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¿Caza de brujas a Sálvame?: la Policía eludió investigar otras filtraciones del agente imputado

El sumario de la ‘operación Deluxe’ revela filtraciones a personas ajenas al programa que no figuran como imputadas

¿Caza de brujas a Sálvame?: la Policía eludió investigar otras filtraciones del agente imputado

Sálvame. | Alejandra Svriz

Las filtraciones detectadas por la Policía Nacional en la operación Deluxe no se limitaban solo a la veintena de colaboradores, redactores y directivos del universo Sálvame que se encuentran imputados por presuntos delitos de revelación de secretos y cohecho. Al menos otras tres personas ajenas a la prensa, además de una periodista del corazón de la revista Rumore, tuvieron acceso a información presuntamente extraída ilícitamente de bases de datos policiales por el agente que se encuentra investigado por filtrar presuntamente información a Sálvame sobre famosos como Omar Montes, Aída Nízar, Maite Zaldívar o El Maestro Joao, entre otros, según consta en los informes de investigación del caso a los que ha tenido acceso THE OBJECTIVE.

Sin embargo, solo una de esas cuatro personas ajenas a Sálvame puede llegar a ser procesada en el caso. El resto han sido descartados como presuntos autores de revelación de secretos, a pesar de que todos ellos fueron cazados en las escuchas y seguimientos practicados durante meses por la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional sobre el agente A.J.F.H y el paparazzi Gustavo González. Los propios investigadores recomendaron al juez el archivo de las actuaciones respecto de esas personas ajenas al programa de televisión. Por el contrario, el cerco se ha ido estrechando sobre trabajadores de Sálvame y directivos de su productora, La Fábrica de la Tele.

En un primer informe fechado el 1 de octubre de 2018, además de acreditar encuentros entre el agente imputado y colaboradores de Sálvame con fotografías de seguimientos y transcripciones de escuchas practicadas, la Policía Nacional enumeró «otros tres casos de consultas irregulares del funcionario investigado al margen de la investigación principal». «Personas ajenas a la prensa que le solicitan información de las Bases de Datos Policiales de acceso restringido, procediendo el funcionario a facilitarles la información demandada», señala el mencionado informe policial.

Filtraciones ajenas a Sálvame

Se identificaron con nombres y apellidos a esas tres personas que, según los informes policiales, también solicitaron y recibieron información por parte del agente imputado. Se aportaron las fechas concretas, fotografías de las reuniones y transcripciones de conversaciones telefónicas en las que esas personas presuntamente pidieron y obtuvieron de A.J.F.H datos confidenciales de terceras personas o vehículos, según las tesis iniciales de los investigadores.

«Se aprecia en estos casos que no parece existir ni difusión ni revelación por parte de los requirientes de la información», indicaba en octubre de 2018 el informe de la Policía Nacional en referencia a estas tres supuestas filtraciones a personas ajenas a Sálvame. Dos de los identificados eran expolicías. La tercera persona es una mujer que recurrió al agente para obtener información de carácter personal sobre su exmarido y la nueva novia de este.

El juez llegaría a citarlos, según consta en el sumario, pero tras tomarles declaración como investigados decidió archivar las actuaciones respecto a casi todos ellos. En paralelo, se ha ido engrosando la lista de redactores, periodistas y responsables de Sálvame imputados por su presunta responsabilidad en la difusión en el programa de información sobre famosos que habría sido obtenida en su mayoría por Gustavo González a través del agente A.J.F.H.

Desimputación exprés

Una cuarta persona ajena a Sálvame también llegaría a estar brevemente imputada. Se trata de una periodista de la revista Rumore, en la que también colaboraba Gustavo González. Ocurrió en 2019, después de que la policía presentase un nuevo informe detallado sobre los audios, documentos y correos electrónicos encontrados en los dispositivos incautados en los domicilios de A.J.F.H. y del paparazzi Gustavo González. Este último recurrió sin éxito, alegando que presuntamente había sido vulnerado su derecho al secreto profesional.

La ex redactora jefa de esa revista del corazón reconoció que en una ocasión el paparazzi le había enviado un atestado de la Guardia Civil. Ese es el motivo por el que llegó a estar imputada y fue citada a declarar en calidad de investigada el 19 de marzo de 2019. La periodista aseveró ante el juez que «nunca utilizó ese atestado» en ninguna de las informaciones publicadas en Rumore. Añadió que el documento se lo envió Gustavo sin que ella se lo pidiera. Y agregó que, en contra de lo que parecían concluir los investigadores, «tampoco trabaja como colaboradora para Sálvame».

En auto dictado pocas horas después del interrogatorio, y sin que conste en el sumario informe alguno de la Fiscalía sobre la conveniencia de desimputar a esa periodista ajena a Sálvame, el titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Madrid archivó las actuaciones contra esa periodista al entender «que no está suficientemente acreditada la perpetración del delito» de revelación de secretos, «dado que no fue quien pidió el atestado, sino que fue ofrecido por Gustavo González y, además, no fue divulgado».

Redactores de Sálvame

Esa periodista del corazón llegó a estar imputada, simplemente, por haber recibido un atestado policial que le había enviado uno de los colaboradores de su revista, Gustavo González. Una situación similar, pero con matices, a la que mantiene en calidad de investigados a varios de los redactores y productores de Sálvame que se comunicaban con el paparazzi para preguntarle si podría obtener de su fuente en la Policía Nacional atestados, denuncias o antecedentes sobre determinados famosos que estaban de actualidad.

González les enviaba pantallazos de esos documentos como demostración de que la información era veraz, según los informes policiales del caso. Al contrario de lo ocurrido con la redactora jefa de Rumore, varios de esos periodistas, productores y directores de Sálvame que tampoco tuvieron contacto directo con el agente presuntamente responsable de las filtraciones, y que nunca aparecieron en antena divulgando la información policial que González les transmitía sobre famosos, sí se encuentran aún entre los imputados de un caso que se adentra en su recta final.

El juez prorrogó la instrucción de la operación Deluxe otros seis meses, hasta diciembre de este año, para dar tiempo a que se resuelvan varios de los recursos interpuestos por acusaciones e investigados. Salvo giro inesperado, según fuentes del caso, tampoco serán procesadas ninguna de las otras tres personas ajenas a Sálvame a las que la Policía Nacional identificó en su primer informe de investigación en octubre de 2018 por haber solicitado y recibido información confidencial del mismo agente que presuntamente filtraba datos sobre famosos a Gustavo González y otros colaboradores de Sálvame.

Otras filtraciones

La primera de esas tres personas identificadas es un exinspector jefe de la Policía Nacional que, trabajando en segunda actividad como jefe de seguridad de una empresa del grupo El Corte Inglés, se reunió en junio de 2018 con A.J.F.H en una cafetería de Madrid. Después del encuentro, fotografiado por Asuntos Internos, el agente investigado por las filtraciones a Sálvame consultó una matrícula en bases de datos de acceso restringido.

Al día siguiente llamó al expolicía con el que se había reunido y le dio información sobre ese vehículo, advirtiéndole que el coche estaba a nombre de una empresa pero podría ser uno de los automóviles usados por Asuntos Internos o el CNI. Este asunto motivó la apertura de una pieza separada que acabó siendo archivada en diciembre de 2019 al no haberse conseguido aportar pruebas adicionales que acreditasen de forma suficiente la comisión de un delito de revelación de secretos.

La segunda persona identificada en el informe policial que motivó la apertura de la causa judicial era una mujer. Según la transcripción de las conversaciones entre ambos, el agente A.J.F.H. facilitó a esa persona información personal y atestados sobre su exmarido y la nueva novia de este. «En esos datos constan datos personales íntimos tales como nombres de hijos, direcciones de domicilios o teléfonos. Durante la conversación entre el imputado y M.G., este le dice que ‘si quieres te lo saco’ y ella contesta ‘vale, para restregárselos en la cara’», señalaba el informe de la Policía Nacional.

Un expolicía investigado

Sin embargo, el 26 de noviembre de 2018, el juez Marcelino Sexmero acordó en un auto desimputar a esa mujer al no haber quedado acreditado con pruebas que utilizase ni difundiese esa información sobre su exmarido. Ni siquiera llegó a declarar como investigada. Solo prestó declaración como imputada la última de esas tres personas ajenas a Sálvame a las que, según el primer informe policial del caso, el agente A.J.F.H también facilitó información extraída de bases de datos policiales de manera presuntamente ilícita.

Se trata de un policía jubilado que solicitó a ese agente datos sobre diversas matrículas y bastidores de coches, según una de las conversaciones intervenidas. Llegó a ser detenido y declaró como imputado. Ante el juez, aseveró que el motivo de solicitar esa información era intentar esclarecer el origen de diversos vehículos de dudosa procedencia para restituirlos a sus legítimos propietarios. Añadió que los datos eran solicitados en realidad por su hijo, que trabaja como perito para un organismo de Zaragoza que se dedica a prestar servicios a diversas aseguradoras en procedimientos relacionados con la sustracción de vehículos.

Según el acta de su declaración, este policía jubilado afirmó que nunca ha habido entrega de dádivas al agente imputado en la operación Deluxe por su parte. Añadió que las consultas se las realizaba debido a su amistad y que si en alguna de las conversaciones intervenidas por la Policía había manifestado su disposición a pagar dinero a A.J.F.H a cambio de la información, como parecía desprenderse en una transcripción del primer informe policial, fue «en tono coloquial» o de broma.

Tras aportar diversos documentos sobre la labor pericial de su hijo en distintos procedimientos juiciales, para justificar sus consultas al agente imputado en relación a las matrículas y vehículos consultados, no se ha vuelto a practicar ninguna diligencia relacionada con este expolicía jubilado. Sin embargo, tampoco consta en el sumario que se hayan archivado las actuaciones en su contra.

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