El Ejército de Tierra recluta a una cortadora de jamón para formar a sus 'boinas verdes'

El riesgo de las misiones más difíciles dentro del Ejército de Tierra no está reñido con el buen paladar. Buena prueba de ello es el curso formativo de corte y cata de jamón que incluyó el Boletín Oficial de Defensa (BOD) en su edición del jueves para los miembros del acuartelamiento Alférez Rojas Navarrete, la sede del Mando de Operaciones Especiales que se encuentra en el centro de Alicante y en la que se forman los ‘boinas verdes’, una de las unidades de élite de las Fuerzas Armadas.

La resolución del departamento que dirige Margarita Robles, a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE incluye una modificación parcial de un curso específico que empezó en junio y ya ha concluido. En ella aparecen una serie de categorías de «profesor» en el manejo del cuchillo jamonero dentro del acuartelamiento.

Así, un subteniente ha ejercido de «profesor principal» con un cabo primero de «personal de apoyo», mientras que un teniente coronel y un capitán han tenido el estatus de «profesor», la misma titulación que Esperanza Martínez Coll, la única cortadora profesional y ajena al estamento militar que aparece en la lista tras ser reclutada para enseñar esta «especialidad» dentro de las instalaciones castrenses.

En su caso se trata de la primera vez que el Ejército de Tierra recurre a ella, según confiesa a este diario. El curso tuvo una duración de 30 horas que se han ido repartiendo a lo largo de varias semanas hasta mediados de noviembre y en función de la disponibilidad de profesores y alumnos. Los jamones utilizados en las clases de corte y cata corrieron a cargo del acuartelamiento.

Un convenio suscrito entre el SEPE y Defensa

Martínez Coll explica que este curso es fruto de un convenio suscrito entre el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y el Ministerio de Defensa para la formación profesional de militares de tropa y marinería con contratos de carácter temporal dentro de las Fuerzas Armadas y que, en su mayoría, están obligados a dejar el Ejército cuando alcanzan la edad de 45 años. Una reinserción a la vida laboral civil que no es fácil para muchas personas que llevan vistiendo el uniforme desde su juventud.

Este convenio canaliza las subvenciones que concede el SEPE a través de la Dirección General de Reclutamiento y Enseñanza Militar (Digerem), que es el organismo de Defensa que aprobó en último término este novedoso curso formativo -junto a otros como inglés, programación o enfermería- y cuyo fin es mejorar la «cualificación» y los «perfiles profesionales» de los oficiales de tropa y marinería que ven cerca una «reincorporación al mundo laboral civil» tras su paso por los ejércitos.

«Con este tipo de cursos se les ayuda profesionalmente para que tengan una formación en hostelería para el día de mañana», subraya a THE OBJECTIVE esta «maestra cortadora» con más de veinte años de trayectoria profesional «en el arte de cortar jamón», según reza su página web.

«Una vez que han aprendido la técnica», hace hincapié Martínez Coll, «pueden optar a bodas y otro tipo de eventos» en los que se suele recurrir, cada vez más, a un cortador de jamón. «Es un trabajo muy lucrativo que cada día tiene más demanda», prosigue la profesora, quien ofrece una parte teórica sobre las razas del cerdo y la limpieza y conservación del jamón, junto con una parte práctica en la que se lonchean los jamones «por completo». Al final del curso, cada alumno se lleva un dosier con toda la teoría y un diploma acreditativo de su empresa.