Irene Montero interviene en el caos de Podemos y exige apartar a todos los tránsfugas
La ministra de Igualdad quiere aclarar todas las responsabilidades internas y presionar a Belarra para que aparte a todos los que pueden decantarse por Díaz
Irene Montero, ministra de Igualdad. | Europa Press
La ministra de Igualdad y actual número dos de Podemos, Irene Montero, quiere intervenir personalmente en el caos generado tras la negociación de los presupuestos. La formación, y más en general el espacio confederal de Unidas Podemos, ha demostrado sufrir demasiadas fisuras internas en esa negociación con los socialistas. Esta es la conclusión a la que ha llegado el núcleo más duro del partido, capitaneado por Montero. Tal y como desveló este diario, en la diana ha entrado uno de los negociadores de dicho acuerdo, el economista Nacho Álvarez. Aunque también queda por aclarar el papel de la secretaria general, Ione Belarra.
La dirección de Podemos ha asistido con enorme malestar y enfado a una serie de «maniobras» que en su opinión han sido orquestadas por Yolanda Díaz y su lugarteniente Josep Vendrell, y que habrían encontrado cierto apoyo en sectores del partido ‘morado’. Álvarez es de momento el principal investigado. Él, al igual que parcialmente Belarra, estuvieron en la negociación de los Presupuestos que se selló el pasado martes con la foto triunfal de Yolanda Díaz en La Moncloa con Sánchez.
Podemos concluye que, a pesar de que los ministerios de Montero y Belarra recibirán más fondos que nunca, en lo político el acuerdo presupuestario ha sido un fracaso. Sánchez ha rechazado prácticamente todas las exigencias de los ‘morados’, empezando por la Ley de Vivienda y la ampliación de los permisos de maternidad y paternidad. Podemos necesita algunas victorias simbólicas antes de la carrera electoral de las autonómicas y municipales. Y los Presupuestos se han convertido en una victoria del PSOE y de Díaz.
Aclarar responsabilidades
Es por ello que Irene Montero quiere que se aclaren todas las responsabilidades y, sobre todo, que se abra un juicio interno para saber con quién de verdad puede contar el partido en la guerra abierta con Díaz. Desde un punto de vista electoral, Podemos no quiere cargar con la decisión del aumento del gasto en defensa. En este sentido, la estrategia de Podemos consiste en explicar a sus militantes y votantes el papel desempeñado por Díaz. Ella será la «culpable» de dicho acuerdo, según el relato de Podemos.
Pero la negociación presupuestaria también ha evidenciado grietas internas. El grupo parlamentario ya está dividido en dos bloques: los que han tomado partido por Díaz y los que de momento están con Podemos, pero a los que se les exigirá una prueba de fidelidad. Luego está el caso del economista de referencia de Podemos, Nacho Álvarez. Crecen las sospechas internas sobre su versión ante el acuerdo con el PSOE. Álvarez se escuda en que los socialistas hablaron de incluir el aumento de gasto en partidas y acuerdos adicionales, pero no en el documento presupuestario. ¿Es esto cierto? Algunos dudan.
Pablo Echenique escenificó el enfado de la cúpula en la misma noche del martes, cuando Díaz celebró el acuerdo y reivindicó su papel y sus victorias en todos los puntos que había negociado. Podemos quedó en la estacada. Todos saben que Echenique no escribe un tuit sin antes consultarlo con Montero y Pablo Iglesias. Y en la dirección ‘morada’ tampoco ha gustado que desde el sector de Díaz se intente trasladar la idea de que Podemos miente, sumándose a la tesis de los socialistas.
Presión sobre Belarra
Montero, en definitiva, quiere que se oiga su voz. Y en parte influir también en Ione Belarra, su fiel escudera desde las primeras etapas de Podemos y que ahora ejerce el cargo de secretaria general. El núcleo duro de Montero e Iglesias no duda de la lealtad de Belarra, pero sí cree que la política navarra debe poner orden internamente, y aclarar si incluso las personas de su confianza -como el propio Álvarez- están dispuestas a darlo todo por el partido.
El problema que experimenta Podemos es que, después del cese de Enrique Santiago, sería difícil encarar otros despidos. Pero eso no quita que se vayan a pedir responsabilidades internas, y que se empuje a los que dudan a hacer las maletas.
La sensación general es que cada bando interno de Unidas Podemos está ‘alistando a sus tropas’. El contexto se parece mucho a lo que ocurrió en Podemos en 2016, cuando los dos frentes, el errejonistas y el pablista, empezaron a crear equipos de fieles para una batalla que se libró en el congreso de Vistalegre II, y que vio a Iglesias como incuestionable ganador.
De generarse ese enfrentamiento será más difícil en el futuro llegar a algún tipo de acuerdo con Díaz con respecto a la confluencia de todos los actores a la izquierda del PSOE. Pero, por encima de los sondeos están las lealtades. Esta es la manera de pensar de Irene Montero, que ahora pretende hacer una limpieza de todos los que pueden pasarse al nuevo proyecto de Díaz.
