Dos refugiados de Ucrania, afectados en el incendio: «Bajamos y al volver estaba todo en llamas»
De escapar de la guerra en su país a ser protagonistas en el suceso que ha tenido lugar este jueves en Valencia
«Bajamos 20 minutos a la oficina de Correos y cuando volvimos intentamos salvar a nuestro perro, pero ya estaba todo en llamas». Así narra Lisa, una mujer ucraniana, la «horrible» situación que tuvo que vivir ayer después de llegar de aquel país en guerra hace unos meses para «perderlo todo aquí» en el incendio del edificio de Campanar, en Valencia.
Este es el testimonio de una de las afectadas por el incendio que ha acudido esta mañana al punto que ha habilitado el Ayuntamiento de Valencia para comenzar con los primeros trámites en el edificio de Tabacalera. «Nos intentan ayudar, pero nada va a devolverme a mi perro», ha lamentado.
La afectada, junto a su compañero de vivienda, que prefiere no dar su nombre, han criticado lo que han considerado «negligencias» graves en la construcción del edificio y han instado a que se den «explicaciones». Otro de los vecinos del edificio, Tomas Radavicius, ha lamentado que su piso en la quinta planta ardió completamente en cuestión de minutos. El joven, que estaba fuera del edificio cuando ocurrió el incendio, vivía con su mujer que sí estaba pudo salir del inmueble por su propio pie.
Una situación parecida vivió Yury, que volvía de un viaje de trabajo cuando su mujer le llamó para decirle que había un incendio. Pensando que sería algo rápido y que podría volver a casa, la mujer decidió coger los pasaportes y salir del edificio, pero finalmente la casa quedó completamente destrozada por el fuego.
«Es surrealista»
Al complejo se han acercado a lo largo de la mañana en torno a una veintena de personas, entre afectados, propietarios y personas que han venido a interesarse por cómo podían ayudar. Uno de ellos es Javier Galera, propietario de uno de los pisos quemados. Ha explicado que el inquilino del inmueble, que pudo escapar por su propio pie, le envío una foto del incendio al poco de declararse y pocos minutos después le volvió a enviar una en la que ya se veía el piso calcinado. «Es surrealista completamente», ha señalado.
A Galera le han transmitido que el proceso burocrático «va para largo»: «Tienen que ponerse de acuerdo muchas compañías de seguros, el de la casa y el de la finca», ha explicado, y ha señalado que todavía están hablando entre administraciones. Todos los afectados han explicado que en el punto les están ofreciendo información básica y atención psicológica, y pidiendo sus datos para comenzar el proceso. Al lugar se ha acercado también Vicente López, un taxista a quien un cliente le ha dejado unas mantas y algo de ropa y calzado para los afectados, y Violeta Ferrer, una joven que ha venido para preguntar cómo podía recaudar fondos para los afectados.