Gemma Ubasart, de amiga Erasmus de Iglesias en Italia a puntal de ERC contra Colau
La nueva consejera de Justicia y Memoria forma parte del círculo de Xavier Domènech y para algunos suena como candidata al Ayuntamiento de Barcelona
Gemma Ubasart hablando en un acto. | Europa Press.
Fue hace más de viente años, en 1999, cuando Pablo Iglesias conoció a Gemma Ubasart. Los dos se habían trasladado a la ciudad italiana de Bolonia para su Erasmus. Se hicieron amigos en las estrechas calles y bajo los soportales de la ciudad roja por excelencia en Italia (un feudo del Partido Comunista Italiano y después del Partido Democrático). Después, a la vuelta a España y tras el lanzamiento de Podemos, Iglesias la fichó como un miembro destacado de su primera Ejecutiva. Hasta el pasado sábado, cuando el presidente de ERC, Pere Aragonés, anunció su fichaje en la Generalitat.
La ruptura entre ERC y Junts ha llevado al President a plantear un gobierno en minoría con fichajes en todos los ámbitos políticos considerados rivales: desde los exconvergentes hasta figuras conocidas de los Comunes. Una de ellas es Ubasart, quien controlará la consejería de Justicia, en una operación que según las fuentes consultadas tiene dos derivadas: revela un acercamiento orgánico entre ERC y lo que queda del pablismo en Cataluña, y, sobre todo, explica los problemas con Ada Colau y también la vocación de ERC de lanzar una ofensiva en las próximas municipales.
Ubasart es conocida en los ambientes de Podemos por su estrecha relación con Iglesias, tal y como ya relató el libro Aquí mando yo, historia íntima de Podemos (Esfera de los libros). Fue la primera secretaria de Plurinacionalidad y Políticas Públicas del partido morado y en 2015 se convirtió en secretaria general de Podemos en Cataluña. Después, entró en el Ayuntamiento como concejala y acabó renunciando a su cargo en el partido. Se centró en la carrera académica y se convirtió en colaboradora de muchos medios de comunicación en Cataluña.
Un cargo para Domènech
Puede ser que entonces se generasen fricciones entre Podemos y la política catalana. Pero hay que recordar en aquellos tiempos quien lideraba la organización del partido ‘morado’ eran los errejonistas, hasta que en Vistalegre II Iglesias dio un golpe de timón y se hizo con el mando absoluto de la formación. Es por ello que las fuentes consultadas sostienen que la cercanía entre Ubasart e Iglesias no ha ido a menos, y sobre todo que ella actúa con el visto bueno de Xavier Domènech, exdiputado de Podem en el Congreso y ahora referente de un peculiar acercamiento entre ERC y lo que queda de Podemos al margen de Colau.
Según las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE, Aragonés quería en realidad contar con Domènech en su nuevo Ejecutivo. El profesor e historiador, sin embargo, ha rechazado la oferta del Presidente dejando a Ubasart ocupar el cargo de consejera de Justicia y Memoria. La clave de esta operación atañe, no obstante, a la voluntad de Aragonés de ampliar su electorado intentando sustraer votos a la alcaldesa Ada Colau de cara a las próximas elecciones de Barcelona.
En los ambientes de Podemos en Cataluña se especula, de hecho, con que Ubasart pueda incluso aspirar a ser candidata de ERC en las próximas municipales en la ciudad condal. Esta opción, sin embargo, no convence a muchos, quienes dudan de que Ubasart lleve a ofrecerse para una campaña contra Colau que podría conllevar cierto desgaste personal. «No quiere exponerse en campaña electoral», sostienen algunos en el partido.
Candidata al Ayuntamiento
Especulaciones a parte sobre el futuro de Ubasart, lo cierto es que su nombramiento ha enojado al entorno de Colau. Algunos de sus portavoces han criticado abiertamente a Aragonés, alegando un proyecto demasiado débil para asegurar la solidad institucional al Govern. «No va de nombres propios, sino de políticas», se han limitado a comentar. Se trata, no obstante, de excusas, según las fuentes consultadas activas en Cataluña, que se centran en la exigencia de los Comunes de formar parte del nuevo Ejecutivo y evitar que los fichajes cercanos a su espacio conviertan a ERC en un partido capaz de restarles votos en las próximas municipales.
La operación de Aragonés después de la salida de Junts del Govern se ha centrado, en efecto, en nombrar como consejeros a figuras destacadas de otros espacios políticos, como Carles Campuzano (exconvergente) y Joaquim Nadal (del entorno del PSC). «Son todos perfiles socialdemócratas», esbozan desde varios ámbitos de la política catalana para explicar la vocación de ERC de erigirse en «nueva Convergencia».
En Podemos llegan a la misma conclusión: «Así como el PP captó cuadros de Ciudadanos para hacerse con ese electorado, ERC ahora lo hace con Convergencia, PSC y Podemos«. Se trataría de una operación centrada en una lectura concreta del actual momento político: la década de la nueva política va a menos y hace falta consolidar posiciones «tradicionales» opuestas a la fragmentación de estos últimos años. «Todos, menos el PSOE», deslizan en el segmento ‘morado’.
Pinza Rufián-Montero contra Díaz
Según esa tesis, el fichaje de Ubasart excede incluso la dinámica local del choque con Díaz, y se enmarca en una operación de acercamiento de los republicanos a algunos referentes de Podemos. El hecho de que Ubasart forme parte, al igual que Domènech, del Institut Sobiranies, coincide con esa operación. Ese think tank nació al albur del acercamiento de segmentos de Podemos a ERC, patrocinado por el empresario Jaume Roures.
En el Congreso de los Diputados es conocida, además, la buena relación de Gabriel Rufián con el entorno de Irene Montero. El propio Rufián ha sido uno de los dirigentes de los partidos socios del Gobierno de Sánchez más duro con Yolanda Díaz. Entre otras cosas, el portavoz de ERC evitó respaldar su reforma laboral, lo que ha desembocado en una ruptura personal entre él y la ministra.
Iglesias juega en ese tablero. En la guerra interna con el sector de Díaz -también con el de Errejón- Iglesias tiende puentes con ERC y Bildu. Cuando ejercía de vicepresidente ya abrió unos contactos directos que ahora los abertzales y los republicanos echan en falta. Los nacionalistas comparten la acusación de «deslealtad» contra Díaz, que lanzan desde el cuartel ‘morado’. Si todavía no hay una alianza política clara, sí existe mucha sintonía.
En el caso concreto de Domènech, además, «sentó muy mal» que el entorno de Díaz dejara entender que entre él y la vicepresidenta había un acercamiento, zanjan las fuentes consultadas. Así que el experimento catalán puede servir a los sectores cercanos a Iglesias para comprender hasta dónde puede llegar ERC. Y también para debilitar a una adversaria en el complejo organigrama de la batalla interna contra Díaz.
Los ‘morados’ repiten una y otra vez que el músculo del nuevo proyecto de Díaz no se halla en Madrid, sino en Cataluña. Este diario ya desveló que Colau estaba apoyando en sectores sensibles como las redes sociales y la captación de fondos. A cambio, Colau habría pedido a Díaz ser la cabeza de listas de Sumar en las próximas generales. El objetivo común de ERC y el entorno de Galapagar coincide en lo fundamental: hace falta debilitar a Colau para que Díaz recapacite.
