Exteriores ha aumentado un 126% el gasto en las fiestas del Ramadán en apenas dos años
La promoción de esta fiesta islámica por parte del PSOE no es sólo económica, sino también discursiva
La Casa Árabe que dirige la escritora y periodista Irene Lozano, y que depende del Ministerio de Asuntos Exteriores, ha aumentado un 126% su presupuesto para el Ramadán, el mes sagrado del calendario islámico, desde que la socialista está al frente del organismo. Si en 2022 se destinaron 22.091 euros a todas las actividades relacionadas con la festividad, el presupuesto para 2024 es de 50.000, según una resolución de Transparencia a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE.
El documento consultado por este medio, firmado por la propia Lozano, evidencia que España cada vez destina más dinero público al Ramadán. En 2022, la actividad más cara fue el concierto Kereshmeh, que costó 3.917,98 euros, mientras que en 2023, cuando se invirtieron un total de 48.099,16 euros en la festividad, se gastaron hasta 46.239,86 en un sólo concierto: Noches de Ramadán. También se hizo una inversión publicitaria de 8.712 euros en medios de comunicación en la que la única empresa beneficiaria fue Diario de Córdoba.
Para la festividad de este año el presupuesto se ha aumentado, aunque en el momento en el que se realizó la consulta solo se habían ejecutado 8.000 euros en razón de showcooking («demostración culinaria», en inglés).
PSOE y Ramadán
Pero la promoción del Ramadán por parte del PSOE, el partido mayoritario dentro del Gobierno, no es sólo económica, sino discursiva. De un tiempo a esta parte, los socialistas se han volcado en redes sociales con esta festividad musulmana, en un entusiasmo que choca con la discreción con la que reciben la Semana Santa o la Navidad, rebautizada como «las fiestas del afecto» por Pedro Sánchez en 2020, en una referencia que fue muy criticada por la comunidad cristiana.
Los socialistas son conscientes de que la comunidad musulmana cada vez es más numerosa en España, y ahí hay un nicho. En nuestro país ya viven 2,4 millones de islamitas, de los que 1,3 mantienen la nacionalidad extranjera y sólo 1,1 se han nacionalizado, lo que representa un 5% de la población total, según los últimos datos del Estudio demográfico de la población musulmana. Las regiones más concurridas por musulmanes son Cataluña (660.392) y Andalucía (395.913).
Irene Lozano
El pasado lunes, Irene Lozano compartió unas fotografías en redes sociales disfrutando del iftar, que es la comida que rompe el ayuno diurno durante el mes de Ramadán, junto a la embajadora de Marruecos en España, Karima Benyaich.
Lozano, biógrafa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, compartió también velada en la sede de la Fundación Tres Culturas con André Azoulay, consejero real del reino alauí y representante de la comunidad judía marroquí además de miembro del majzén, el círculo del rey Mohamed VI. A Azoulay el Gobierno le concedió hace unas semanas la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio, una de las más altas condecoraciones que otorga el Estado español.
Tras su paso por UPYD, Lozano se afilió en 2021 al PSOE y concurrió en las elecciones autonómicas madrileñas de mayo, en las que Isabel Díaz Ayuso arrasó. En noviembre de aquel mismo año renunció al acta y fue nombrada directora de la Casa Árabe, organismo vinculado al Ministerio de Asuntos Exteriores.
Su sorprendente nombramiento -en detrimento de un diplomático con veteranía y conocimiento en la región- no gustó a quienes trabajan en Casa Árabe ni a ella misma, que aspiraba a la codiciada Embajada de Londres. Dos años después, el malestar interno ya es un clamor: el proyecto languidece y Lozano es una directora ausente, más preocupada por sus columnas en medios, sus libros con Sánchez o sus retuits de la cuenta del presidente. El otrora empuje de la institución ha dado paso a un repliegue, una decadencia perceptible por sus funcionarios.
Azoulay es unos de los rostros que ha permanecido durante décadas cerca del poder en Marruecos. Bautizado en círculos israelíes como «el judío más poderoso del mundo musulmán», André ha sido consejero real de Mohamed VI y de su padre Hasán II. Es copresidente de la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo, establecida por Marruecos y la Junta de Andalucía con sede en Sevilla. En 2020 le fue concedida la Medalla de Andalucía a la Solidaridad y la Concordia y son habituales sus reuniones con el poder político andaluz, desde en su día la socialista Susana Díaz al actual presidente, el popular Juanma Moreno Bonilla.