Indignación en un pueblo de Málaga por el cierre del cuartel que Marlaska prometió
Cañete la Real teme quedarse sin los agentes que velan por su seguridad. Interior se comprometió a mantener el puesto en 2010, pero ahora pretende cerrarlo
La indignación ha tomado el municipio malagueño de Cañete la Real. La razón es sencilla: los vecinos no quieren quedarse sin aquellos que velan por la seguridad en esta localidad de 1.700 habitantes, sus 11 agentes de la Guardia Civil. Aunque todavía no hay nada oficial, el rumor de que el Ministerio del Interior pretende cerrar el cuartel en el pueblo es cada vez más insistente. El Ayuntamiento esgrime que ha gastado más de 200.000 euros en una operación para mantenerlo, mientras el departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska guarda silencio.
Los hechos hablan por sí solos. En 2010, Interior se comprometió con el Consistorio a remodelar el puesto policial y a mantenerlo pese a la reestructuración de instalaciones que lleva a cabo desde hace tiempo la Dirección General de la Guardia Civil. Una operación que ha dejado a centenares de municipios en España sin cuarteles y, por ende, con mayor inseguridad.
Después de años de vacilaciones y varias reuniones para intentar algún avance en la construcción de un nuevo puesto con representantes del ministerio, la realidad con la que se han encontrado los vecinos es que el fin de la Guardia Civil en este municipio enclavado en la comarca del Guadalteba está más cerca que nunca.
«El sentir del pueblo entero»
Todo comenzó en 2007, a consecuencia del mal estado del inmueble. El Ayuntamiento de Cañete la Real y el Ministerio del Interior formalizaron una declaración de intenciones en la que el Gobierno central se comprometía a llevar a cabo la construcción de un nuevo cuartel y el Consistorio a la demolición del antiguo, la instalación de suministros básicos, la puesta a disposición del solar y la redacción del proyecto de construcción del nuevo edificio.
Poco después se realizó la demolición y la adecuación del solar. La operación contó con el apoyo económico de la Diputación Provincial de Málaga. En 2009 se hizo entrega al Ministerio del Interior de un anteproyecto, que fue finalmente aprobado en 2010. A partir de ahí, desde 2012 y en reiteradas ocasiones, el Ayuntamiento ha contactado y concertado citas con responsables del ministerio sin obtener avance alguno hasta ahora, a través de algunos agentes del Instituto Armado.
«Es el sentir del pueblo entero. El temor principal es quedarnos sin los 11 agentes», revela Josefa Jurado, alcaldesa de Cañete la Real. La dirigente socialista, que gobierna desde 2021 con el apoyo del PP, explica a THE OBJECTIVE que el cierre del puesto supone «un problema», sobre todo, de seguridad. A pesar de que son pocos habitantes, cuentan con un extenso término (165 kilómetros cuadrados) en el que colindan tres provincias: Málaga, Sevilla y Cádiz.
Jurado es consiente de la situación económica. «No pedimos el nuevo cuartel, la cosa no está para construir. Solo queremos que mantengan el puesto». La regidora explica que conocieron las intenciones de cerrarlo «por gente allegada a la Guardia Civil». Se reunieron con la Comandancia de Málaga y con representantes del ministerio, pero no obtuvieron respuesta oficial. «Solo sabemos que quieren redistribuir a los agentes y siempre que pasa eso pierden las zonas despobladas».
Sospechan que el cierre del puesto podría materializarse a principios del próximo año. El factor sentimental no es el único al que aluden para que el ministro lo mantenga. También es una cuestión económica. Cañete la Real ha invertido más de 200.000 euros en la operación, lo que supone el 12% de su presupuesto anual. El Ayuntamiento se comprometió a demoler el edificio que la albergaba, una operación en la que gastó más de 100.000 euros. Una cuantía similar a la que desembolsó para ceder otro solar y pagar el proyecto del nuevo cuartel. Si se confirman los temores de sus vecinos, no habrá servido para nada.
Incertidumbre entre los agentes
Los trabajadores también viven en una incertidumbre. Desconocen qué pasará con ellos, aunque les prometieron que la mitad de la plantilla sería destinada al cuartel de Ronda, del que depende orgánicamente Cañete la Real, y la otra mitad al de Manilva. Les garantizaron que obtendrían un pase preferente para pedir un nuevo destino en la provincia, pero han salido las vacantes y ellos están en las mismas circunstancias que el resto de compañeros del Cuerpo para pedirlas.
En Ronda han ofertado tres plazas, una cifra insuficiente, lamentan los agentes destinados en Cañete la Real. Otra opción pasa por un aumento de plantilla en la Compañía de Ronda, que ofrece cobertura a 25 municipios de Málaga y cuenta con siete puestos, entre ellos el de Cañete la Real.
«Llevamos aquí más de 10 años. Es el sitio donde está nuestra familia y no queremos irnos», explica un agente. Algunos pasaron años destinados en el norte de España para volver cuanto antes a su tierra. Temen que, después del sacrificio, den un paso atrás. «No sabemos si tendremos que volver a marcharnos», lamenta otro guardia. Han enviado instancias individuales a la directora del Cuerpo, María Gámez, para exponerles su caso. De momento no han obtenido respuesta.