El curioso lenguaje que existe en España y que no usa palabras: no es lengua de signos
Se trata de un sistema de comunicación originario de la isla de La Gomera utilizado por más de 22.000 personas
En la isla de La Gomera hay un sistema de comunicación que replica el idioma hablado en la isla pero de una forma muy curiosa: a través de silbidos articulados.
Conocido como el silbo gomero, se trata de un lenguaje utilizado por más de 22.000 personas capaz de transmitir una amplia gama de mensajes a larga distancia, hasta 5 km.
Aunque tiene su origen en la época prehispánica, ha sido transmitido de generación en generación a lo largo de los siglos y aún hoy en día se conserva.
El silbo gomero sustituye las vocales y consonantes del español mediante diferentes tipos de silbidos, permitiendo expresar más de 4.000 conceptos. Estos silbidos se distinguen por su tono y continuidad. Una vez adquirida la práctica suficiente, las personas pueden comunicarse eficazmente mediante silbidos en el abrupto paisaje de La Gomera.
Actualmente, todos los habitantes de La Gomera están muy familiarizados con el silbo gomero, ya que se enseña en los colegios desde 1999. Además, es muy habitual en diversas ocasiones, desde celebraciones religiosas hasta encuentros sociales, siendo considerado una parte fundamental de la cultura local.
El origen del silbo gomero
Los primeros pobladores de la isla de La Gomera fueron los creadores de este lenguaje particular, que también se utilizaba en El Hierro, Tenerife y Gran Canaria.
Principalmente, era una herramienta vital para los pastores, quienes necesitaban comunicarse estando distantes unos de otros y alejados de los poblados.
A medida que el idioma de los guanches, desaparecía tras la conquista, el silbo se adaptaba al español del siglo XVI, el idioma de los conquistadores.
A principios del siglo XX, el silbo gomero casi desaparece por completo, quedando solo unas pocas personas, mayormente mayores, que lo conocían y usaban, debido al declive de las actividades pastoriles y al desarrollo de las comunicaciones modernas.
Fue entonces cuando el Gobierno de Canarias incluyó la enseñanza del silbo gomero en los planes de estudio escolares y lo reconoció como patrimonio etnográfico en 1999, lo que garantizó su supervivencia como la muestra más viva de la tradición canaria. En 2009, la UNESCO lo declaró Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
El silbo gomero en la educación
En el año 2018, las autoridades canarias tomaron la decisión de ampliar la enseñanza del silbo gomero en dos aspectos clave:
- Incluyéndolo en el currículo de toda la educación básica, abarcando también los cursos de tercero y cuarto de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO).
- Expandiendo su enseñanza más allá de La Gomera, extendiéndola a toda la Comunidad Autónoma de Canarias.
La legislación autonómica también establece que los profesores encargados de impartir estos contenidos deben contar con una certificación en silbo gomero. En este sentido, en 2017, el Parlamento de Canarias respaldó la creación de una escuela oficial mediante una declaración institucional.
Además, el gobierno canario proporconó recursos educativos especializados a los profesores, como videotutoriales y píldoras informativas.
Para desarrollar estos materiales, en el curso 2021/2022, la Consejería de Educación contó con la colaboración de los propios docentes a través de proyectos como ‘Menudos silbadores’ y el Programa Enseñas, según especifica el Ministerio de Cultura.
Preservación del silbo gomero
El silbo gomero, como único lenguaje silbado conocido y practicado por una comunidad numerosa, se posiciona como un auténtico tesoro lingüístico y cultural no solo de la isla sino de España.
Su preservación no solo es crucial para mantener viva una tradición ancestral arraigada en la identidad de La Gomera y las Islas Canarias, sino que también ofrece oportunidades únicas para la investigación lingüística y antropológica.
Además, su inclusión en el currículo educativo no solo promueve el respeto por la diversidad cultural, sino que también enriquece la experiencia educativa de los estudiantes al fomentar habilidades cognitivas y fortalecer su conexión con el patrimonio cultural.