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Yolanda Díaz reta a la CEOE al entender que la patronal ha girado hacia el PP de Feijóo

Podemos y la responsable de Trabajo confían cada vez menos en la patronal. Ven a Garamendi ya alineado con el PP y centrado en debilitar a la política gallega

Yolanda Díaz reta a la CEOE al entender que la patronal ha girado hacia el PP de Feijóo

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, lanzó en pleno verano su ofensiva contra la CEOE. Lo hizo el mismo día que el Gobierno ratificaba el paquete de medidas y ayudas por la escalada del precio del gas. Las declaraciones de Díaz sobre el aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) no fueron casuales. La ministra de Trabajo no quiere ceder un milímetro en cuanto a visibilidad pública, y necesita que los sindicatos la respalden.

En otros países europeos, las centrales sindicales están adoptando posiciones críticas incluso si gobiernan partidos socialdemócratas. Eso ocurre, por ejemplo, en Alemania. Y Díaz quiere controlar ese incendio. Por ello acusa a la CEOE de «no estar a la altura», intentando evitar así críticas de los trabajadores contra el Ejecutivo por la inflación. Mientras, internamente avisa de que la patronal ya ha elegido al PP en esta crisis.

Fuentes de Podemos y también del entorno de la ministra sostienen que Díaz confía cada vez menos en los empresarios. Cree que la organización liderada por Antonio Garamendi ya ha girado hacia el Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo. En los primeros meses de la legislatura, la política gallega ofreció una imagen dialogante y pactista porque sabía que los empresarios miraban con preocupación su nombramiento. Ahora, sin embargo, todo ha cambiado. Y Díaz necesita impulsar su figura política en el estrecho espacio que se halla entre el PSOE y Podemos.

Evitar una repetición de la crisis de 2008

La cuestión es de «alianzas», explican las fuentes consultadas. Díaz tiene de su lado a los sindicatos. Comisiones Obreras actúa como correa de transmisión para la construcción de Sumar. El sindicato UGT, históricamente cercano al PSOE, también trabaja codo con codo con Díaz. Ella es, al fin y al cabo, la ministra de Trabajo. Y la relación del secretario general de UGT, Pepe Álvarez, con el mundo morado siempre ha sido buena. Los sindicatos, en búsqueda de afiliados y fondos, son los que más están interesados en una ministra beligerante (si hace falta) con la CEOE.

Más en general, Díaz comparte con Iglesias una preocupación. Los dos dirigentes se hicieron famosos gracias a la crítica al PSOE durante los años de la crisis financiera de 2008. Y ahora ninguno de los dos desea que se les asocie a otra crisis que derive al igual que entonces en una bajada dramática del poder adquisitivo de los trabajadores. Los expertos calculan que con la inflación disparada los españoles están perdiendo cada año más de 1.000 euros. En 2008 el desplome del poder adquisitivo fue mayor, pero Díaz no quiere comparaciones con aquella época.

En ese esquema, Díaz no cree que la patronal y Economía rechacen su propuesta de subir el SMI hasta los 1.100 euros (ella desea que alcance los 1.200 de aquí al cierre de la legislatura) por cuestiones técnicas, sino que se trata de algo parecido a una envolvente para limitar su proyección pública. Y en que la organización dirigida por Antonio Garamendi en realidad ya ha girado hacia el PP de Alberto Núñez Feijóo.

Nuevo discurso

Este es el mensaje que Díaz quiere que también entienda Sánchez. Aunque de momento tanto el presidente como la ministra de Economía han pedido cautela y buscado la comprensión de Garamendi. Miembros destacados de la CEOE, en cambio, han atacado a la ministra acusándola de ser «arrogante». Queda por ver cuál es la posición oficial de Calviño al respecto, máxime porque Díaz (y también Podemos) preparan una ofensiva de cara a la negociación presupuestaria.

Díaz y Calviño siguen enfrentadas en muchos asuntos en el Gobierno. Algo que no tiene siempre que ver con cuestiones técnicas. La responsable de Economía, por ejemplo, entendió antes que otros que la vicepresidenta segunda tenía la voluntad firme de ser candidata en las próximas elecciones generales. De ahí que intente controlarla.

Díaz, por su parte, ha lanzado una operación visibilidad que la está llevando a modificar su discurso. Y eso puede traducirse incluso en recuperar los lemas de los primeros años de su actividad política, por ejemplo el de acusar a Calviño de ser demasiado «técnica» y alejada de los intereses de la gente común.

El último ataque a la CEOE por el aumento del salario mínimo interprofesional es una prueba de ello. Aunque fuentes tanto de Podemos como del entorno de Díaz aseguran que la gallega quiere también avisar a Sánchez de que no escuche a Calviño, porque cree que la patronal se está acercando demasiado al PP de Alberto Núñez Feijóo.

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