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El invierno se acerca y Sánchez no llama

«Una economía tocada tras los años de la pandemia es ahora de nuevo estrujada por la crisis energética y la pasividad de Sánchez»

El invierno se acerca y Sánchez no llama

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. | Europa Press

Ahora que HBO ha emitido el primer capítulo de La casa del Dragón, y que, con solo uno visto, crítica y público lo consideran ya una magnífica precuela de Juego de Tronos, es buen momento para recordar esta historia que ha generado audiencias millonarias en todo el mundo. Una saga sobre la guerra de los siete reinos donde se entremezclan el mal, la valentía, el sacrificio, la envidia, el amor, la traición, el honor, la guerra, las alianzas y hasta el mundo fantástico de los dragones.

Historias que han provocado situaciones curiosas como la de Pablo Iglesias que en sus tiempos felices de Podemos creyó que podía tener el mismo destino mesiánico de la princesa Daenerys y liberar y liderar los reinos. El final político real de Pablo Iglesias acabó, sin embargo, en una retirada de la vida política más cercana a la de un triste secundario que a la de un liberador.

En la saga sobrevuela por encima de las luchas de los siete reinos, la amenaza mortal de la llegada de los caminantes blancos, las criaturas sobrenaturales que viven detrás del Muro de Hielo y que son guiadas por el Rey de la Noche. Decía la profecía que atacan cuando llega el invierno. Por eso la amenaza de que the winter is coming, el invierno se acerca, es lo único que hace que todos los los aspirantes al trono junten fuerzas y olviden sus rencillas.

El invierno se acerca. Sin intención de banalizar la durísima y trágica realidad que supone la guerra en Ucrania, Zelenski y el pueblo ucraniano han sido como esa ‘Guardia de la Noche’ de Juego de Tronos, que aguantan heroicamente desde hace seis meses luchando en el muro contra los caminantes. Pero el invierno se acerca y el invierno siempre fue el gran aliado de Rusia. Antaño porque provocó la derrota de los que intentaron invadirla, ahora porque Putin, como si fuera el Rey de la Noche, puede querer apagar el continente. Sería una forma de intentar equilibrar el gran fracaso que ha sido su invasión militar relámpago.

Si en lo militar no le va bien, en lo económico le va mejor. Los bloqueos no han hecho tanto daño en las finanzas rusas. Putin tiene colchón financiero y ha llegado a facturar un 40% más por las enormes subidas de los precios del gas. Además, tiene garantizadas mayores exportaciones a China y a otros países amigos. Eso le permite este invierno cerrar el grifo a la UE. En Bruselas y en las cancillerías europeas la respuesta ha sido doble: diversificar fuentes de importación para sustituir a las rusas, y ahorrar energía en una media del 15%, excepto España y Portugal, que lo harán en un siete. Europa intenta evitar que su economía se pare y se apague.

Obviamente el invierno se acerca también a España y viene con forma de tormenta perfecta. Una economía tocada tras los años de la pandemia es ahora de nuevo estrujada por la crisis energética y la pasividad de Sánchez. Con una inflación por encima de los diez puntos, que en Navidades puede irse al 15%, no hay medidas antiinflacionistas. El BCE no va a dudar en hacer, no una, sino varias subidas de los tipos de interés para intentar controlar la inflación en los próximos meses. La deuda española va a superar pronto el récord del billón y medio de euros. La actividad económica puede hundirse en otoño por la incapacidad de asumir los costes disparados de la energía. Y a eso hay que sumar la crisis de distribución de suministros. Ya hay plantas españolas de fabricación de coches que empiezan a parar porque no tienen suministros. El paro tampoco apunta bien. El final del verano y del turismo pueden desbocarlo. Por no hablar de la imposibilidad financiera de mantener la capacidad del poder adquisitivo de las pensiones. La inflación con dos dígitos lo hace insostenible. Por eso muchos organismos y expertos económicos avisan de que el invierno traerá la recesión a España.

El invierno se acerca y va a dejar helados los bolsillos de los ciudadanos. Hasta los sindicatos domesticados por las subvenciones de la vicepresidenta segunda y ministra de trabajo, y la auténtica líder sindical, Yolanda Díaz, dicen que la situación es insostenible. Pero siguen sin moverse y cuando anuncian movilizaciones no lo hacen contra el gobierno, como ha sido habitual en los últimos cuarenta años, o como es habitual en cualquier país europeo. Aquí, en España, los sindicatos españoles se van a manifestar solo contra los empresarios ¡y con el apoyo del propio Gobierno!

El invierno se acerca y Sánchez sigue sin llamar. Mientras en la mayoría de los países gobierno y oposición hablan y negocian planes preventivos en España, Sánchez no llama. No considera necesario hablar casi nunca con los afectados por sus planes. Y por supuesto tampoco considera que tenga que llamar a Feijóo. El presidente siempre ha creído que todo lo que salga de su Gobierno debe ser bendecido por la oposición sin preguntas. Y si lo critican son unos fascistas y sale la orquesta de ministros y altos cargos socialistas a ver quién insulta más y peor al líder del PP.

El invierno se acerca también para la política de pactos. Sánchez, que ha superado esta semana varios proyectos importantes con el habitual «apoyo y me pagas en competencias y concesiones» de sus socios independentistas, necesita superar este otoño la batalla de los Presupuestos Generales del Estado. El PSOE anuncia una intensa agenda de mítines para las próximas semanas con Sánchez en muchos de ellos. Necesita hacer frente al malestar que la crisis económica va a traer. Y sobre todo necesita frenar y desprestigiar a Feijoó, que se dispara en las encuestas y que no está entrando a sus envites de la forma que le gustaría a Sánchez. El político gallego, sin perder la firmeza, ha preferido establecer un ritmo más moderado que le está reportando una constante subida en las encuestas, ‘a lo Indurain’.

Sánchez quiere superar como sea este invierno y poder llegar a lo que dicen que es su principal objetivo: la anhelada presidencia europea en el segundo semestre de 2023. Es tal su intención e ilusión que en su viaje por varios países hispanoamericanos ha prometido ya que será él quien impulsará las relaciones de la UE con Latinoamérica y el Caribe.

Una nueva promesa de Sánchez, del que creemos que no debe ser de los Lannister que en Juego de Tronos decían que su lema era que «un Lannister siempre paga sus deudas». Y cumple sus promesas. Que se lo pregunten a Zelenski y las promesas que le hizo Sánchez de una ayuda militar continua a Ucrania. El invierno se acerca y Sánchez sigue a lo suyo: atado a Moncloa.

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