Los hermanos de Morata también conocieron a su asesino a través de las redes: «'Family love'»
El autor confeso también mantenía conversaciones hace dos años con una de las víctimas a través de Facebook
D. H. Fazal Chouhdary, el autor confeso del triple crimen de Morata de Tajuña. | Alejandra Svriz
Amelia, Pepe y Ángeles Gutiérrez no solo conocieron a sus presuntos estafadores, bajo la apariencia de falsos perfiles, en las redes sociales. Facebook también fue el canal mediante el que los tres hermanos, en concreto, las dos mujeres, conocerían a su asesino, el pakistaní D. H. Fazal Chouhdary. El autor confeso del triple crimen de Morata de Tajuña también era uno de los amigos en internet de Amelia. Y así lo revelan distintos comentarios en uno de los tres perfiles que la madrileña tenía, según ha podido comprobar THE OBJECTIVE.
En distintas imágenes que la víctima compartía con su hermana o en las que aparecía ella en las redes, el presunto asesino aprovechaba para dejarles todo tipo de comentarios, siempre en inglés, como «Family love [amor de familia, en castellano]»; «happy people make lifestory partner [las personas felices se convierten en compañeros de vida]» o «very nice pictures [bonitas fotos]. Ninguna de las hermanas sabía otro idioma, pero eso parece que no fue inconveniente para que, en el caso de Chouhdary, conociese realmente a estos tres vecinos de Morata de Tajuña.
Según la versión del detenido, que el pasado domingo entró de forma voluntaria al cuartel de la Guardia Civil de Arganda del Rey (Madrid) para confesar el crimen, afirmando: «Buenas noches, el asesino de los hermanos de Morata de Tajuña soy yo», las víctimas le pidieron un préstamo de 50.000 euros, y estas últimas nunca se lo devolvieron. Razón por la que Fazal Chouhdary, movido por la venganza, acabó con la vida de los tres hermanos.
Vorágine de deudas
Los hermanos, según creen los investigadores, vivían sumidos en una vorágine de deudas desde hacía años a causa de ‘la estafa del amor’. Amelia y Ángeles Gutiérrez se habían enamorado de dos supuestos militares estadounidenses destinados en Afganistan en Facebook. Estos perfiles falsos les pedían dinero de forma constante por cualquier motivo: problemas laborales, muertes, herencias… Vendieron un piso que tenían en propiedad en Madrid y continuaron pidiendo dinero a amigos y vecinos para poder seguir pagando a sus estafadores.
En esa situación de desesperación, en la que ni siquiera disfrutaban de sus pensiones, que transferían inmediatamente cada mes a ‘sus parejas’, las dos hermanas conocieron a través de las redes sociales a Fazal Chouhdary. Ambas le pedirían un préstamo para seguir haciendo frente a todas las deudas y pagos que tenían. Prometerían devolvérselo con intereses, pero el dinero nunca se devolvió, según la versión del principal sospechoso de la Guardia Civil.
La situación llegaría hasta tal punto que incluso le llegarían a alquilar una habitación al asesino confeso en la casa familiar de Morata de Tajuña a cambio de retrasar el supuesto pago de la deuda. Una solución que terminaría en tragedia y antes en varias agresiones del pakistaní contra Amelia Gutiérrez, la hermana menor y quien supuestamente influía en los otros dos hermanos. Sus cuerpos fueron hallados sin vida el jueves pasado en la casa «parcialmente quemados, apilados y con restos de sangre».
La agresión con el martillo en Morata de Tajuña
El detenido, conocido como ‘El Negro’, protagonizó dos incidentes contra Amelia. El primero, en enero de 2023, cuando Chouhdary le propinó una bofetada por negarse a devolverle el dinero prestado. Y el segundo, un mes después, el 24 de febrero. Le golpeó con un martillo —un arma que los investigadores creen también uso para matar a los tres hermanos— dentro de la casa y después la pateó en el suelo. Un suceso que la víctima denunció y por el que el detenido estuvo en la cárcel unos meses hasta que, tras ser condenado por un delito de lesiones con objeto contundente, pudo, finalmente, salir de la misma el pasado 12 de septiembre.
Según apuntan fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), el Juzgado de lo Penal número 2 de Alcalá de Henares condenó a dos años de prisión al procesado y le prohibió aproximarse a menos de 500 metros y comunicarse con la víctima, Amelia Gutiérrez, durante otros dos años, después de que el Ministerio Público modificara su calificación provisional y la defensa se adhiriera a esta nueva calificación. Tras alcanzar así un acuerdo de conformidad, la defensa de Fazal Chouhdary solicitó la suspensión de la ejecución de la pena privativa de libertad, sin oposición de las partes.
Una vez comprobado que el acusado cumplía los requisitos para la obtención de este beneficio, esto es, carecía de antecedentes penales y había asumido el compromiso del pago de las responsabilidades civiles declaradas en sentencia (2.900 euros de indemnización a la víctima), el juzgado otorgó la suspensión de la ejecución de la pena, condicionada al cumplimiento de no delinquir en dos años y seis meses y satisfacer la indemnización a la que se había comprometido, señalan las mismas fuentes.
Móviles y movimientos bancarios
D. H. Fazal, sin embargo, tardaría pocos meses en delinquir, pese a tener una orden de alejamiento contra la víctima. La Policía Judicial de la Guardia Civil de Madrid, encargada del caso, trata ahora de comprobar todos estos hechos a través de los móviles y movimientos bancarios de las víctimas. Los investigadores barajan como principal hipótesis el ajuste de cuentas por la deuda relacionada con una estafa amorosa contraída por los tres hermanos, pero también tratan de averiguar cómo llegó a la vida de estos tres hermanos el asesino.
Según cuentan vecinos del pueblo a este periódico, el autor confeso tuvo que cerrar un locutorio que tenía en Arganda del Rey hace años, pero aun así pudo dejar a los tres hermanos 50.000 euros. ¿Cómo lo consiguió? ¿Por qué se fio de ellos? ¿Por qué accedió a vivir con los tres hermanos? ¿También tenía problemas de dinero? ¿Intento también estafarles previamente por Facebook como otros perfiles? Será el Instituto Armado quien deba esclarecer todas estas incógnitas.
