de reptil que la vida adopta tantas veces».