Manuel Pérez-Sala: «La economía española se va a complicar en los próximos meses»
Conversamos con el presidente del Círculo de Empresarios, que reclama reformas, diálogo y pactos de Estado
El presidente del Círculo de Empresarios advierte de una serie de reformas pendientes, que tendrá que gestionar el próximo presidente del Gobierno, como las pensiones, la fiscalidad o el mercado laboral entre otras. Pero para Manuel Pérez-Sala (Cáceres, 1962) la situación económica requiere de la voluntad política de PP y PSOE por establecer pactos de Estado que permitan mantener en el tiempo las reformas pactadas. Califica la gestión del Gobierno de Pedro Sánchez de «deficiente», con una mala ejecución de los fondos europeos por cuestiones más político-ideológicas que económicas y, aunque reconoce que la economía española está creciendo por encima de los países de su entorno, subraya que ha sido de las últimas en salir de la crisis provocada por la pandemia. Se decanta por una política liberal y afirma que el PP de Feijóo es más permeable a sus propuestas económicas, mientras descarta el programa económico de Vox, por tratarse de «una carta a los Reyes Magos», que no está pensado para gobernar y advierte del «gasto público desbocado» que comportan los programas económicos de PSOE y Sumar.
PREGUNTA.- En estos momentos de debate electoral y, concretamente, en el reciente cara a cara entre Alberto Núñez Feijóo y Pedro Sánchez se contraponían dos ideas: «La economía española va como una moto», que decía Pedro Sánchez y «Está gripada», como argumentaba Feijóo… ¿Quién de los dos tiene la razón, si es que la tiene alguno?
R.- Yo prefiero describir cómo veo la situación, en lugar de darle la razón a nadie. Los datos objetivos son que la economía española ha sufrido más que las economías de su entorno y es la que más está tardando en recuperarse, si bien es cierto que, recientemente, estamos experimentando ritmos de crecimiento superiores a nuestro entorno, pero en su conjunto seguimos siendo la última economía en recuperación. La economía española está yendo bien en el primero y en el segundo trimestre de este año, fundamentalmente impulsada por el turismo y el sector exterior. Y lo que empezamos a percibir ya es un descenso del consumo.Eso implica que vamos a vivir un tercer y cuarto trimestre complicados, cuando el turismo deje de impulsar la economía, después del verano, y los efectos de la política monetaria del BCE, con la subida de tipos de interés, ralentice el consumo. Podemos estar en una situación cada vez más complicada. Es decir, la economía española se recupera; es de las últimas que se recuperan en este momento puntual; estamos en una fase de crecimiento, pero este crecimiento no va a continuar en el tiempo porque se ven signos de ralentización de la economía.
P.- O sea, que ambos decían algo de verdad y cada cual destacaba lo que más le interesaba. Pero la verdad absoluta tampoco…
R.- Yo le doy una opinión sobre cómo veo la economía. Creo que tenemos que ser conscientes de que la economía española se va a complicar en los próximos meses. La experiencia internacional es que cuando un Banco Central aplica una política monetaria muy exigente, con una subida de tipos de interés muy alto, en ocho de cada diez ocasiones se produce recesión o ralentización del crecimiento económico, y el efecto de la subida de tipos no es inmediato en la economía. Tarda entre un año y dos en manifestarse, en traducirse en efectos reales sobre la economía. Llevamos aproximadamente algo menos de un año con la política del BCE de subida de tipos y es probable que en el año que entramos a partir de ahora, empecemos a ver los signos que pretende esa política económica, que es la disminución del consumo. Eso significa menores tasas de crecimiento económico.
P.- ¿Y pone en serio riesgo la economía española?
R.-Creo que hay factores positivos y negativos y sería importantísimo que el Gobierno que salga de las urnas el próximo 23 de julio se aplicase en conseguir que los efectos de esa desaceleración que está por venir fueran los mínimos posibles. Para eso hay que gestionar bien los fondos europeos, reducir la fiscalidad sobre empresas y familias para estimular la economía, pero simultáneamente para no contribuir al incremento de la inflación, hay que contener el gasto público. Serían tres acciones necesarias para que el impacto de esa recesión fuera menor de lo esperable.
«Los fondos europeos se han gestionado muy mal»
P.- ¿Se han gestionado bien los fondos europeos?
R.- No. Se han gestionado muy mal. De hecho, la ejecución de este año de fondos europeos, medida como hacemos los receptores de los fondos, no como la mide el Gobierno, que generalmente mide la aplicación de fondos en el momento en que decide liberar una partida, mientras que nosotros la consideramos cuando llega a su destinatario final, pues este año, en mayo, la aplicación de fondos ronda el 7%, cuando debería estar en niveles del 40%. Estamos muy retrasados en los fondos de este año. Y los del año pasado no llegó al 50% de ejecución. Es una oportunidad desaprovechada.
P.- ¿Cuál es la causa de esta mala gestión?
R.- Hay un error de concepción sobre la gestión de los fondos europeos. El Gobierno tenía mucho interés en hacer una gestión por denominar de alguna manera política de esos fondos. Más política que de gestión. Y lo que hemos visto es que la gestión de los fondos europeos ha sido mucho más eficaz en aquellos países que han constituido una agencia independiente, es decir, un organismo que, lejos de las necesidades del Gobierno, de las políticas del Gobierno, han gestionado esos fondos de forma profesional, de forma eficiente. Italia lo ha hecho y la ejecución ha sido mucho mejor. Polonia también. Desde el Círculo de Empresarios, pedimos en el momento en que se constituyeron los fondos europeos, que se crease una agencia de esta naturaleza, porque de acuerdo con nuestra experiencia, suele ser mucho más eficiente.
«El Gobierno tenía grandes ambiciones sobre la gestión y el rédito político de los fondos europeos»
P.- ¿Por qué cree que no se no ha constituido esa agencia?
R.- Creo que este Gobierno tenía grandes ambiciones políticas sobre la gestión de esos fondos y ese deseo de obtener rédito político de los fondos, unido a una gestión muy voraz, muy burocratizada y con muy pocos medios, nos ha llevado a esta situación.
P.- Ustedes han presentado una carta abierta para quien asuma la presidencia del Gobierno, en la que plantean reformas y diálogo. ¿Cuáles serían las líneas más importantes que -gobierne quien gobierne- deberían seguir?
R.- Hemos hecho una especie de repaso global del conjunto de acciones que habría que emprender. La economía española necesita reformas para ser una economía competitiva en su entorno y acabar con los grandes problemas que tiene. Pero lo primero que hemos propuesto en nuestra ‘Carta abierta a los legisladores’ ha sido la necesidad de diálogo, de consenso, porque ninguna reforma tan importante como las que hay que acometer será duradera si no hay un cierto consenso en el centro del espectro político. Es tan importante la reforma como la voluntad de mantenerla, porque son reformas a medio y largo plazo. No digo que sea una recomendación que nuestros políticos estén dispuestos a aceptar, pero es nuestra obligación, como centro de pensamiento, afirmar que no solo hay que reformar, sino mantener las reformas en el tiempo. Y eso exige consenso político en el ámbito central del espectro.
«Es inevitable el retraso de la edad de jubilación»
P.- Cuando habla del consenso político en el centro, ¿se refiere a una gran coalición PP-PSOE?
R.- A pactos de Estado. Efectivamente, pero no sobre la izquierda o sobre la extrema izquierda o la extrema derecha, sino en el centro del arco parlamentario, lo que es el espacio que tradicionalmente ocupaban el PSOE y el PP. Es importante que sea así. Y hay que abordar, porque no tenemos mucho tiempo, la reforma de las pensiones. Hay que cambiar la tendencia que hemos estado viendo durante estos últimos años de falta de independencia de las instituciones. Es importante que a las instituciones se les asigne un papel central como elementos gestores esenciales de una democracia liberal como es la democracia en la que vivimos y cuenten con independencia suficiente para garantizar a los ciudadanos -y no al Gobierno- el ejercicio de sus derechos. Reforma de pensiones y reforma del mercado laboral. Creemos que no se ha profundizado lo suficiente en ese ámbito. Y también reforma del sistema fiscal. Hay otras reformas muy importantes que hay que acometer, como la reforma de la educación o de las administraciones públicas, que también requieren un consenso en ese sentido.
P.- Ha mencionado las pensiones. Tenemos una reforma recién aprobada de las pensiones. ¿Se queda corta? ¿Es insuficiente? ¿Es errónea?
R.- Hay dos formas de reformar las pensiones: subir las cotizaciones y bajar las pensiones, o tratar de no hacer ni una ni otra cosa, retrasando la edad de jubilación. Subir las cotizaciones daña el mercado laboral, que es algo que en un país con un 15% de desempleo no es bueno. Bajar las pensiones no nos parece tampoco una medida social adecuada. Por exclusión, estamos recomendando el retraso de la edad de jubilación y lo estamos haciendo con un esquema de incentivos que le pueda compensar al ciudadano en los casos en los que pueda retrasar su edad de jubilación. El retraso de la jubilación es algo inevitable, que no admite mucha discusión porque es un asunto matemático. Es decir, cuando se establecen los parámetros del sistema de pensiones, en el año 78, los ciudadanos españoles se jubilaban con 65 años y tenían una esperanza de vida de 75. Que estemos 40 años después jubilando a los 67, con una esperanza de vida de 85, hace que no cuadren las cifras y, como consecuencia, no nos queda más remedio que aceptar que como vivimos más, tendremos que trabajar más tiempo, en la medida de las posibilidades de cada uno. Es la única solución factible. Pero pasa por una explicación valiente y transparente a los ciudadanos de la realidad.
P.- Pero ahora mismo ya estamos con una reforma de las pensiones en aplicación y una nueva aprobada recientemente por el ministro Escrivá…
R.- Pero no es suficiente, porque con una esperanza de vida de 85 no vamos a ser capaces de sostener el sistema. Por ese motivo, el Círculo estaba proponiendo un sistema por el cual tendríamos que incrementar la edad mínima en lugar de 67 a los 68 y habilitar un sistema de jubilación entre los 68 y los 72, flexible, en el cual el ciudadano pueda tomar la decisión de cuándo se jubila y aceptando en ese plan ese programa de jubilación, penalizaciones e incentivos por retrasar esa edad de jubilación
«Si no hacemos nada, en cinco años el sistema de pensiones estará ya al borde del abismo»
P.- ¿Es urgente que el Gobierno que surja del 23-J haga una nueva reforma de las pensiones?
R.- Si no hacemos nada, en cinco años el sistema estará ya asomándose al abismo, porque el baby boom, la generación de los nacidos en el 60 estaremos a punto de jubilarnos ya… Es urgente acometer un problema que nos puede estallar en las narices y no dejarlo para dentro de cinco años, cuando realmente estemos proponiendo a los ciudadanos recortes sustanciales de sus pensiones.
P.- Este tipo de políticas (más laxas incluso) han provocado en Francia la revuelta de los «chalecos amarillos». Francia ahora mismo es un polvorín. ¿Cree que puede pasar algo así en España?
R.- Yo creo que si hacemos una política transparente y de comunicación clara a los ciudadanos y explicamos las causas y además las decisiones que se tomen, también son transparentes y afectan a todos los ciudadanos por igual, sin discriminaciones, el ciudadano español ha demostrado a lo largo de la historia que es un ciudadano que, con la información y con los requisitos necesarios, es capaz de aceptar un reto tan importante como éste. Y quiero recordar que la esperanza de vida en España es significativamente superior a la de Francia. Los ciudadanos tienen que entender que su pensión la tienen que pagar otros. Estamos en un sistema de reparto y a medida que aumenta el número de ciudadanos con derecho a recibir pensión y no aumentan en la misma proporción los ciudadanos con capacidad de pagarla, pues el problema se acentúa.
P.- Ha mencionado la reforma fiscal. ¿Qué reforma fiscal tenemos pendiente?
R.- Con las últimas decisiones que se han tomado en el ámbito fiscal, el Estado ha incrementado su recaudación y la política de redistribución del incremento de la renta se ha hecho de forma contraria a las necesidades de una economía inflacionista. Es mucho más eficaz subvencionar exclusivamente a aquellos ciudadanos que tengan más necesidad y a aquellos elementos que introducen un factor que denominamos de segunda derivada en la formación de la inflación subsecuente, es decir, el combustible para el transporte de mercancías, que en definitiva ha agravado también los precios de la alimentación y de otros productos. Tendríamos que haber concentrado ese esfuerzo económico que hace el Estado en aquellos sectores o en aquellos elementos que minimizan el problema inflacionista y no hacer una política de ayuda o de subvención generalizada para todo el mundo, cuando realmente en un proceso inflacionista hay que contener el gasto en el producto que sube de precio.
P.- Con respecto al empleo, Feijóo y Sánchez tenían dos visiones contrapuestas: Feijóo clamaba contra un paro excesivo y Sánchez hablaba de una etapa en la que se han creado 1,5 millones de empleos… y se ha alcanzado un récord de 21 millones de población ocupada…
R.- Lo que mide la productividad de un país son las horas trabajadas y no el número de contratos de personas que están trabajando, pero que trabajan menos horas. En definitiva, para la productividad lo importante es que se trabajen más horas. Y no sólo eso, sino que esas horas contribuyan más a la generación de PIB. Y ¿qué ha sucedido en estos últimos años? Que estamos a punto de recuperar el nivel de empleo en horas trabajadas con relación al 2019. Pero en esa recuperación hay 500.000 empleos en el sector público. Es decir, que el sector privado está muy lejos de alcanzar los niveles de empleo que tenía a finales del año 2019. Los empleos en el sector público son mucho menos productivos que los empleos en el sector privado. Con lo cual estamos de nuevo lastrando la competitividad.
«No estamos gestionando bien las palancas de crecimiento económico»
P.- ¿Qué valoración hace de la gestión del Gobierno?
R.- Cuando un empresario analiza el comportamiento de un gestor, trata de conocer cuáles son sus resultados y compararlos con otras gestiones con elementos comparables. El Gobierno ha hecho algunas cosas bien, pero la mayor parte de las decisiones que ha tomado, en nuestra opinión, no son acertadas. ¿Por qué? Porque somos el país que más está tardando en recuperarse de la pandemia. De hecho, somos el último o el penúltimo, dependiendo de las estadísticas que analicemos. No estamos gestionando bien las palancas de crecimiento como son los fondos europeos. Tenemos una política expansiva de gasto público no productivo, con lo cual no está contribuyendo al crecimiento del PIB. Creamos más empleo público del necesario. En definitiva, vamos viendo el conjunto de decisiones económicas que se han tomado. Y la conclusión, comparándolas con las que han tomado otros países, es que la gestión ha sido deficiente. Sí, hay que reconocer al principio de la crisis una buena gestión de los fondos ICO que sirvieron para que para sostener el tejido industrial y también, en un primer momento, una buena gestión de los programas de los ERTES, que permitieron retener empleo. Pero, salvando estas dos decisiones que se tomaron correctamente, el resto de las que se han venido tomando a partir de entonces, no han sido las adecuadas, porque no han permitido a la economía española llegar a los niveles que han conseguido alcanzar en otros países.
P.- ¿Por ejemplo, la subida del salario mínimo?
R.- La subida del salario mínimo es algo estupendo y maravilloso, cuando un país tiene un nivel de empleo por debajo del 5%. Cuando un país tiene un nivel de empleo por encima del 15%, lo que hace es ralentizar la creación de empleo. Hay que subir el salario mínimo, es evidente, pero subir un 47% el salario mínimo en dos años causa más perjuicio que beneficio a la economía española. Yo sería más partidario de atacar seriamente el problema del desempleo y una vez que tuviéramos un desempleo, unos niveles aceptables, acometer con total naturalidad la subida del salario mínimo.
P.- ¿Y la indexación de las pensiones al IPC?
R.- Esa subida ha dañado mucho los Presupuestos Generales del Estado y ha perjudicado el equilibrio del sistema de la Seguridad Social. Siempre se defiende en este tipo de actualizaciones que hay que tratar de mantener el poder adquisitivo del pensionista, pero que hay que hacerlo de forma equilibrada con el resto de factores y de elementos que influyen en la economía. Actualizar si, pero 8,5%, en una situación tan inflacionista como la que tenemos, en una situación de crisis económica como la que hemos vivido. Yo lo calificaría de imprudente.
P.- ¿Cómo son las relaciones del Círculo con el Gobierno?
R.- Nosotros hemos hecho propuestas al Gobierno, planteamientos, y hemos tenido conversaciones tanto con el Gobierno como la oposición, tratando de convencerlos de la bondad de nuestros planteamientos. Sin embargo, muchos de nuestros planteamientos, sobre todo los dirigidos al Gobierno, han chocado con un planteamiento bastante ideológico de la acción económica.
P.- ¿Por parte de Nadia Calviño?
R.- Y de Escrivá. En cambio, en las relaciones con el PP… Con Feijóo, son más receptivos a nuestras ideas.
«El programa económico de Vox es para no gobernar: una carta a los Reyes Magos»
P.- Con respecto a los programas electorales de los principales partidos… Los habrán cotejado… ¿Puede darnos una pincelada de cada uno de ellos?
R.- Hemos visto alguna de nuestras propuestas reflejadas en el programa electoral del PP, por ejemplo, la mochila austriaca, esa propuesta de fondo de contingencia a favor de los trabajadores, que es una propuesta clásica del Círculo. También hemos visto reflejado en el programa del PSOE alguna propuesta relativa, por ejemplo, a la jubilación flexible, si bien no la concretan en la forma de jubilación flexible, más retraso de la edad de jubilación. Pero bueno, sí hemos visto reflejada alguna propuesta. En definitiva, no pretendemos asumir una posición de parte, sino arreglar los problemas de la sociedad. Porque en una sociedad sin problemas, los empresarios, como elementos de creación de riqueza y empleo, pueden desempeñar de forma más eficiente su labor. El programa de Vox es un programa económico hecho para no gobernar, porque es tan ambicioso, propone unas bajadas tan drásticas de impuestos que son prácticamente irrealizables, con lo cual es un programa, como decía, hecho para no gobernar. Pero es un programa de filosofía liberal, es decir, es para nosotros más una carta a los Reyes Magos que un programa de gobierno. Pueden gustarnos algunos aspectos, pero lo consideramos irrealizable. Si consiguen llegar a un acuerdo en el ámbito económico, es más sensato lo que hemos podido leer en el programa del PP y no es incompatible con el programa de Vox. Con relación al programa del PSOE y Sumar que son también dos partidos que, llegado el caso, podrían unir esfuerzos, nos preocupa una absolutamente disparatada política de gasto público con herencias universales, con gastos absolutamente innecesarios
P.- Para quien gobierne España a partir del 23-J. ¿Cuáles son las medidas económicas más urgentes que debería tomar en su opinión?
R.- Desde el punto de vista económico, si habría que rebajar simultáneamente las retenciones del IRPF y la fiscalidad del IRPF. Y simultáneamente, eliminar todo el gasto superfluo del Estado. Y digo esto porque bajar el IRPF es una medida pro inflacionista. Solamente se puede contrarrestar cuando esa capacidad de gasto que se otorga al ciudadano, es contrarrestada por una disminución del gasto del sector público, del que, en definitiva, la primera medida sería hacer más accesibles a las familias su capacidad de gasto, al mismo tiempo que el sector público disminuye su gasto superfluo. Esa sería la primera decisión que hay que tomar como elemento dinamizador de la economía para paliar una posible situación de desaceleración, que podríamos vivir a finales de este año, principios del año que viene.
«Un bloqueo político tras el 23-J sería un enorme problema»
P.- ¿Contempla la posibilidad de que, tras las elecciones se pueda dar un escenario de bloqueo político, por los bloques no sumen?
R.- Sería un enorme problema, porque España necesita llevar a cabo reformas urgentes y el retraso en tomar decisiones será malo. Hay que hacer un llamamiento a los partidos políticos para permitir la gobernabilidad, porque la gobernabilidad es buena. En el centro del espectro político sería conveniente dejar de hacer políticas escoradas hacia la izquierda o hacia la derecha para hacer políticas que beneficien a la mayor parte de los ciudadanos. Es una buena propuesta permitir al partido más votado que gobierne, porque eso da estabilidad al país. La recomendación que hacemos como centro de pensamiento, de fomentar el consenso y el diálogo, porque si no, las reformas no van a durar y no podemos perder otros cuatro años.
P.- Y un último escenario, si bien el más remoto, según las encuestas, es en el que el PSOE consigue hacer un gobierno apoyado por socios, algunos en el gobierno y otros fuera del gobierno, como socios parlamentarios.
R.- No es bueno que continuemos con una política escorada, en este caso, hacia la izquierda, porque el conjunto de propuestas que se hacen no son buenas para los ciudadanos. No es buena la ley de vivienda, no son buenos los impuestos aprobados o recientemente no es buena la política económica se está realizando. Es irreal pensar que podemos solucionar el problema del desempleo tal y como se está abordando en este momento. Políticas no realistas o políticas escoradas hacia un extremo del arco parlamentario no son buenas para nuestro país.