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Podemos pone en la diana a Nacho Álvarez en su campaña de desgaste a Yolanda Díaz

El secretario de Estado del ministerio de Belarra destaca como figura débil en el nuevo choque con la ministra gallega y después del cese de Enrique Santiago

Podemos pone en la diana a Nacho Álvarez en su campaña de desgaste a Yolanda Díaz

Podemos ha lanzado una operación a gran escala para vaciar por dentro, es decir, en las entrañas del Gobierno, el poder de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. El primer movimiento consistió en alejar del ministerio de Igualdad a la dirigente del PCE, Amanda Meyer. Después llegó el turno de Enrique Santiago, ex secretario de Estado del ministerio de Derechos Sociales de Ione Belarra. Y la próxima pieza podría ser Nacho Álvarez, economista de referencia del partido morado, que según algunos ya ha entrado en la diana de la cúpula de la formación de Pablo Iglesias e Irene Montero.

Álvarez es secretario de Estado en el ministerio de Derechos Sociales. Es el tercer secretario de Estado vinculado a Unidas Podemos, después de Joaquín Pérez Rey, que trabaja en el departamento de Díaz, y de Lilith Verstrynge, que acaba de sustituir a Santiago (y cuyo cargo antes desempeñó la propia Belarra). Álvarez hasta ahora ha gozado de la confianza de la cúpula morada. Su principal habilidad ha consistido en mantenerse al margen de todos los conflictos internos. En total, Unidas Podemos controla cuatro secretarios de Estados de los 28 del Ejecutivo. Todos los ministerios tienen uno, menos el de Consumo y de Universidades.

«Es un perfil técnico, que no le interesa la lucha de poder. Siempre ha estado más interesado en su promoción técnica o académica, y por eso le ha caído bien a Iglesias», explican fuentes de Podemos. No obstante, esta peculiaridad podría pasarle ahora factura.

Nuevos equilibrios

Podemos está centrado en una operación política que pasa por reequilibrar su debilidad en el Consejo de Ministros con nuevos secretarios de Estado considerados «fieles». Lilith Verstrynge, hija del profesor universitario Jorge Verstrynge, uno de los hombres de máxima confianza de Iglesias, forma parte de este planteamiento. Con la promoción de Verstrynge, los equilibrios internos van empatándose (gracias también a la fiel de Irene Montero, Ángela Rodríguez PAM), aunque Podemos quiere romper la baraja.

La dirección morada no puede permitirse piezas que vayan por libre. Y Álvarez puede convertirse en una de ellas. Máxime porque se le considera cercano a otros diputados de Unidas Podemos que en estos meses se han pasado al bando de Yolanda Díaz y ya han abandonado la ejecutiva del partido morado. Su figura puede servir para vaciar por dentro el peso de Díaz en el Gobierno y lastrar su imagen pública.

Presupuestos

De aquí al próximo otoño, Podemos deberá negociar con el PSOE los presupuestos generales del Estado. En las plantas altas de la sede de Podemos saben que serán las últimas cuentas del Gobierno. Varias fuentes del partido morado sostienen que Podemos necesita un revulsivo en esa negociación. Es decir, subir el nivel de sus exigencias, so pena de arriesgarse a que las cuentas no salgan adelante.

En la Moncloa son conscientes de ello. Y lo mismo ocurre en los ministerios económicos de Pedro Sánchez. El PSOE ha dado un giro en los últimos días que preocupa a Podemos. La recuperación de perfiles como Óscar López y Antonio Hernando (además de Patxi López y Pilar Alegría) no deja dormir tranquilos a los socios de Sánchez. Saben que el presidente ha exhumado a perfiles desde siempre muy críticos con Podemos.

Podemos cree que en el cuartel general de Sánchez manejan estudios demoscópicos que señalan que la caída electoral del PSOE se debe a su alianza con nacionalistas y ‘morados’. Esta tesis consiste en dibujar un Gobierno aceptado por los votantes, algunos de ellos comprensivos con las dificultades experimentadas en esta legislatura (pandemia y guerra en Ucrania), pero ya cansados del pacto con los nacionalistas y los choques con Podemos. Más allá del rediseño de Ferraz, el verdadero golpe de efecto sería un diktat a Podemos, con incluso reducción de sus carteras ministeriales. Sería un golpe mortal.

Pieza clave en la negocación

Los morados no quieren ofrecer a Sánchez ningún argumento para romper la coalición, pero se sienten fuertes de que si así fuera Sánchez se convertiría a los ojos de la opinión pública como un «traidor» de la primera coalición de izquierdas. De ahí que consideran que tienen márgenes para forzar un debate presupuestario, incluso arriesgando a que fracase. Sectores de Podemos vaticinan que ahora ya no interesa sacar adelante las cuentas. El techo de gasto del año pasado es suficiente para seguir con una «política expansiva», explican. Y aseguran que también en el PSOE «lo saben».

La figura de Álvarez será determinante en ese debate. Él tendrá un papel clave en la negociación presupuestaria, de la mano de Díaz y su colaborador Josep Vendrell. Y habrá que ver si responderá más a los intereses de Podemos o a los de Yolanda Díaz. Esta duda preocupa en el partido morado. Por ello, algunos abren a una sustitución en el corto plazo. Antes del verano o poco después, en el caso de un fracaso de la negociación presupuestaria.

Con otro fiel a Iglesias en la secretaria de Estado, Podemos equilibraría su debilidad en el Consejo de Gobierno (Díaz tiene de su lado a Alberto Garzón y Joan Subirats). Máxime porque la figura del Secretario de Estado es extremadamente importante para el engranaje del Ejecutivo. Ese alto cargo gubernamental acude semanalmente a la comisión que se celebra antes del Consejo de Ministros, y fija la agenda de las reuniones del martes en la Moncloa. Tener una clara mayoría en dicho órgano puede servir a Podemos para debilitar la imagen de Díaz y reducir su peso específico en la coalición.

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