La Policía desconfía de los pinchazos en bares: no hay sustancias tóxicas ni delitos sexuales
Cerca de 40 mujeres han denunciado ser víctimas de esta presunta sumisión química en el mes de julio. Los análisis toxicológicos sin embargo no revelan sustancia alguna tras las inoculaciones
Los casos no han dejado de aumentar desde principios de julio, pero por ahora las fuerzas de seguridad tanto nacionales como autonómicas no ven recorrido en las cerca de 40 denuncias que han presentado distintas mujeres tras haber sido víctimas de presunta sumisión química a través de pinchazos en discotecas o recintos festivos. Las razones, según deslizan las distintas fuentes policiales consultadas por THE OBJECTIVE, es que en ningún caso se han hallado restos de inoculación de sustancias tóxicas y tampoco ha habido otras circunstancias añadidas a ese supuesto pinchazo. Es decir, delitos contra la libertad sexual o de cualquier otro tipo.
Las autoridades siguen investigando qué y quién ha podido estar detrás de estos episodios. Sin embargo, piden a los ciudadanos no caer en alarmismo habida cuenta de que los casos registrados hasta ahora han revelado pocas certezas a las pesquisas que siguen Policía Nacional, Guardia Civil, Ertzaintza y Mossos d’Esquadra.
El relato de las denunciantes, precisan las mismas fuentes, es similar. La víctimas, de entre 20 y 30 años, sienten un pinchazo en alguna parte de su cuerpo y posteriormente padecen picores, mareos, náuseas e incluso sensación de pérdida de conocimiento. En el caso de una de ellas, según denunció en las redes sociales, quedó inconsciente en el interior del local cuando pedía ayuda a un portero.
Cataluña
La comunidad autónoma con más denuncias por haber sufrido un pinchazo en un local de ocio es Cataluña. Desde principios del mes pasado, se han registrado 19 casos en las ciudades de Barcelona y Lloret de Mar (Gerona), según revelan fuentes de los Mossos d’Esquadra. Este martes, la Policía autonómica publica un informe detallado sobre los casos que está investigando. Sin embargo, avanzan a este periódico, los análisis toxicológicos no han revelado tampoco ninguna evidencia de sumisión química.
En cualquier caso, la Generalitat ha reforzado el dispositivo policial y ha activado un protocolo para que las víctimas puedan ser atendidas a la mayor brevedad posible. Este plan incluye que aquellas personas que intuyan hayan podido sufrir un pinchazo puedan recibir profilaxis por exposición al VIH, así como realizarse análisis de tóxicos de manera inmediata en el hospital más cercano.
El equipo Agora, el colectivo que denunció los cuatro primeros casos tras las fiestas de San Fermín, en Pamplona, alertó de la necesidad de activar este tipo de protocolos ante la posibilidad de que la aguja fuese usada con más de una persona y eso implicase el contagio de otras enfermedades vía sanguínea. También que las sustancias que se aplican, habitualmente, para anular la voluntad son las «benzodiazepinas y GHB, aunque hay casos con otras sustancias como la ketamina, con la problemática de que desaparece en sangre rápidamente».
Frente a esto, las fuentes policiales consultadas insisten en que ningún examen toxicológico ha revelado restos de este tipo de sustancias en los casos de mujeres que han denunciado ser víctimas de pinchazos en discotecas. Y tampoco se han registrado denuncias por delitos sexuales. Por lo que, aseguran, no se puede hablar de «sumisión química» como tal. Las mismas fuentes califican estos episodios de «fenómenos aislados» y reiteran que carece «de toda lógica» someter a una persona sin que posteriormente se pretenda cometer algún delito.
Casos de sumisión química
Seguida de Cataluña, el País Vasco es la comunidad en la que más mujeres han denunciado ser víctimas de esta práctica. Actualmente, la Ertaintza investiga 12 casos. Todos ellos registrados en locales de ocio, aunque en ninguno de ellos se ha encontrado sustancia tóxica tras las inoculaciones. Los episodios de presunta sumisión química se han registrado en Santurtzi, Zarautz, Bilbao, Gasteiz, Etxebarri y Zierbena. En el resto de España, aunque en menor medida, se han registrado casos en Andalucía, Navarra, Canarias y Mallorca. En otros países europeos, como Francia, Reino Unido o Bélgica, tiempo atrás, también ha proliferado este tipo de práctica.
Según los datos del Ministerio del Interior, a los que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, en los últimos tres años se han contabilizado 162 agresiones sexuales —con y sin penetración— en los que se anuló la voluntad de la víctima por medio de alguna sustancia estupefaciente, es decir, mediante sumisión química.
Fuentes del departamento dirigido por Fernando Grande-Marlaska advierten, sin embargo, de que no pueden precisar cómo ha sido la administración de estas sustancias, puesto que no se realizan estadísticas de este tipo. En cualquier caso, insisten en que en España no se han constatado agresiones sexuales o de otro tipo a los pinchazos y que, por tanto, estos datos no se pueden relacionar con las denuncias que han interpuesto alrededor de 40 mujeres en el último mes.