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PP y Vox se desmarcan de la manifestación de los 'chalecos amarillos' y no asistirán

Los populares quieren evitar una imagen de radicalidad, mientras que los de Abascal se remiten a las concentraciones convocadas por Solidaridad

PP y Vox se desmarcan de la manifestación de los ‘chalecos amarillos’ y no asistirán

El grupo Chalecos Amarillos España está detrás de la marcha contra Pedro Sánchez que tendrá lugar en Madrid el próximo 10 de septiembre.

Ni Vox ni Partido Popular estarán presentes en la marcha multitudinaria que Chalecos Amarillos España ha convocado el próximo sábado 10 de septiembre en Madrid para pedir la dimisión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Tampoco estarán los sindicatos policiales ni asociaciones de Guardia Civil. ¿Los motivos? Entre otros, la «opacidad» de la organización de la marcha, la deriva ultra que, en opinión de los populares, está tomando la concentración -que cuenta con la presencia de partidos como Democracia y Libertad Popular o TúPatria- y, en el caso de los de Santiago Abascal, que ellos ya tienen una agenda propia de movilizaciones lideradas por el sindicato adscrito al partido, Solidaridad.

Sobre el primer factor, la falta de transparencia, la convocatoria se ha viralizado en agosto a través de Tik Tok, Telegram y Twitter, pero apenas se han facilitado detalles. Víctor, agricultor, denuncia que «las asociaciones independientes no hemos tenido información: ni quién es el convocante, ni si está autorizada… Estamos deseando ir a Madrid pero necesitamos saber quién es el interlocutor y qué se va a pedir al Gobierno. Teniendo en cuenta lo que cuesta organizar una manifestación de este nivel… va a ser difícil que, a una semana, la gente vaya a ciegas».

Chalecos Amarillos España es una plataforma de reciente creación que pretende imitar el fenómeno transversal de protesta que se apoderó de Francia a finales de 2018. Uno de sus responsables, Edu Lera, aspira a aglutinar en torno a un millón de españoles, ya que «son muchos los pequeños comerciantes y autónomos de todos los sectores afectados por la gestión del Gobierno». Lera está convencido de que el próximo 10S se congregarán en la capital personas «de toda clase e ideología política» bajo consignas como «el mundo rural se moviliza» o «defendemos el sector primario». La marcha se iniciará a las cinco de la tarde en la Puerta del Sol, continuará en Plaza de Neptuno y concluirá ante el Congreso de los Diputados.

Pero por lo pronto los dos partidos de la oposición no estarán. Tampoco Ciudadanos. Ni siquiera sindicatos policiales (como Jusapol) y el de asociaciones de Guardia Civil. Uno de los organizadores critica que tanto PP como Vox «van a perder el apoyo de todas las asociaciones profesionales que acudan por su indefinición». Quienes sí estarán son Democracia y Libertad Popular (DLP) o TúPatria, partidos a la derecha de los de Abascal. Una tesitura que aleja a los populares de la concentración, por cuanto la apuesta de Alberto Núñez Feijóo por la moderación no pasa precisamente por azuzar las calles contra el Ejecutivo de coalición entre PSOE y Unidas Podemos.

Vox y Solidaridad

Desde Vox, por otro lado, se remiten a que Solidaridad ya tiene previstas manifestaciones en otoño. El sindicato, fundado en septiembre de 2020, ha sido utilizado por los de Abascal como una herramienta para acercarse a la clase trabajadora y para, de manera indirecta, liderar importante movilizaciones. La última, el pasado mes de marzo en Madrid, cuando la organización congregó a miles de personas para protestar por la subida de la electricidad. Este será el pretexto con el que volverán a plantear un otoño caliente al Gobierno y a los sindicatos «de clase» y «corruptos».

La manifestación de la plaza madrileña de Cibeles, convocada por Solidaridad, el sindicato de Vox, el pasado mes de marzo.

UGT y CCOO se manifestarán junto a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, contra la CEOE por el rechazo de los empresarios a negociar un crecimiento de las retribuciones que incluya cláusulas de revisión salarial. Solidaridad, por otro lado, ha defendido a los empresarios, que «también sufren la inflación», y ha cargado contra un Gobierno «sátrapa», que busca «esquilmar los bolsillos de las clases populares y trabajadoras», así como contra el «fanatismo climático de la izquierda». El sindicato adscrito a Vox no se opone a la subida del SMI, pero sí defiende una bajada de impuestos como alternativa a la guerra contra la patronal.

Por lo pronto, las dos grandes centrales sindicales no han concretado el calendario de protestas con las que presionarán a la patronal. Tampoco lo ha hecho Solidaridad. De lo que no cabe ninguna duda es que se prevé un otoño caliente en las calles, y que la marcha de este próximo 10 de septiembre convocada por los chalecos amarillos será sólo un aperitivo.

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