¿Miente Villarejo o el jefe de los Mossos?
Las comisiones de investigación del Congreso creadas por el independentismo se basan en el testimonio del comisario
Nunca creí que podría soportar una entrevista de más de cinco horas. Al principio fui reacio, pensé que nadie lo haría. Más tarde, personas a las que tengo estima intelectual me contaron su opinión y finalmente caí. Fin de semana de viaje, más de seis horas solo en el coche, me la bajé y la escuché… entera. Jordi Wild tiene uno de los programas más seguidos en España en YouTube y le hizo una entrevista de esa duración exagerada al comisario José Villarejo. Mi enganche fue total. Jordi le guió por los temas y le dio rienda suelta para contar lo que quisiera, sin cuestionar sus respuestas, sin repreguntar. Eso permite que el relato del comisario gane enteros en credibilidad. El momento más cómico, solo según mi opinión, es cuando contó que muchas de sus grabaciones no las hacía él, sino que el CNI le había instalado un programa de grabación en su móvil que activaban a distancia sin comentárselo. Así se hizo la grabación, dijo, de la fiscal Dolores Delgado mientras comían en octubre de 2009 con un grupo de conocidos. Eso sí, la Policía encontró la cinta en su poder porque, dijo, el CNI luego le daba una copia.
Alguien que cuenta esta historia increíble y otras muchas que parecen desenfocadas, ha participado a lo largo de su vida policial en un montón de casos en los que ha ayudado a proteger la seguridad nacional y los intereses de altas personalidades. Sin duda ha sido un policía que se la ha jugado, que ha arriesgado al límite, que se ha movido con soltura por el proceloso mundo de las alcantarillas del terrorismo, las drogas o el tráfico de armas cosechando innumerables éxitos.
La cuestión está en saber cuándo dice la verdad y cuándo tuerce la realidad. Escuchándole en The Wild Project –lo recomiendo, sin duda-, queda patente algo que ya sabía: es un maestro de la comunicación, un profesional de la venta callejera, un experto capaz de convencer a cualquiera de que lo que dice es la verdad. Nunca tuvo problemas para captar a quien hiciera falta para su causa y hay que seguir admirándole.
Tras su enfrentamiento hace años con el CNI, más concretamente con su entonces director Félix Sanz, que sacó a la luz toda su zona oscura y le llevó a la cárcel, no ha parado de criticarles y poner el foco en sus trapos sucios. No seré yo el que le critique por eso, pero sí pongo en cuestión muchas de sus afirmaciones porque las realiza sin aportar ninguna prueba.
Esta semana se han puesto en marcha las comisiones de investigación que los partidos independentistas pactaron con el PSOE a cambio de apoyar la investidura de Pedro Sánchez como presidente. Una sobre el caso Pegasus, otra sobre la operación Cataluña y una más sobre los atentados yihadista en Barcelona el 17 de agosto de 2017.
Al menos las dos últimas se sostienen en gran parte por las declaraciones que Villarejo ha formulado contra miembros del entonces Gobierno del Partido Popular y contra el CNI dirigido por Félix Sanz. El comisario jubilado es uno de esos protagonistas de la vida pública que pasa por la realidad de los medios de comunicación durante una temporada –o varias– y los políticos le creen cuando los beneficia y le desacreditan cuando los denuncia.
Ha dicho tantas cosas sobre esos temas que me voy a limitar a poner una única comparación. Acusó al CNI de cometer un error de cálculo con los atentados de las Ramblas por su deseo de dar un susto a Cataluña. Villarejo no tuvo ninguna relación directa con el tema, pero el responsable máximo de los Mossos d’Esquadra en aquel momento, José Luis Trapero, dijo exactamente lo contrario. En una entrevista con Jordi Juan, director de La Vanguardia, le preguntó por la teoría conspirativa que habla de un conocimiento previo del CNI sobre el atentado: «No tengo ningún indicio. La única realidad de aquel momento es que el CNI nos ayudó mucho en la investigación».
¿A quien han creído en Junts y ERC?: al que les interesa en este momento, a Villarejo.