Un embajador español critica la precariedad del Servicio Exterior
José María Ridao ha mostrado su disconformidad con la actuación española en exteriores en el diario ‘El País’
El embajador de España en India, Bután, Sri Lanka y Nepal, José María Ridao, ha criticado duramente la precariedad que sufre el Servicio Exterior español desde hace más de dos décadas. En un artículo de opinión en El País, asegura que «no se ha abordado con determinación el problema, hoy ya insostenible, de los escasos medios materiales y humanos de los que disponen nuestras representaciones, así como un ministerio infradotado en personal y presupuestos».
La falta de inversión y la imperiosa necesidad de aparentar algo que no existe en el exterior, hace que Ridao califique de «penuria» la situación. «El despliegue de España en el extranjero sólo parece existir para resolver los problemas derivados de que, en efecto, España disponga de un despliegue en el extranjero». Declara que durante 14 años, los salarios del personal contratado por la Administración española en el exterior han estado congelados, con retribuciones en la gran mayoría de casos por debajo de los mínimos legales en los países de acreditación, e incluso pérdidas de poder adquisitivo superiores al 60% en salarios que rondan los 200 euros mensuales.
Todo ello sumado a una serie de herramientas, de las que disponen, obsoletas e insuficientes. «Un elevado número de los vehículos oficiales que la Administración posee en el exterior, tanto de servicio como de representación, tendría prohibido circular en España por su antigüedad y especificaciones medioambientales», ejemplifica.
Este Servicio Exterior, y al fin y al cabo, la representación de España a nivel internacional, no hace más que evidenciar «una degradación que se inició a finales del pasado siglo, que acentuó la crisis de 2008 y que sería preciso abordar de inmediato, desde el compromiso de las fuerzas políticas y de la sociedad». Las claves de esta decadencia según Ridao, son la inexistencia de acuerdos acerca de los objetivos para los que se pretende emplear dicho servicio y la labor que los periodistas ejercemos a la hora de informar sobre la situación interior de nuestro país, pensando que «el extranjero es un más allá al que no llega ninguna noticia de España» y aboga por dar más importancia «a las noticias que devuelve ese más allá».
El diplomático español termina defendiendo que el estado en que se encuentra el Servicio Exterior español hace que sea imposible «explotar las oportunidades que se nos ofrecen» pero también «enfrentar los riesgos que acechan a todos».