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Villacís sigue los pasos de Arrimadas y no se presentará a la dirección de Ciudadanos

La vicealcaldesa seguirá centrada en el Ayuntamiento de Madrid después de que la líder ‘naranja’ sumiese este lunes en el desconcierto a una parte de la Ejecutiva

Villacís sigue los pasos de Arrimadas y no se presentará a la dirección de Ciudadanos

Begoña Villacís e Inés Arrimadas frente a la catedral de la Almudena. | Foto: Twitter de B. Villacís

La vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, seguirá los pasos de Inés Arrimadas y no tiene previsto presentarse a la dirección de Ciudadanos en la próxima Asamblea General extraordinaria del 14 y 15 de enero, según desvelan a THE OBJECTIVE fuentes próximas a la coordinadora autonómica de Cs en la Comunidad de Madrid.

Villacís se centrará en la candidatura naranja a la Alcaldía de la capital después de haber sido la coordinadora política del equipo de refundación, donde se apuesta por plantear a la militancia que desaparezca la figura del presidente y el partido se divida en dos direcciones, al estilo del PNV: una orgánica y otra política.

Por el momento, la Ejecutiva de Arrimadas no se ha decantado de cara al congreso de enero por una candidatura oficialista para la parte orgánica, en el que las funciones internas las asumiría un director ejecutivo, coordinador o secretario general -el nombre del cargo no está decidido-. Dentro de la Ejecutiva naranja hay voces que apuestan por el jefe de la delegación en Bruselas, el eurodiputado Adrián Vázquez, para esa nueva función.

Arrimadas tendrá que pasar por unas primarias

Con una bicefalia parecida a la del PNV y una mayor descentralización territorial en la toma de decisiones, se busca «proteger» a Arrimadas como su «mayor activo político» de cara a las elecciones generales, si bien dentro del Comité Ejecutivo hay miembros que ponen en duda que la actual presidenta vaya a ser la cabeza de cartel de Ciudadanos dentro de un año. «Ella estará en manos de quien dirija el partido», puntualiza una fuente antes de recordar que Arrimadas se tendría que someter al escrutinio de unas primarias cuando Pedro Sánchez convoque elecciones.

El hecho de que Arrimadas se haya echado a un lado este lunes en la carrera para presidir formalmente el partido centrista desconcertó a una parte importante de los dirigentes naranjas. «Se inventa una bicefalia pero que lo suyo, la dirección política, no se vote», se queja un miembro del Comité Ejecutivo bajo condición de anonimato. En realidad, la dirección política saldría de una votación, aunque posterior a la prevista para el mes de enero y más pegada a los comicios generales para los que aún no hay fecha.

Este dirigente muestra su «indignación» con la presidenta de Cs por convocar un congreso extraordinario al que finalmente no se presentará a la reelección del cargo que heredó de Albert Rivera. «Ahora ve que la cosa está muy complicada. Inés está engañando a mucha gente», subraya este miembro de la Ejecutiva naranja con cierto pesar, al constatar que «nadie se atreve a dar un paso» ante la perspectiva de una posible debacle electoral en mayo.

En todo caso, la bicefalia es una opción que ha concitado adhesiones en una parte importante de la militancia, con el fin de que los dirigentes políticos queden «liberados» de las labores orgánicas e institucionales que han tenido hasta ahora. «No llegas a ambas cosas», sintetiza un dirigente autonómico antes de defender «una dirección colegiada que huya del cesarismo».

El que fuera rival de Arrimadas hace dos años, Francisco Igea, también ve con buenos ojos este nuevo modelo. «Tiene que haber un cambio visible. No es mala cosa», subraya el único procurador naranja en Castilla y León ante la nueva fórmula política a la que se encamina el partido. También destaca la «generosidad» de la actual presidenta echándose a un lado. «No estamos para pegarnos, sino para afrontar este proceso con calma», recomienda a sus compañeros en declaraciones a THE OBJECTIVE.

Ciudadanos tiene este martes un hito importante en la celebración de la Asamblea General con la reunión del Consejo General, el máximo órgano entre congresos, para refrendar el borrador de reglamento que el equipo de Arrimadas aprobó la pasada semana. El texto corre el riesgo de ser tumbado o modificado ante el malestar que se está extendiendo entre un número significativo de consejeros, a los que no gusta el calendario del congreso ni el escaso margen para debatir la refundación del partido, según desveló este diario.

Este órgano cuenta con 125 consejeros generales elegidos por los afiliados –las últimas 18 vacantes se cubrieron a finales de octubre– y por 21 miembros del Comité Ejecutivo. En los próximos dos meses va a tener un importante papel, ya que tiene que aprobar el reglamento de la Asamblea General y sus 125 consejeros son miembros natos en el cónclave congresual de mediados de enero.

En los últimos días, se ha formado un grupo de consejeros que quiere forzar votaciones secretas en la reunión telemática del Consejo General de este martes a las 11:00 horas. El peso de la iniciativa lo lleva Rainaldo Ruiz, un veterano concejal naranja de la localidad catalana de Hospitalet que entró en este órgano de Cs en la última tanda de octubre.

Para lograr que las votaciones sean secretas se necesita el apoyo de una 1/5 parte de sus miembros -por tanto, un mínimo de 33 respaldos-, según los Estatutos de Cs. A última hora de este domingo, ya habían reunido alrededor de 40 apoyos, si bien las firmas tienen que ser enviadas por escrito al presidente de este órgano, Manuel García Bofill, antes de que empiece la reunión.

En la reunión de este martes se van a presentar enmiendas totales y parciales al reglamento que ha propuesto el equipo de Arrimadas. Estos consejeros críticos con la dirección nacional creen que si logran el quórum suficiente para pedir el voto secreto, como así parece, entonces el posterior desenlace de las votaciones estaría abierto y sería una incógnita.

En este sentido, confían en que el malestar se extienda a una amplia parte del Consejo General al no poder saber la dirección nacional lo que vota cada uno, y no descartan que entre 60 y 70 miembros de este órgano decidan cambiar los planes de Arrimadas, quien sufriría su peor derrota interna desde que preside Ciudadanos.

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