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El Gobierno teme el impacto económico en España si Meloni gana las elecciones en Italia

Los ministros económicos creen que un gobierno italiano marcado por el euroescepticismo puede lastrar las inversiones en todo el sur de Europa

El Gobierno teme el impacto económico en España si Meloni gana las elecciones en Italia

En el Gobierno de Pedro Sánchez sobrevuela una preocupación sobre lo que pueda ocurrir en Italia el próximo domingo. El país transalpino decidirá quien liderará su próximo gobierno, y la ola de una posible caída económica tras la salida de Mario Draghi puede alcanzar a España. Fuentes de ministerios económicos sostienen que más allá de la prima de riesgo, pueden haber recaídas en el capítulo de las inversiones extranjeras. «Los mercados se mueven invirtiendo por áreas geográficas, y una caída del mercado italiano puede afectar al español; este es el problema», afirman.

Los ministros económicos recuerdan cómo la anterior crisis de las primas de riesgo empezó en Italia. El problema, señalan fuentes gubernamentales, es que en muchos ámbitos económicos los inversores suelen moverse por grandes aéreas geográficas. Y que España, Italia y Grecia forman parte de algo parecido a un «paquete» geoestratégico de movimientos económicos

No todos los sectores responderán de la misma manera si Italia, tras la salida de Mario Draghi, entra en el ojo del huracán. Lo que más preocupa son las inversiones extranjeras. En términos generales una victoria del bloque liderado por Giorgia Meloni, y del que forman parte tanto Matteo Salvini como Silvio Berlusconi, podría reactivar los especuladores y ahuyentar a los operadores que suelen moverse por macroáreas de influencia. Si Italia pierde atractivo y aumenta la incertidumbre, ese problema puede extenderse a España. 

Intento de giro moderado de Meloni

Las fuentes consultadas sostienen que preocupa menos -esta vez- la prima de riesgo. «En eso España se ha desacoplado de Italia», afirman. Aunque Italia lleva desde al menos 2019 una prima de riesgo por encima de la española, la fluctuación de este indicador ha subido y bajado siempre a la vez en ambos países. Con un notable repunte en los últimos meses. Aun así, según las fuentes consultadas, no es la prima de riesgo que más preocupa sino el impacto directo de las inversiones si estas se frenan de golpe.

La incertidumbre sobre la receta económica de Meloni también se debate en Italia. Mario Draghi, por su pasado como economista de prestigio y «salvador del euro», era una bálsamo para los mercados internacionales. Pero ahora Italia puede entrar en un territorio incierto.

Las encuestas vaticinan un triunfo histórico del bloque de centro-derecha, favorecido por la división en la izquierda. Y la lideresa de Fratelli d’Italia se ha centrado en estos últimos días en «tranquilizar» a los votantes y los observadores internacionales sobre su planteamiento. Meloni repite que quiere seguir la senda económica de Draghi, pero quedan muchas incógnitas sobre cómo los mercados pueden reaccionar a su victoria. La política italiana ha asegurado su cercanía con Estados Unidos, pero al mismo tiempo defiende al húngaro Vícktor Orbán, que lidera el grupo de mandatarios europeos más escépticos con las sanciones a Rusia.  

En España, más allá del color político de Meloni, los técnicos ministeriales están estudiando los efectos de un frenazo de la economía del país transalpino. Sánchez afronta el ciclo económico con la preocupación de la mala coyuntura, pero sus ministros intentan tranquilizarle reivindicando los buenos datos macroeconómicos, sobre todo los del paro y de la inversión interna de las empresas. 

Efecto arrastre

Aun así, un empeoramiento de la economía italiana puede generar un «efecto arrastre» en España, admiten las fuentes consultadas. Contrariamente a lo que se puede pensar, un momento de incertidumbre en la economía italiana no generaría ventajas competitivas en España. Sino todo lo contrario. Sobre todo en los sectores productivos dependientes del país transalpino, y también en los mercados financieros, añaden desde el Ejecutivo.

El temor a efectos negativos en el Ibex por una caída de la bolsa de Milán se convierte así en una nueva fuente de preocupación. Los partidarios de Sánchez aseguran que el presidente socialista tiene una muy buena relación con Draghi. Pero con su salida todas las miradas están puestas en Roma. Y no solo en Madrid y Bruselas. Alemania, por ejemplo, también teme un efecto arrastre en un momento de debilidad por la guerra del gas con Putin.

El canciller y otros responsables de su gobierno están difundiendo en la prensa italiana su preocupación al respecto. Centran sus temores en el posible fin del consenso transversal entre socialistas y populares en las instituciones comunitarias. Es lo que en la prensa alemana e italiana califican de «fin de la doctrina Merkel».

España no ha querido entrar directamente en este tema, pero internamente el Ejecutivo estudia todos los escenarios posibles de un efecto dominó si Meloni gana las elecciones en Italia. Más allá de su cercanía con Vox, lo que asusta es la coalición formada por Salvini y Berlusconi adopte una posición crítica con la Unión Europea y que eso ahuyente los flujos financieros del sur de Europa. Italia, Grecia y España están interconectadas ante la mirada de los inversores, y todo lo que pueda ocurrir en el país transalpino generará efectos también en España, aseguran.

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