El submarino S-81 supera su última prueba antes de su entrega a la Armada
El sumergible tuvo problemas en sus orígenes por un exceso de peso que ponía en riesgo su flotabilidad
El submarino S-81 ‘Isaac Peral’, el primero de diseño y construcción completamente español, ha superado este viernes su última prueba de seguridad en la mar antes de su entrega a la Armada, que previsiblemente tendrá lugar el próximo 30 de noviembre.
Para ello, se ha sumergido en aguas de Cartagena y ha realizado primero una prueba en la que el submarino ha emergido del fondo, y después una prueba de remolque, a través de un cabo arrastrado por el buque de salvamento ‘Neptuno’. Todo, bajo la atenta mirada de los medios de comunicación, que han recogido este último hito en un momento calificado de «ilusionante» por el director de Producción de Navantia, Ignacio Núñez, quien ha comentado que «estamos al final de un camino de muchos años».
Fue en los años 90 cuando se comenzó a fraguar la idea de diseñar y construir un sumergible completamente español, con los primeros anteproyectos. Casi una década después, la idea se transformó en realidad, intensificándose los trabajos entre 2010 y 2012.
Pese a los problemas del inicio, que supuso tener que rectificar en 2013 el diseño debido a un exceso de peso que ponía en riesgo la flotabilidad, Núñez ha subrayado que «se han ido superando todos los hitos de seguridad previstos, hasta llegar al día de hoy, que es el último».
En este sentido, ha descrito como «gratificante» todo este periplo, hasta llegar a un submarino «que va perfecto». «La Armada está encantada con él», ha aseverado Núñez, quien ha destacado la labor realizada por todos los trabajadores de Navantia a lo largo del proceso de construcción.
Según sus estimaciones, en el submarino trabajan diariamente unas 2.000 personas directamente en el astillero de Navantia en Cartagena como de industrias auxiliares, pero ha habido picos en los que se ha llegado a 7.000 trabajadores.
Tras esta última prueba, el S-81 será preparado para su entrega con una fase final de pintura y limpieza, aunque «se irán haciendo ajustes en los próximos meses para ajustarlo a las indicaciones que nos vaya dando la Armada» en función de su experiencia de navegación.
Estos cambios se trasladarán también al segundo submarino de la serie, el S-82 ‘Narciso Monturiol’, mientras que el innovador Sistema de Propulsión Anaerobia (AIP, en sus siglas en inglés) se instalará en el S-83 y en el S-84. Este sistema, único en el mundo, sirve para recargar las baterías del submarino en inmersión con una pila de combustible, que emplea hidrógeno producido mediante procesado de bioetanol y oxígeno para generar energía eléctrica. Los dos primeros sumergibles están preparados para poder integrar esta tecnología a bordo durante su primera gran carena.
Con el programa de submarinos S-80 España quiere posicionarse internacionalmente como autoridad en el diseño de submarinos convencionales (no nucleares) más avanzados del mundo.
Núñez ha asegurado que hay países que ya han visitado el astillero «y están deseando» subirse en el S-81. De hecho, las marinas de India, Canadá, Turquía, Egipto y Polonia han mostrado su interés por el submarino, que ha convertido a España en «autoridad técnica» en el diseño y construcción de sumergibles.
En cuanto a las características del ‘Isaac Peral’, Núñez no ha desvelado algunos datos por motivos de confidencialidad, pero ha asegurado que puede hacer «10 veces más de lo que hacían los anteriores». En una reciente visita, la ministra de Defensa, Margarita Robles, dijo que el buque podía estar 45 días sumergido.
El diseño de estos submarinos, con una eslora de 80,8 metros y un diámetro de 7,3 metros, se parece más al de una nave espacial que al de un buque en superficie y está pensado para operar autónomamente y con gran sigilo durante largos periodos de tiempo. El S-81 iba a entregarse a la Armada en la primavera de este año 2023. No obstante, en el resto del programa «se están cumpliendo los plazos de la orden de ejecución», ha aclarado Muñoz.