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El día que un abertzale se fumó un porro en el despacho de Feijóo

La sorprendente anécdota se produjo hace veinte años, cuando el actual presidente del PP presidía Correos y recibió a un delegado de LAB

El día que un abertzale se fumó un porro en el despacho de Feijóo

Alberto Núñez Feijóo en una rueda de prensa en Génova. | Tarek (PP)

Cuando está entre amigos, Alberto Núñez Feijóo suele sacar a colación anécdotas y batallitas de su etapa como presidente de Correos entre mayo de 2000 y enero de 2003. Aquel paso por el gigante monopolístico, al que adaptó a la libre competencia en el reparto de mensajería convirtiéndolo en sociedad anónima empresarial, fue su primer cargo público relevante en Madrid tras un puesto técnico en el primer gobierno de José María Aznar como secretario general de Asistencia Sanitaria.

Feijóo aún no militaba en el PP cuando llegó a Correos y la historia más conocida de esa etapa fueron las buenas migas que hizo con el entonces líder de CCOO en la citada empresa pública, Regino Martín. De aquellas negociaciones salió una amistad que perdura en el tiempo. «Regino es el único amigo comunista que tengo. Sí, se presentó en mi despacho y me dijo yo soy comunista y de Comisiones Obreras. Bueno y qué más, le dije», contó el presidente de los ‘populares’ en el congreso de Sevilla ante la sorpresa de sus compañeros.

«Igual tengo más amigos comunistas y no lo sé», añadió a renglón seguido con sorna gallega y dirigiéndose al antiguo negociador de CCOO, quien se encontraba en una de las filas de invitados. Pero aquella prueba como presidente de Correos también tuvo momentos difíciles. El más surrealista y comprometedor para Feijóo fue cuando recibió en su despacho a un representante de LAB, el sindicato de la izquierda abertzale.

LAB pidió a Feijóo la transferencia de Correos

Eran los años en los que ETA había puesto en la diana a los políticos constitucionalistas. Y aunque en aquella legislatura se llevó a cabo la ilegalización de Batasuna, su brazo sindical salió indemne. El representante de LAB se presentó en el despacho de Feijóo con la exigencia de que se transfirieran las competencias de «Correos y Telégrafos de España» al País Vasco.

Cuando el presidente de la compañía le preguntó al invitado quién se encargaría del reparto de cartas en la citada comunidad autónoma de producirse esa novedosa transferencia, el representante de LAB respondió con la posibilidad de que los repartidores del periódico «El Correo del Pueblo Vasco (sic)» se convirtiesen también en carteros.

Mientras Feijóo intentaba convencer al portavoz del sindicato de Batasuna del sinsentido de aquella propuesta, este último pidió permiso para fumar en el despacho, una práctica que todavía era habitual a comienzos de siglo. Tras recibir la venia del anfitrión, el representante de LAB se lio un cigarrillo con el tabaco de fumar que él mismo traía en su bolsillo. La sorpresa vino a la tercera o cuarta calada.

«Oye, ¿qué te estás fumando?, le soltó un sorprendido Feijóo al sentir que aquel olor a tabaco no era el de un cigarrillo normal. «Pues lo que traía encima», respondió el líder de LAB un tanto desafiante. «Eso es un porro. Así que apágalo inmediatamente», le ordenó el entonces presidente de Correos.

Ante la resistencia inicial del dirigente sindical, que quería terminárselo allí mismo, Feijóo le advirtió de que daría por terminada la reunión. No hizo falta más. El invitado apagó el cigarrillo y lo dejó en la bolsa de liar que traía consigo. La reunión prosiguió, aunque con menos confianza si cabe que al inicio.

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