Albares retira cuatro escudos franquistas de Exteriores 12 años después de aprobarse
El ministerio adjudicó los trabajos en mayo por 87.913 euros. Las víctimas solicitaron por carta a su predecesora que quitara los emblemas
La huella de la dictadura desaparece de los edificios públicos. El Ministerio de Asuntos Exteriores ha comenzado a retirar los símbolos franquistas de su sede histórica, el Palacio de Santa Cruz. Lo hace 12 años después de que una comisión técnica acordara eliminar los cuatro emblemas que aún permanecían en la fachada del inmueble. El departamento que dirige José Manuel Albares adjudicó los trabajos en mayo por 87.913 euros. Las víctimas del franquismo habían solicitado por carta a su predecesora que quitara las piezas y cumpliera con la ley de Memoria Histórica aprobada por un gobierno socialista en 2007.
Los vestigios franquistas están situados en dos torreones del edificio. Las obras se realizarán en dos fases y tendrán una duración de seis semanas, especifica un portavoz de Exteriores. Comenzaron a mediados de agosto con el montaje del andamiaje y ya han tenido lugar los primeros trabajos para retirar las placas, talladas en piedra de la Sierra de Guadarrama. Incluyen el águila de San Juan, el yugo y las flechas y el lema «Una grande libre».
La retirada efectiva de los emblemas del primer torreón tendrá lugar el 1 de septiembre, mientras que los de la otra estructura se completarán el día 22. Las piezas serán conservadas en el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca. En su lugar se instalarán símbolos constitucionales. Para completar la operación es necesaria una autorización del Ayuntamiento que permita cortar las calles de Santo Tomás y Concepción Jerónima. Exteriores cree que no habrá problemas.
El compromiso de Albares
Tanto el Consistorio como la Comunidad de Madrid ya tuvieron que dar el visto bueno para retirar los elementos por tratarse de un edificio catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC). El Palacio de Santa Cruz fue construido en el siglo XVI y se convirtió en la primera cárcel de la capital. En 1793 pasó a ser el Palacio de Justicia y posteriormente sirvió de sede para el Ministerio de Ultramar y el de Estado, que pasó a llamarse de Asuntos Exteriores tras la Guerra Civil.
Los escudos franquistas se instalaron en 1956, siendo ministro Alberto Martín Artajo. Se salvaron de la aplicación de la ley de la Memoria Histórica aprobada en la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero por la singularidad del edificio y pese a las quejas de las víctimas de la dictadura. El 20 de noviembre de 2020, en el 45 aniversario de la muerte del dictador, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica envío una carta a la entonces ministra de Exteriores, Arantxa González Laya, para pedirle que retirara los escudos que aún permanecían en la fachada del inmueble.
«Escenifican la falta de cumplimiento de una ley. Algo especialmente grave tratándose de una Administración pública, además de una falta de compromiso con la democracia y con el respeto a las víctimas de la dictadura. Esperamos que a la mayor brevedad sean retirados», afirmaba la misiva. Sin embargo, durante el mandato de González Laya las placas siguieron a la vista de los viandantes a pesar de que una comisión técnica formada por expertos estableció en 2010 que fuesen retiradas.
Exteriores destaca el empeño de Albares por quitar los escudos. Sostienen que ese fue su compromiso cuando tomó posesión en julio del año pasado. Apenas unas semanas después pidió ocultar los emblemas con unas lonas rectangulares de color blanco. A finales de 2021, el ministerio inició los trámites para retirar las placas. Como adelantó este diario, en noviembre adjudicó al arquitecto José Antonio López-Cediel un contrato por 8.775 euros para la redacción del proyecto y la dirección de obra.
El contrato se otorgó en mayo a la empresa Servicios Generales Constructivos 2020 SL por un montante de 87.913 euros. Los técnicos la consideraron «la oferta técnica y económica más ventajosa». No obstante, THE OBJECTIVE ha podido saber que fue la única empresa que se presentó al concurso. El anuncio publicado por el Boletín Oficial del Estado (BOE) le otorgó el cometido de retirar los cuatro escudos franquistas que seguían decorando las dos torres del edificio Muguruza, anejo al Palacio de Santa Cruz, y que habían sido tapados por unas lonas. La fórmula también se utilizó en el antiguo consulado de Jerusalén.
Hacer «pedagogía democrática»
El pliego de cláusulas indica que la compañía deberá manejar «los escudos que se van a retirar como bien cultural reduciendo el volumen de escombros producidos por la obra al máximo». En la documentación se precisa que la retirada de los emblemas debe realizarse de una pieza. Cada uno de ellos es un bloque de piedra de un peso estimado de una tonelada. Unos obreros afirman a este diario que han usado un martillo compresor para realizar los trabajos previos.
Emilio Silva, presidente de la ARMH valora positivamente la retirada de los escudos en el Palacio de Santa Cruz, aunque sostiene que hay otros edificios públicos que los mantiene, como el Banco de España. «La Administración lleva 15 años incumpliendo la ley», insiste Silva. Lamenta que los trabajos se realicen en silencio, sin ningún tipo de publicidad. «Este tipo de actuaciones, como la exhumación de los restos de Franco, deben aprovecharse para hacer pedagogía democrática, explicándole a la sociedad por qué esos escudos no pueden estar ahí».
La ley vigente de Memoria Histórica, aprobada en 2007, recoge en su artículo 15 que las Administraciones públicas deben tomar «las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la dictadura». No obstante, la normativa no indica en qué plazo debe realizarse ni desarrolla un régimen sancionador si no se lleva a cabo.
El digital OkDiario informó en julio que Albares eliminaría las dos águilas que vigilan la entrada de la sede ministerial del Marqués de Salamanca. Sin embargo, las fuentes citadas negaron esa posibilidad a este diario. También se especuló con el supuesto deseo del ministro por descolgar los cuadros oficiales de sus antecesores del periodo franquista que existen en Santa Cruz, pero Albares no tiene intención de hacerlo, subrayan desde la Oficina de Información Diplomática (OID).