THE OBJECTIVE
España

La Guardia Civil revela que ETA usó canales de comunicación similares al yihadismo en 1999

El comando Madrid empleaba el email para relacionarse con la dirección de la organización. Lo hacían en lugares públicos para evitar ser rastreados

La Guardia Civil revela que ETA usó canales de comunicación similares al yihadismo en 1999

ETA anuncia el cese definitivo de la actividad armada en octubre de 2011. | Europa Press

Internet abrió una puerta de posibilidades a ETA. Los habituales enlaces, que se encargaban de trasladar instrucciones, material o dinero, nunca dejaron de operar. No obstante, las nuevas tecnologías facilitaron la comunicación. Un informe de la Guardia Civil revela que el comando Madrid comenzó a utilizar en 1999 un canal inédito para relacionarse con la dirección. Los miembros de la banda terrorista comenzaron a enviarse correos electrónicos, un método que por entonces solo utilizaban los yihadistas. Sin embargo, no existen evidencias de conexión.

El documento remitido a la Audiencia Nacional, al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, hace una exhaustiva radiografía de uno de los comandos más sanguinarios de ETA. Denominado también comando Buruhauste, fue el primero en actuar tras la tregua durante el gobierno de José María Aznar. Estaba formado por seis liberados y operó en la capital desde mediados de 1999 hasta su desarticulación en octubre de 2001. Fue responsable de 10 atentados y siete asesinatos

Ana Belén Egües tuvo una labor vital en su puesta en marcha. Fue quien captó a la mayoría de los miembros del comando, con los que compartió piso en Francia. Una vez organizado, la dirección le pidió que alquilase una casa en Salamanca como base de operaciones y otra en la capital como piso franco. Llegaron a Madrid en octubre de 1999, cuando arriendan una vivienda en el barrio de Carabanchel.

Las cuentas de ETA


Egües fue detenida en noviembre de 2001. Relató a la policía que la comunicación con la dirección se producía a través de Internet y siempre desde ordenadores ubicados en establecimientos públicos. La etarra describió el tipo de cuentas y claves utilizadas, distinguiendo el correo que usaban para comunicarse con la dirección del que utilizaban para relacionarse entre ellos.

«El de Salamanca (presumiblemente Juan Luis Rubenach Roiz) tenía un email y Óscar (Aitor García Aliaga) otro para ponernos en contacto con la Organización KOL. COM. Usábamos un email de AR con las claves AndresCarlos y Ruggero», reconoció Egües ante las autoridades. Los agentes apenas otorgan importancia a este canal de comunicación en el informe solicitado por el juez Santiago Pedraz tras la querella del abogado de la Asociación Dignidad y Justicia, Miguel Ángel Rodríguez Arias.

Los expertos señalan la relevancia del hallazgo. En estos momentos hay más de 1.500 millones de personas con una cuenta de correo electrónico, una quinta parte de la población mundial. Enviar y recibir emails es el pan nuestro de cada día en el mundo desarrollado. Sin embargo, en 1999 apenas existían 40 millones de usuarios en todo el planeta y el acceso a Internet era limitado

Exposición sobre el terrorismo de ETA en la Fundación Miguel Ángel Blanco. | Foto: Iñaki Berasaluce (Europa Press) 

ETA advirtió pronto las posibilidades que ofrecía para comunicarse este canal del ejército estadounidense que democratizó en 1971 el ingeniero Roy Tomlinson. También lo hicieron los yihadistas, que en septiembre de 2011 protagonizarían en EEUU el mayor atentado que se recuerda. Sin embargo, el modus operandi de los etarras difería de la manera de actuar de los yihadistas. 

«En lugar de enviar los correos, los yihadistas compartían una misma cuenta y dejaban los textos guardados en borradores. Como ellos, utilizaban el mismo email y tenían las mismas contraseñas, pero si no hay envío, no se deja rastro. Por eso no saltaba la alerta de la policía», explica Gaizka Fernández responsable de investigación del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, con sede en Vitoria.

Una Euskadi reprimida

El mundo abertzale comenzó a tejer una red de páginas web de apoyo a ETA a finales de los años noventa. La mayoría a través de servidores en países extranjeros. En ellas trasladaban la imagen de una Euskadi reprimida y calificaban a la organización armada como «grupo liberador».

Advirtieron que podían establecer contacto a través del correo electrónico, gratuito, y que, si lo hacían en cibercafés, evitaban ser rastreados. Pero no siempre fue así. Alfredo Pérez Rubalcaba, entonces ministro del Interior, reconoció que el envío de emails fue determinante para localizar y detener a Garikoitz Aspiazu Rubina, Txeroki, en la estación de esquí de Cauterets a comienzos de noviembre de 2008. Lo que les había funcionado años antes, había quedado caduco.

Fernández establece un paralelismo entre el método que utilizaban los etarras y el de los yihadistas en los noventa, aunque no vinculan las organizaciones. «Son fruto de una evolución paralela, no tiene por qué existir contacto. No hay ningún vínculo directo, aunque algunos miembros pudieron tener relación personal en la cárcel». 

Al historiador no se le escapa que ETA ha tenido vínculos con otras organizaciones terroristas de Oriente Medio, como la OLP, y que incluso ha entrenado durante años en Argelia. Sin embargo, no ve clara una relación entre etarras y yihadistas, ya que el método no es completamente idéntico, tan solo similar. Por eso lo ve como fruto de una evolución natural.

«Los terroristas tienen que recurrir a los mismos traficantes de armas, que también es un vínculo, aunque indirecto. Quizás el sistema fue pasando de unos a otros de esa manera, aunque son simples especulaciones», admite Fernández. El historiador acaba de publicar un libro en Italia titulado El terrorismo en España, basado en algunos de sus anteriores trabajos en nuestro país.

El otro autor de la obra es Matteo Re, experto en violencia política y profesor en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. En su opinión, las organizaciones terroristas siempre ingenian sistemas para mejorar sus canales de comunicación porque deben ir un paso por delante. Recuerda el método del pizzini, un trozo de papel que los enlaces de la mafia se tragaban antes de que las autoridades les descubrieran.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D