La Guardia Civil ve imposible que Sánchez traspase el Tráfico a Navarra en cinco meses
La falta de medios humanos, materiales y de infraestructura en la Policía Foral hace inviable el compromiso del Gobierno con Bildu, según el Instituto Armado
El plazo de cinco meses que ha pactado el Gobierno con EH Bildu para transferir de manera efectiva la competencia de Tráfico y Seguridad Vial a la Policía Foral de Navarra es una utopía. Un proyecto deseable, pero irrealizable a todas luces en ese periodo de tiempo. Es lo que advierten las fuentes de la Guardia Civil, consultadas por THE OBJECTIVE, habida cuenta de la falta de medios humanos, materiales y de infraestructura que existe en el cuerpo autonómico, que supuestamente deberá asumir el trabajo que hacen actualmente 200 agentes del Instituto Armado antes de que llegue la primavera, según la promesa del Ejecutivo de Pedro Sánchez.
Otra prueba de ello, resaltan las mismas fuentes, son los cuatro años que preceden a este pacto de traspaso de competencias entre ambos actores. El primer compromiso del Gobierno de coalición con el partido nacionalista para ceder Tráfico se fijó en 2019. Desde entonces, las negociaciones para materializar este cambio han sido infructuosas hasta el punto de atascarse en varias ocasiones. De hecho, el pasado 15 de noviembre, según ha podido saber este periódico, el general jefe de la Agrupación de Tráfico de la Guardia civil, José Ignacio Criado, admitió en una reunión interna en la sede central de esta agrupación, en Madrid, que todo lo relativo a Navarra «estaba completamente parado». Siete días después, el Ejecutivo se comprometía, de nuevo, a ello.
Una falta de acuerdo, en esta última ocasión, que comenzó a vislumbrarse en diciembre de 2021. Los gobiernos navarro y central acordaron, en un primer momento, firmar la transferencia el pasado 1 de diciembre, pero se «retrasó» por «cuestiones técnicas». Una prórroga que se ha ido alargando en el tiempo, y que había dado cierto alivio a los guardias civiles de Navarra, que incluso daban el asunto por zanjado. «Ese tema ha pasado prácticamente a la historia», llegaban a admitir.
Este jueves, claro está, la «sorpresa es mayúscula», aseguran algunos agentes a este periódico. No solo en el caso de las escalas más bajas en la agrupación de tráfico navarra, sino también en el de los mandos, que «no sabían nada». «Hay mucho asombro y estupor entre los jefes», admiten. Tampoco saben nada ahora sobre cuál será su futuro laboral. Aseguran que el Ministerio del Interior «no ha comunicado formalmente nada a los agentes sobre las opciones que tendrán». «Nos enteramos antes por la prensa, es muy triste», confiesan.
«Pactan con terroristas»
Esta decisión ha caído como un jarro de agua fría en la Guardia Civil, que, según las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE, critica al Gobierno por «pactar con terroristas» y «no haberse sentado a dialogar con los guardias civiles en ningún momento» tras años de rumores y pactos políticos sobre lo que iba a ocurrir con los agentes de tráfico en Navarra. Desde la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) han exigido la comparecencia del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, para que dé explicaciones sobre «este chantaje» a los agentes de la Benemérita que se verán afectados por la transferencia.
Fuentes del Instituto Armado critican que Interior no ha concretado si van a tener opciones «a una pasajera» para ingresar a la Policía Foral, o si van a asignar preferentes para ocupar nuevos destinos en la Guardia Civil por el perjuicio ocasionado una vez el cuerpo autonómico asuma las competencias en Navarra. El plan inicial del departamento dirigido por Fernando Grande-Marlaska era que los agentes tuviesen cuatro posibilidades.
Cuatro opciones
Por un lado, una pasarela mediante la cual los guardias civiles pudiesen integrarse en la Policía Foral. Y por otro, ocupar puestos de trabajo en la misma especialidad del Instituto Armado o en otras comandancias, es decir, un traslado de comunidad autónoma; o bien seguir trabajando en otra unidad de la Guardia Civil en Navarra, de la que forman parte 1.623 agentes.
En la Administración navarra trabajan sobre todo con esos dos últimos escenarios: aquellos en los que los guardias civiles se niegan a formar parte de la Policía Foral. Un sentimiento bastante extendido en la plantilla policial. Lo que irremediablemente llevaría a convocar una Oferta de Empleo Público (OPE), ya que el cuerpo autonómico no cuenta con suficientes efectivos para suplir las vacantes de Tráfico. Una cuestión que, desde luego, no llevaría cinco meses, sino años, zanjan desde la Guardia Civil.