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Filipinas muestra interés por el submarino S-80+ de Navantia

Las acciones de China han fortalecido la idea de que el archipiélago debería invertir en sus capacidades de defensa naval

Filipinas muestra interés por el submarino S-80+ de Navantia

El submarino S-81 Isaac Peral realiza por primera vez navegación en superficie en la bahía de Cartagena. | EFE

El Mar de China anda revuelto. De un tiempo a esta parte las aguas que hay al sur del gigante asiático están viendo escenas poco frecuentes, con incidentes que nunca antes se habían observado. Da la sensación de que los chinos necesitan espacio, y los tradicionales hostigamientos hacia Taiwán se están extendiendo hacia otros habitantes en el mismo entorno. 

Uno de los países más molestos con esta actitud es Filipinas. Las constantes escaramuzas e incidentes que protagoniza su vecino del norte para con sus fuerzas navales, guardia costera y pescadores en sus propias aguas, ha fortalecido la idea de que Filipinas debería invertir más en sus capacidades de defensa naval. Esta antigua colonia española teme quedarse fuera de juego en el equilibrio de fuerzas de la zona, y han mostrado su interés por la adquisición de uno o puede que dos submarinos. A su alrededor, Singapur, Indonesia, Malasia, Vietnam y Myanmar operan este tipo de nave, y ellos son el único país que no dispone de esta significada capacidad.

En Navantia han visto la puerta abierta, y están en negociaciones para suministrar un sistema de armas naval, entre los que están los submarinos S-80+ como plato fuerte, y otros elementos. El plan de la compañía española pasa por un apoyo más complejo, y no limitarse a vender el producto y cortar la relación, sino involucrarse de una manera más extensa. De forma paralela a los submarinos, en el lote bien podría ir un sistema de armas de proximidad. En principio, esto último consistiría en varios cañones Millennium de 35 milímetros, montados sobre una base especial que se puede instalar fácilmente en fragatas existentes de la armada filipina. No serían necesarias modificaciones importantes en los buques y el proceso podría ser llevado a cabo localmente en el área franca de Bataán.

En el ofrecimiento de Navantia, y de forma paralela a la posible adquisición todo este equipamiento, entraría un extenso programa de entrenamiento de tripulaciones y personal. De forma accesoria, también habría transferencia de tecnología en operaciones y mantenimiento de submarinos, con idea de para respaldar la ambición del país de producir sus propios elementos de defensa.

Base de submarinos

Para albergar y mantener los futuribles S80+ filipinos completamente equipados, se establecería una base de submarinos completa, con infraestructura y apoyo logístico en Ormoc, en la isla de Leyte. Fuentes de Navantia han explicado que después de evaluar diversas ubicaciones potenciales en todo el país, este destino fue considerado el sitio ideal para la futura base. Factores como la protección geográfica contra el clima extremo, el bajo riesgo sísmico, la proximidad al aeropuerto de Tacloban, y el apoyo logístico de su puerto comercial han llevado a esta conclusión.

La ubicación de esta posible base de submarinos en el centro de Filipinas se alinea con la estrategia del gobierno de distribuir activos navales por toda su geografía, en lugar de concentrarlos en un único punto. Se espera que un movimiento así también impulse un rápido desarrollo económico del entorno, con la creación de puestos de empleos directos e indirectos.

La propuesta de Navantia también contempla la construcción y desarrollo de instalaciones de entrenamiento de última generación. En ellas, la futura tripulación de submarinos aprendería a operar la nueva clase de embarcaciones. Este sistema de simuladores navales ya funcionan en Cartagena, y han dado un excelente resultado. Los previstos para la armada filipina serían iguales, y contarían con el pleno apoyo de la Armada Española a la hora del manejo, y formación de las tripulaciones, tanto en su preparación en mar y tierra. 

Los primeros pasos en los cursos de capacitación de las primeras tripulaciones se realizarían en España, pero las posteriores sesiones de entrenamiento se llevarían a cabo su réplica filipina. Este centro contaría con las mismas instalaciones y simuladores, para la preparación del personal en distintos escenarios.

La participación de la Armada Española no solo estaría relacionada con la capacitación en operaciones y mantenimiento, sino también en táctica, y administración de activos.

No es la única oferta

Navantia es una de las tres empresas que hasta ahora han expresado interés en suministrar submarinos a Filipinas. El Grupo Naval de Francia y la industria también han expresado su interés. Es aquí donde ha de entrar la ‘diplomacia náutica’, con mayor presencia de navíos españoles en la antigua colonia, o el paso del Juan Sebastián Elcano. Serían jugadas importantes, a lo que habría que añadir el trabajo de la diplomacia tradicional, ventajas logísticas, industriales, y comerciales entre ambos países. 

Otra característica clave de la oferta de Navantia es la garantía del gobierno español sobre el préstamo por valor de la totalidad del contrato, algo más de 1.600 millones de euros. Esto debería llevar a una tasa de interés bajo en el crédito, ya que el riesgo sería asumido por el gobierno español. El pago comenzaría solo después de que se entregasen los submarinos, en un periodo de entre siete y ocho años.

Este tipo de decisión no siempre viaja en función de la calidad del producto, sino de otros elementos de orden político, y el gobierno de España ha de dar sus pasos de forma acertada. De momento, los filipinos, sonríen y esperan. Navantia también.

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