Documentos de la Junta de Extremadura desmienten a los ecologistas de Valdecañas
Un escrito reciente desmonta el principal argumento ecologista, que el TSJ de Extremadura dio por bueno para ordenar en 2011 la paralización del complejo
Documentos de la Junta de Extremadura desmienten a los ecologistas de Valdecañas. | Carmen Suárez
Después de 15 años de batalla judicial entre ecologistas y promotores inmobiliarios por el complejo residencial y turístico de la Marina de Valdecañas, en la provincia de Cáceres, documentos oficiales de la Junta de Extremadura podrían dar un nuevo vuelco al caso, según fuentes jurídicas consultadas por THE OBJECTIVE. La admisión a trámite por parte del Tribunal Constitucional (TC) de tres recursos de amparo ha paralizado provisionalmente el derribo del complejo confirmado por el Tribunal Supremo el pasado mes de febrero al entender que, como alegaba Ecologistas en Acción y sentenció el TSJ de Extremadura, el proyecto se ejecutó en un área natural protegida.
Sin embargo, los promotores de la Marina de Valdecañas mantienen abierto otro recurso de revisión ante el Alto Tribunal en el que ha sido aportado un escrito del gobierno autonómico que puede dar un giro de 180 grados al caso. Un documento que desmiente el principal argumento de los ecologistas, y que el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Extremadura dio por bueno para ordenar en 2011 la paralización del complejo, bautizado como la ‘Marbella extremeña’ por los ecologistas. Un proyecto que había sido aprobado por la Junta de Extremadura en 2007 como Proyecto de Interés Regional.
«No se tiene constancia de resolución administrativa expresa de la Consejería competente en materia de medio ambiente que declare ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) el ‘Embalse de Valdecañas’», indica el escrito aportado al Tribunal Supremo, y firmado por la Consejería de la Transición Ecológica y la Sostenibilidad . «Tampoco se tiene constancia de que el Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura haya adoptado acuerdo expreso de declaración de la ZEPA ‘Embalse de Valdecañas», agrega el documento oficial, fechado el 29 de marzo de 2022.
Este documento es la base del recurso de revisión con el que los promotores del complejo urbanístico intentan paralizar el derribo de las 183 viviendas unifamiliares ya construidas, y con el que tratan de que se les dé permiso para poder ejecutar las obras del resto de las 585 casas proyectadas. No han podido ser construidas desde que el TSJ de Extremadura paralizó cautelarmente su construcción en 2011 -y de forma firme en 2014- al considerar que el embalse de Valdecañas era una ZEPA que formaba parte de la Red Natura 2000, como alegaban las dos organizaciones ecologistas recurrentes.
Al negar ahora la Junta de Extremadura la existencia de ninguna resolución administrativa que haya declarado oficialmente como ZEPA el embalse sobre el se erige el complejo, los promotores esperan que el Tribunal Supremo acabe dando marcha atrás. Independientemente de la sentencia que dicte el TC. Según fuentes cercanas al caso, si los magistrados solicitan a la Junta un acto administrativo firme en el que aclare oficialmente que Valdecañas nunca fue incluido como ZEPA en la Red Natura 2000, tal y como recoge la carta de marzo pasado, se les podría permitir concluir y mantener vivo el complejo urbanístico y turístico.
La Marina de Valdecañas, proyecto con el que se buscaba atraer a un turismo de alta calidad a menos de 200 kilómetros de Madrid, cuenta actualmente con 183 viviendas unifamiliares construidas, además de un hotel de cuatro estrellas de los dos que contemplaba el proyecto original, un campo de golf, un puerto náutico e instalaciones deportivas. Todas ellas «se encuentran a pleno rendimiento» los fines de semana y en temporada alta, según un recurso de amparo interpuesto por los ayuntamientos de Berrocalejo y El Gordo, que ha sido admitido a trámite por el TC.
La Junta ya lo negó en 2007
Los alcaldes de ambos municipios, que también intentan reavivar y evitar el derribo de un complejo que da unos 200 empleos directos y otros tantos indirectos a sus vecinos, no fueron los únicos en recurrir al TC. También fueron admitidos esta semana sendos recursos de amparo interpuestos por la Junta de Extremadura, gobernada por el PSOE, y por la Comunidad de Propietarios del complejo de Valdecalas.
Tras el espaldarazo que ha supuesto la admisión a trámite de los recursos de amparo por parte del Tribunal Constitucional, los promotores podrían guardar ahora otro as bajo la manga para conseguir su propósito, según han confirmado a THE OBJECTIVE fuentes cercanas al caso. Y es que, según las mismas fuentes, existe otro documento oficial que demuestra que en el momento en que fue aprobada la construcción de la Marina de Valdecañas, en 2007, la Junta de Extremadura también reconoció que el terreno en el que se erige el proyecto no era Zona de Especial Protección para Aves (ZEPA). Se trata del Decreto 55/2007, publicado en el Diario Oficial de Extremadura (el equivalente regional al BOE).
Según ha comprobado este diario, en ese decreto del 10 de abril, por el que se aprueba definitivamente el Proyecto de Interés Regional (PIR) promovido por la ‘Marina de Valdecañas, S.A.’, se admite implícitamente que en ese momento tampoco se había declarado como ZEPA el terreno donde se iba a erigir el proyecto. En uno de sus párrafos se indica: «En el supuesto de la declaración oficial de Zona de Especial Protección para Aves (ZEPA) del Embalse de Valdecañas, la Entidad promotora colaborará en la financiación de la redacción del Plan General de Uso y Gestión (PRUG) de la misma».
No obstante, el proyecto quedaba aprobado independientemente de si en el futuro o no se declaraba como ZEPA el embalse donde se encuentra el complejo urbanístico. Algo que, según el documento de la Junta de Extremadura aportado por los promotores al Tribunal Supremo, nunca ha ocurrido. Además, en el decreto publicado en el DOE los promotores se comprometían a construir «un centro de interpretación de la propia ZEPA» en caso de que el terreno fuese declarado como zona de especial protección para las aves.
