Desarticulan una banda que robaba a narcos haciéndose pasar por la Guardia Civil
Un empresario ruso denunció que fue interceptado por dos supuestos agentes de la Guardia Civil vestidos con chalecos del cuerpo
La Policía Nacional ha desmantelado en Benidorm (Alicante) una banda dedicada realizar ‘vuelcos’ o robos de droga a grupos de delincuentes, a los que hacían creer que eran de la Guardia Civil para no levantar sospechas. Según informó la Policía este lunes, en esta operación han sido detenidas ocho personas, a las que se acusa de los delitos de detención ilegal, usurpación de funciones públicas, estafa, extorsión y pertenencia a grupo criminal.
Las investigaciones comenzaron en enero de este año, cuando un empresario ruso denunció que fue interceptado por dos supuestos agentes de la Guardia Civil vestidos con chalecos del cuerpo cuando se encontraba negociando unas ventas inmobiliarias con unos conocidos suyos.
Los supuestos agentes, tras detener su vehículo e identificarle, le indicaron que le constaba en había en vigor una orden de Rusia para detenerle. Inmediatamente, le trasladaron hasta la ciudad de Alicante para que hablara con un abogado especialista en estos hechos y que tenía estrechos contactos, supuestamente, con las altas esferas policiales e institucionales.
Una vez en el despacho, el supuesto abogado le solicitó medio millón de euros en bitcoins para sobornos y para que quedara sin efecto esa orden de detención y extradición. Los arrestados dieron al empresario los datos de varios monederos electrónicos para realizar el pago de las criptomonedas.
500.000 euros en bitcoins
Tras las primeras pesquisas policiales, se pudo comprobar que todo formaba parte de un plan perfectamente elaborado por una banda para estafar a este ciudadano. Los arrestados formaban un grupo perfectamente estructurado, donde un varón, gracias a sus contactos con clientes de un bufete de abogados, estudiaba potenciales víctimas a las que extorsionar o estafar.
Al mismo tiempo, le daba las directrices necesarias al resto de los integrantes del grupo, quienes se hacían pasar por agentes de la Guardia Civil o, incluso, por personal de servicios de inteligencia. Era tal su profesionalidad que incluso confeccionaban noticias falsas y conseguían publicarlas en prensa, lo que les servía para convencer a sus víctimas de la veracidad de sus manifestaciones.
Con el paso de los meses, se detectó cómo planeaban extorsionar a otro grupo criminal de ciudadanos extranjeros que presuntamente se estaban dedicando a la introducción de grandes partidas de estupefaciente vía marítima, concretamente hachís. De nuevo, se hicieron pasar por miembros de la Guardia Civil para pedirles una elevada suma de dinero para poder introducir tranquilamente su mercancía.
Igualmente, se detectó que estaban intentando estafar a otro abogado de Alicante al que, tras averiguar que tenía que hacer frente a una deuda relacionada con el narcotráfico, le hicieron creer que varios sicarios habían llegado a la ciudad con el objetivo de cobrarla y que habían sido detenidos gracias a ellos. Llegaron a ponerle a un integrante del grupo criminal como seguridad personal, exigiéndole una gran cantidad de dinero por los servicios prestados.