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La Guardia Civil señala a nueve ex jefes de ETA de dar las «órdenes» para matar al juez Querol

Un informe enviado a la Audiencia Nacional destaca que la banda terrorista había logrado reunir un millar de personas dispuestas a matar

La Guardia Civil señala a nueve ex jefes de ETA  de dar las «órdenes» para matar al juez Querol

Agente de la Guardia Civil. | Guardia Civil (Europa Press)

La Guardia Civil responsabiliza a la cúpula de ETA del atentado que costó la vida al juez José Francisco Querol. El informe que el Instituto Armado ha enviado a la Audiencia Nacional señala a nueve ex jefes de la banda terrorista como autores intelectuales del asesinato del magistrado de la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo en octubre de 2000 en Madrid, uno los 379 crímenes que aún quedan por resolver. El documento, al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, destaca que en esa época ETA había logrado reunir un millar de personas dispuestas a matar.

El oficio, de 307 páginas, identifica a Ignacio Gracia, alias Iñaki de Rentería; Mikel Albisu, Mikel Antza; Javier García Gaztelu, Txapote; Juan Antonio Olarra, Jon; Asier Oyarzabal, Baltza; Vicente Goicoechea, Willy; Ramón Sagarzazu, Ramuntxo; María Soledad Iparraguire, Anboto; y Ainhoa Múgica, Olga como los miembros de la cúpula terrorista que dieron «las órdenes oportunas» para acabar con la vida del juez Querol y de otras dos personas.

El informe fechado el 18 de noviembre fue solicitado por el juez Santiago Pedraz, titular del Juzgado Central de Instrucción Número 5 de la Audiencia Nacional, a instancias de la querella interpuesta por el abogado de la Asociación Dignidad y Justicia, Miguel Ángel Rodríguez Arias. El texto relata la identidad de los miembros de la dirección de ETA («Zuba») en octubre de 2000, el funcionamiento y modus operandi del «aparato logístico» y la composición y proceder que utilizaba el comando Buruhauste, cuyo integrantes asesinaron a Querol, a su chófer y a su escolta.

La nueva dirección de ETA

Como ya hiciera en otras causas abiertas también en la Audiencia Nacional (como la del atentado de Santa Pola en 2002 o el asesinato de Miguel Ángel Blanco), la Guardia Civil sostiene que la cúpula de ETA jugó un papel clave en el atentado que se investiga. Señala a los jefes del aparato político y militar por impartir las órdenes necesarias para facilitar los medios que empleó el comando Buruhauste, el mismo que rompió la tregua que la banda decretó entre septiembre de 1998 y noviembre de 1999.

El Instituto Armado señala a estos nueve ex jefes de ETA como miembros de su «máximo órgano de dirección» en ese momento. Todos ellos habrían participado «en el diseño, dirección, seguimiento, facilitación de medios e impartición de las órdenes oportunas para la materialización de la acción terrorista». El asesinato de Querol se enmarcaría en la nueva estrategia acordada en 1997 «de forma colegiada» por la dirección etarra de iniciar una serie de atentados contra jueces, magistrados y fiscales tras la caída en 1992 de la cúpula de ETA en Bidart (Francia).

Los agentes se amparan en la numerosa documentación incautada en el país galo, así como en las confesiones de los miembros el comando que perpetró el atentado. La etarra Ana Belén Egües Gurruchaga declaró en noviembre de 2001 a la policía que el comando Buruhauste, responsable de una decena de atentados en Madrid, dependía directamente de la dirección de ETA en Francia y que impartía las directrices a seguir en cada momento.

El informe es una radiografía completa del comando Buruhauste que disecciona a los miembros de la dirección etarra en ese momento. Sobre Iñaki de Rentería, los investigadores afirma que, desde el golpe de Bidart, empezó a «ejercer funciones de responsabilidad relacionadas tanto con el aparato militar de ETA como con su aparato logístico, labores que continuó ejerciendo hasta el momento de su detención en septiembre de 2000, apenas un mes antes del atentado».

De Baltza cuenta que pasó de ser «lugarteniente« de Anboto e Iñaki de Rentería, teniendo «responsabilidad directa sobre algunos comandos legales», a sustituir al último al frente del aparato logístico cuando fue capturado. De Willy, arrestado el 5 de octubre de 2001, afirma que ya en 1994 «se encuadra dentro del organigrama de ETA, ejerciendo inicialmente como responsable de su aparato de falsificación, para tiempo después, pasar a ejercer labores de responsabilidad en el seno del aparato político bajo las órdenes de Mikel Antza».

La Guardia Civil también sostiene que Anboto fue reemplazada por Txapote entre 1994 y 1998. «Pasó a desempeñar la máxima responsabilidad al frente de los comandos legales», insiste el informe. Después se habría ocupado de la contabilidad de ETA, incluido «el dinero procedente de la extorsión» y de la gestión de algunos zulos. Fue detenida el 3 de octubre de 2004 junto a Mikel Antza.

El informe explica sobre que, «como consecuencia de las continuas operaciones policiales llevadas a cabo contra las estructuras directivas de ETA», Mikel Antza «fue adquiriendo mayores responsabilidades en la organización terrorista hasta ejercer la máxima dirección del aparato político, y, por ende, formar parte de su comité ejecutivo a partir de mediados de 1994». De Txapote, revela que «desde la detención del anterior responsable del aparato militar, Kantauri, el 9 de marzo de 1999 hasta la fecha de su propia detención, el 22 de febrero de 2001, fue miembro del comité ejecutivo como jefe.

Tras la captura de Txapote, los investigadores perfilan a Jon como el nuevo «máximo responsable del aparato militar de ETA, junto a su compañera sentimental, Ainhoa Múgica, siendo las personas encargadas de transmitir a los comandos de acción establecidos en España las órdenes para cometer acciones terroristas». El informe afirma que Ramuntxo huyó a Francia en 1994 para integrarse en los denominados taldes de reserva, trasladándose con posterioridad a Venezuela y llegando a dirigir el «aparato internacional de ETA» hasta su detención en 2005.

Le Monde y un paquete de Marlboro

La Guardia Civil se basa en distintos indicios que van desde el reconocimiento fotográfico y las declaraciones policiales realizados por otros militantes de ETA para identificar a sus otrora jefes hasta la documentación incautada en distintos operativos en España y Francia. Destaca una carta manuscrita por Iñaki de Rentería en 1993 para concretar «una cita orgánica» entre dos miembros de ETA. Firmada por Gorosti, otro de sus alias, indica el día y la hora de un encuentro en Toulouse detallando que la «contraseña» será llevar Le Monde Diplomatique y «un paquete de Marlboro».

El informe refiere que algunas de sus cartas iban firmadas con la palabra erakundea, que significa «la organización». Unas palabras de as que «puede inferirse» que Iñaki de Rentería «se encontraba desempeñando labores directivas dentro de ETA». Los agentes del Instituto Armado también llaman la atención de «un blog de notas de la marca Carrefour que contiene anotaciones manuscritas con nombres y cantidades», una especie de «resumen-balance de cuentas referido a ciertos alias de militantes del aparato logístico» que llevaba Baltza.

Alude también a las zubatto, las actas de reunión de la zuba, diferenciando entre estas y «los documentos que recogen sus conclusiones» porque, «mientras las primeras son de carácter más restringido y de mayor amplitud y claridad, puesto que solo pueden disponer de ellas los miembros de la dirección, los segundos tienen un carácter más público», ya que «se difunden periódicamente a los distintos aparatos de la banda terrorista».

Entre las declaraciones realizadas por etarras tras su detención, figura una del 3 de enero de 2000 donde se expone que Txapote había ordenado que, cuando iniciasen las ekintzas, estas deberían dirigirse de forma especial contra los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y políticos del PP y el PSOE vascos.

«Que asimismo les indicó que serían objetivos preferenciales de las acciones terroristas, jueces, magistrados y abogados considerados enemigos del proceso de construcción nacional para Euskal Herria, así como empresarios» con «vinculaciones políticas» y que no pagaran el impuesto revolucionario, manifestó Txapote.

«Flujo de comunicación»

El informe remitido a la Audiencia Nacional también da cuenta del «flujo de comunicación» entre el comando Buruahuste, responsable material de este crimen, y los ex jefes de ETA mencionados, sobre todo Jon, Txapote y Ainhoa como responsables directos del mismo. «El comando dependía directamente de la dirección de ETA en Francia, cuyos miembros le impartían las directrices a seguir en cada momento coyuntural, le marcaban los potenciales objetivos, le facilitaban informaciones sobre los mismos, y le proporcionaban las armas y el material».

El oficio precisa que esos tres dirigentes etarras llegaron a reunirse con el comando en un piso franco en Francia, aunque también alude a otra dos formas de comunicación. La más habitual mediante militantes de ETA que hacían de enlace y entregaban información y, a veces, material. Y, una «más novedosa», a través de emails enviados desde establecimientos públicos.

Los agentes de la Guardia Civil sostienen que, días antes del asesinato de Querol, a través de un enlace, los integrantes del comando recibieron la orden de trasladarse a Francia (…), donde habrían recibido la visita de sus responsables para «comentar los diversos acontecimientos de su campaña en Madrid», siendo altamente probable que uno de los temas a tratar fuera el atentado contra el magistrado del Supremo.

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