Espadas irrita al PSOE por admitir las carencias de los gobiernos socialistas en Andalucía
«No han resuelto los problemas estructurales de Andalucía, nosotros tampoco pudimos», espetó Espadas al presidente de la Junta
Juan Espadas se ha convertido en una víctima colateral de sus palabras. El líder del PSOE de Andalucía intentó desmontar el jueves en el Parlamento regional el discurso triunfalista de Juan Manuel Moreno. El presidente de la Junta defiende que su gestión ha mejorado la economía andaluza. Como se esperaba, Espadas puso en duda la mayor, pero lo hizo con un argumento que dejó perplejo a buena parte de sus compañeros de bancada y que ha irritado a su partido. Especialmente, a quienes tuvieron responsabilidades durante los 37 años de gobiernos socialistas por admitir que no pudieron resolver los problemas de la región.
«¿Somos líderes en la creación de empleo o de empresas? No. Somos líderes en paro porque, desgraciadamente, cuatro de cada 10 desempleados nuevos son andaluces. No han resuelto los problemas estructurales de Andalucía, nosotros tampoco pudimos», espetó Espadas al presidente de la Junta. Un razonamiento que llamó la atención de algunos parlamentarios socialistas y que ha caído como un nuevo jarra de agua fría entre los dirigentes del PSOE en la región.
Un histórico del partido asegura a THE OBJECTIVE que esa afirmación supone un «despropósito absoluto» porque echa por tierra el trabajo desarrollado durante décadas por los compañeros. «La transformación de Andalucía lleva el sello del PSOE. Esta tierra no se parece en nada a la que yo conocí en los años setenta». Un miembro de la primera ejecutiva de Susana Díaz sostiene que esas palabras suponen «una enmienda a su propia gestión» y recuerda que Espadas, entre otras cosas, fue viceconsejero de Medio Ambiente y consejero de Vivienda y Ordenación del Territorio.
La estrategia del PSOE
«La gente se pregunta quién está al volante, quién dirige la estrategia», asegura un dirigente de confianza de la anterior presidenta andaluza. Entre sus acólitos hay quien ve en las palabras de Espadas una crítica velada a la gestión de su predecesora al frente del PSOE en Andalucía. Otro antiguo alto cargo socialista en la Junta revela que el líder regional de su partido parece abatido tras sufrir una severa derrota ante Moreno, que consiguió la mayoría absoluta en las elecciones de junio.
Hay voces que consideran que Espadas está ya amortizado. No solo porque obtuviera 30 escaños en los comicios autonómicos, los peores números de su historia, también porque consideran que está desmotivando a los compañeros y al electorado. Una opinión que también defiende Luis Ángel Hierro, que se enfrentó a Espadas y a Díaz por la secretaría general del PSOE, aunque solo alcanzó el 5% de los votos.
El catedrático de Economía Pública en la Universidad de Sevilla, que lleva cuatro décadas militando en el PSOE, no se esconde. Sostiene que las palabras de su secretario general «dejan en muy mal lugar a los anteriores gobiernos socialistas». Como experto en la materia, defiende que la acción de gobierno no incide en la «evolución» de la riqueza de una región en términos relativos y que esos cambios responden más a «circunstancias excepcionales». Como ejemplo pone a Noruega, que descubrió que tenía petróleo.
«La Andalucía que yo conocí en mi juventud no tiene nada que ver con la de ahora. De tener indicadores de una tierra en vías de desarrollo ahora tenemos los de una gran potencia», reconoce Hierro. El mérito, asegura, pertenece al PSOE, que ha gobernado esta tierra de forma ininterrumpida durante cuatro décadas, hasta diciembre de 2018, cuando PP y Ciudadanos llegaron al poder gracias al apoyo externo de Vox.
Hierro afea a Espadas que se haya referido en tales términos. «La historia no empieza con él. Decir lo que ha dicho es tratar a los andaluces de imbéciles. Es un despropósito». Este militante crítico, cuya causa concentra una buena masa de afiliados, ha pedido al líder de su partido que dimita. No es la primera vez, ya lo hizo tras la debacle electoral. Si no lo hace, insta a Ferraz a «tomar cartas en el asunto» porque «hay que enderezar esto» de cara a las elecciones municipales de mayo.
La dimisión de Espadas
«El PSOE es la máquina electoral más potente de España y ahora estamos como pollos sin cabeza. Hay que articular un partido que integre a todos y eso pasa porque deje de ser secretario general. Cada día que pasa desmotivamos más a la gente», insiste Hierro. En su opinión, que Espadas se mantenga al frente de la organización repercute en el resto del grupo parlamentario ya que «si el entrenador no se entera de que jugamos al fútbol y no al baloncesto, es imposible cosechar buenos resultados».
Los dirigentes consultados por este diario personifican «la deriva» del partido en Andalucía en Espadas, pero reconocen que hay que hacer retoques en el equipo. Un antiguo alto cargo de Díaz reconoce que el Pleno celebrado el jueves en el Parlamento de Andalucía fue «un desastre absoluto» y que la intervención del líder del PSOE solo fue «el culmen de un despropósito».
«Hubo intervenciones bochornosas. No sé si no se trabaja o no se da el nivel», mantiene una antigua dirigente. Subraya que el consejero de Presidencia, Antonio Sanz, dio «un repaso» al parlamentario socialista Rafael Márquez a cuenta del Urbanismo y que Antonio Ruiz ni siquiera supo contestar a un periodista cuál fue la respuesta que le dio la consejera Patricia del Pozo a su pregunta. «La gente que se sube a la tribuna no sabe de lo que habla y, en muchos casos, tampoco lo que lee».
Otra socialista andaluza que tuvo importantes responsabilidades en el pasado lamenta que no se revisaran los debates parlamentarios de etapas anteriores y que no se rescatara el dictamen del grupo de trabajo sobre financiación en la pasada legislatura. Afirma que sus compañeros no se prepararon bien el asunto de la autonomía fiscal de Andalucía y que acudieron al debate sin enmiendas, lo que «aprovechó Por Andalucía», la coalición que integra a IU y que conforman cinco diputados alejados entre sí.
«A mí esto me duele», revela la antigua dirigente del PSOE. Como ella, hay otros compañeros que reconocen que Espadas está amortizado y le ponen fecha de caducidad: la elecciones de mayo. Por eso mantendría un asiento en el Senado. Sus detractores sostienen que su estrella comenzó a apagarse en los comicios de junio, pero que se fundió por completo un mes después, en el Comité Director celebrado en Alcalá de Guadaíra, cuando ni siquiera se alcanzó quórum para llegar a acuerdos.