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El 'dos' de la embajada en la Unesco denuncia la corrupción y absentismo del exministro Uribes

El diplomático Íñigo Ramírez de Haro critica a su superior por no pisar la oficina ni hablar idiomas

El ‘dos’ de la embajada en la Unesco denuncia la corrupción y absentismo del exministro Uribes

Íñigo Ramírez de Haro (i) y José Manuel Rodríguez Uribes (d) | The Objective

El número dos en la Representación Permanente de España ante la Unesco hasta hace unos días, el diplomático Íñigo Martínez de Haro, ha denunciado este lunes en un correo interno del Ministerio de Asuntos Exteriores la «corrupción» y el absentismo laboral de su jefe directo en París, el exministro de Cultura José Manuel Rodríguez Uribes.

Ramírez de Haro es cuñado de la expresidenta madrileña Esperanza Aguirre y apura sus últimos meses como diplomático ya que en agosto de 2024 abandonará el departamento de José Manuel Albares al llegar a la edad de jubilación, que en el caso de los diplomáticos son los 70 años. Ostenta el título nobiliario del marqués de Cazaza en África y es conocido por su faceta como dramaturgo, que ha compaginado con su trabajo de diplomático. Autor de más de una veintena de obras teatrales, su obra más polémica fue la de Me cago en Dios en 2004.

En los últimos cinco años ha sido el delegado permanente adjunto de España ante la Unesco, la agencia cultural de la ONU encargada de defender el patrimonio histórico en todo el mundo. Este lunes ha enviado un informe a su sucesora, María Palacios, sobre el trabajo que tendrá ahora en París y en el que vierte duras críticas contra Uribes. El correo, al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE en exclusiva, fue reenviado a un listado de diplomáticos y embajadores españoles.

«Habrás oído que hay un Embajador-Delegado Permanente nombrado en la Unesco desde el 1 de diciembre de 2021, un tal Rodríguez Uribes. No te molestes en buscarlo porque no lo encontrarás: ni está ni se le espera. En estos cerca de dos años se pueden contar con los dedos de las manos las veces que se le ha visto por la Delegación, un ratito. En la Unesco simplemente no lo conocen», le advierte Ramírez de Haro a Palacios, que en los dos últimos años ha trabajado en el Gabinete de Albares.

Las «prebendas» de Uribes en París

El diplomático lamenta que el exministro goce «de todas las prebendas del puesto» pese a su absentismo. En concreto, el disfrute de «gastos de representación, un apartamento de más de cuatrocientos metros cuadrados en la Av. Marceau, cocinero, mayordomo, señor de la limpieza y chófer, para un uso mayoritariamente privado». «Por supuesto, lo pagamos todos los españoles con nuestros impuestos, que, curiosamente, siempre nos los suben», hace hincapié.

Ramírez de Haro lamenta que está situación está provocando un «claro perjuicio» a los intereses de España y advierte de que la dejadez laboral del exministro es conocida y tolerada por sus superiores en Madrid. Además, desvela que Uribes no habla ningún idioma más allá del castellano. «Tanto el presidente Sánchez como el ministro Albares y otras ‘autoridades’, la conoce, ampara y protege. Otros países de la Unión Europea no nombran embajadores políticos. En el caso de Rodríguez Uribes, además, no habla ningún idioma, lo que para un puesto multilateral donde las lenguas de trabajo son el inglés y francés, le incapacita para su labor diaria en la Unesco. Por cierto, en lo personal, el embajador Rodríguez Uribes es hombre afable, con el que puedes muy bien hablar de, por ejemplo, Rousseau».

El polémico diplomático y dramaturgo carga también con dureza contra la actual dirección de Exteriores. «Del Ministerio tampoco esperes gran cosa. Al principio, lógicamente, harás lo que hemos hecho todos: pedir instrucciones. Poco a poco te irás desencantando porque serán muy pocas las ocasiones en que recibas alguna respuesta, y siempre bajo el mismo modelo: ‘¿Qué van a hacer nuestros aliados europeos: Francia, Alemania, Italia?’. Harás la gestión preguntando al delegado permanente o al delegado permanente adjunto de esos países e informarás de vuelta a Madrid, para recibir la nueva instrucción ya definitiva: ‘Únete al consenso’», le avisa a su sucesora.

El hasta número dos en la embajada ante la Unesco incide en «la ya atávica falta de política exterior española», pero aún más «el deterioro, la ineficiencia y la desmotivación generalizada en que ha caído el Ministerio con un Albares al frente, cuyos indicios de arrogancia y malos humores no se habían visto desde los tiempos de su némesis, (José Manuel García) Margallo, y donde se benefician exclusivamente los ‘amiguetes’ de la ‘superioridad’».

Ramírez de Haro confiesa a Palacios que no tiene miedo a las represalias después de que Margallo le vetase al cargo de embajador en 2015 por la citada obra teatral contra la Iglesia. «Ello me hizo aprender a callar dado que no tengo vocación de mártir y necesito el sueldo. Desde entonces, he sabido que no puedes expresarte libremente y hasta hoy he pagado el precio con todos los ministros. No me extrañaría nada que Albares me expulsase también en 5 minutos en 2023 de la misma manera que su mentor y maestro, y curiosamente verdugo», explica en su informe sobre el rol del puesto de delegado permanente adjunto en Unesco.

El diplomático critica que en España prevalezcan «los vestigios de la Inquisición, ya no en forma de ley sino de cultura, tradición y mentalidades» si uno se atreve a pensar con libertad. «¡Pero eso es justamente para lo que te pagamos los españoles y se te pide en la Unesco: que pienses!», le subraya a su compañera diplomática. «De ahí la encrucijada en la que te encuentras, porque en temas de libertad de expresión subrayo que te echan en 5 minutos. Si, en cambio, robas, no apareces, eres un vago o un acosador, permanecerás indefinidamente en el puesto. Y te va a dar igual el color del nuevo gobierno de turno, porque nunca cambia nada», dice con tono resignado.

Pese a que es «difícil» no contagiarse de este «clima de mediocridad generalizada» en Exteriores, el diplomático admite que «siempre hay alguna gente capaz» en el departamento de Albares. «Justamente tu jefe directo, nuestro compañero Santiago Sierra, es uno de ellos, inteligente y culto, siempre acogedor, que simplemente vive desbordado, pero te ayudará», subraya del jefe del departamento de coordinación de relaciones culturales y científicas.

«Frente a la corrupción del embajador y a la mediocridad del Ministerio», prosigue Ramírez de Haro, «en cambio te vas a encontrar con una delegación fantástica tanto a nivel de las dos funcionarias (Marisol y María) como de las tres contratadas locales (Marta, Sonia y Paloma), además, de los funcionarios del Ministerio de Educación (Álvaro y Jacobo)». Un equipo en el que prima el «buen humor, sin rencillas ni rivalidades, inteligente y eficiente, que crea cada día un clima de trabajo positivo con empatía y simpatía, a pesar de estar mal pagados, con los sueldos congelados desde 2008 -¡15 años!- y la contemplación cotidiana de la degradación» que promueven, a su juicio, Uribes y el ministerio.

Es más, le augura a su sucesora que el puesto en París tiene «muchas ventajas» como diplomática pues «al poco tiempo» se convertirá en embajadora «de facto» ante la mencionada desidia del exministro. Por lo que deberá tomar «todas las decisiones» en nombre de nuestro país. «España en la Unesco será lo que tú consideres que sea» ante la «inexistencia» de Uribes, le deja claro.

El regreso de EEUU a la Unesco

«En definitiva, llegas a un puesto estupendo en un momento fascinante con la vuelta de Estados Unidos» a esta agencia de la ONU, oficializada la pasada semana por la Administración Biden, y «la confrontación ya abierta entre el bloque autoritario encabezado por China y Rusia y el democrático».

«Encontrarás gentes de todo el mundo, la universalidad, una muy buena manera de desasnarse de los nacionalismos, particularismos identitarios y demás ombliguismos -todo ello, sin tener que viajar, como recomendaba Baroja-, para estar al día de la realidad internacional y la geopolítica mundial. Pero es que además la Unesco te ofrece la oportunidad de trabajar para hacer algo por los demás y disminuir el sufrimiento en el mundo. Te deseo unos años deliciosos en la Unesco y en París, que sigue bien valiendo una misa, como yo los he tenido», concluye Ramírez de Haro.

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