La Guardia Civil investiga a 10 ganaderos por los 343 incendios provocados en Cantabria
Un informe del Gobierno autonómico señala que el 91,9% de los incendios en la región son provocados por «ganaderos y pastores para regenerar el pasto»
Cantabria registró 343 incendios en el mes de marzo. | EP
La Guardia Civil investiga a diez personas como presuntas autoras de algunos de los 343 incendios forestales que se registraron en Cantabria a lo largo del mes de marzo. Fuentes de la investigación, liderada por el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) del Instituto Armado, en colaboración con los agentes forestales del Gobierno autonómico, confirman a THE OBJECTIVE que son de 10 ganaderos de la región, aunque insisten en que las pesquisas continúan abiertas.
En cualquier caso, indican estas mismas fuentes, los agentes del Seprona en Cantabria creen haber cercado a los supuestos culpables de los centenares de fuegos que asolaron la región y que, por otro lado, batieron récords respecto a años anteriores. La comunidad autónoma cerró marzo con un balance de 152 incendios forestales más que en el mismo mes de 2022, cuando no llegaron a 200, según datos del Gobierno de Miguel Ángel Revilla. En otras palabras, se originaron un 71,5% más.
Las altas temperaturas con las que se inició la primavera han provocado que la época de incendios se adelante. En lo que llevamos de año, las llamas han arrasado 57.000 hectáreas, lo que sitúa a España como el estado con más superficie quemada de la Unión Europea, de acuerdo con la estadística del Sistema Europeo de información sobre Incendios Forestales (EFIS).
Dejando a un lado los registrados en Cantabria, entre los incendios más devastadores están el de Valdés, en Asturias, el de Villanueva de Viver (Castellón), limítrofe con Teruel, y el de Baleira (Lugo), que arrasaron con 11.000 hectáreas forestales . Cabe destacar, además, que el verano pasado fue también uno de los peores de la última década. El fuego acabó con 245.061 hectáreas en 2022.
Incendios provocados
En el caso de la región cántabra, no es la primera vez que se investiga a ganadores y pastores por provocar incendios. De hecho, Cantabria está entre las regiones más afectadas por esta cuestión. El Plan Estratégico de Prevención y Lucha contra los incendios forestales del periodo 2017-2020, elaborado por la Consejería del Medio Rural, Pesca y Alimentación el Gobierno autonómico, muestra que la inmensa mayoría de los incendios son provocados por «pastores y ganaderos para regenerar el pasto». Esta causa representó el 91,93% de los casos entre 2005 y 2014.
En la misma línea, las estadísticas del Seprona de la Guardia Civil, a las que ha tenido acceso este periódico, también reflejan la implicación del ser humano en los incendios forestales. El 80% de los delitos esclarecidos son causados por personas—el 55% se producen por causas accidentales o negligentes y el 25% son intencionados—, frente al resto, que son consecuencia de fenómenos naturales. No obstante, la tasa de esclarecimiento de delitos por incendio forestal es baja, se sitúa en torno al 30%, según fuentes del Instituto Armado.
Investigación
Detrás de estos datos se ‘esconde’ una investigación minuciosa por parte de la Guardia Civil, y que, en ciertos casos, integra grandes dificultades en función de las condiciones climáticas o del lugar en el que se ha originado el fuego. Por este motivo, llegar lo más rápido posible a la zona quemada, en la medida de lo posible, resulta crucial para las pesquisas, según relataron a este diario agentes del Seprona.
Es como la «escena de un crimen en la que el cadáver aporta mucha información a los investigadores». No obstante, en este caso es más complicado, porque no cuentan con otros medios que les conduzcan hasta el inicio del fuego: es un lugar aislado, sin cámaras y, normalmente, sin testigos. De este modo, los agentes comienzan a identificar vestigios y toman las primeras muestras con todo tipo de utensilios.
El Seprona, no obstante, cuenta también con otros métodos para dar con el ‘criminal del fuego’. Una es la «simultaneidad de focos». El incendiario o pirómano [la diferencia entre ambos es que el segundo padece un trastorno mental diagnosticado] puede quemar unos rastrojos o echar gasolina en una zona, continuar 200 metros y volver a quemar. «Esa simultaneidad evidencia que ha sido provocado», cuentan los agentes. Pero también lo hace que el fuego se origine en ciertos momentos del día, a última hora, por ejemplo, cuando los medios aéreos no pueden volar. Cuestión que dificulta las labores de extinción.
Triángulo del fuego
Otra evidencia que permite a la Guardia Civil cercar al delincuente es lo que denominan como «triángulo del fuego». Se trata de tres factores que hacen que se propague con más rapidez el incendio: más de 30 grados de temperatura, 30 kilómetros hora de viento y menos del 30% de humedad. Si el fuego se provoca en esas condiciones, será mucho más complicado sofocarlo.
Una vez se tienen pruebas suficientes de que ha podido ser provocado, los agentes vuelven a trabajar sobre la zona para dar con el autor: preguntan a testigos (si los hay), a vecinos de pueblos cercanos, revisan antecedentes de habitantes cercanos al origen del fuego, si hay personas que tienen problemas económicos con la gestión de sus campos… «Trabajamos con hipótesis, es un trabajo largo, complicado, pero al final se demuestra y se detiene a los culpables».
