El Gobierno solo cuenta el 26% de los filicidios de 2024: los cometidos por los padres
Igualdad ignora los infanticidios maternos, que duplican los cometidos por el progenitor masculino
En España se han cometido 35 infanticidios en 2024, pero el Gobierno sólo ha contabilizado nueve de esos casos. Para la Delegación contra la Violencia de Género, que sólo contempla los filicidios paternos, los otros 26 niños no constan. Esto significa que el 74% de los niños asesinados en un entorno doméstico han sido despreciados por no englobarse dentro de lo que el Ejecutivo llama «violencia vicaria», entendiendo esta como «violencia de género».
Ese es un concepto inventado por la psicóloga argentina Sonia Vaccaro y asumido por el Ministerio de Igualdad durante el mandato de Irene Montero. El gabinete de Ana Redondo no ha cambiado esta posición, a pesar de que cada vez más expertos lo rechazan por ser unidireccional (del padre a la madre), acientífico (reduce todos los casos a una única causa) y porque quita el foco de la verdadera víctima, el niño, para ponerlo sobre la mujer. Esta -la mujer- ha cometido la mayoría de los filicidios de 2024 en España, según el cálculo de la asociación Anavid, que ha contado hasta 20 perpetrados por la madre. También habría algunos infanticidios cometidos por el abuelo o por la pareja de uno de los progenitores.
El último filicidio materno confirmado se produjo el 21 de noviembre, cuando detuvieron a una mujer por asesinar a su bebé recién nacido, hallado sin vida en el interior de un inodoro en Mahón (Menorca). Ese mismo mes, el día nueve, tuvo lugar el penúltimo caso: una mujer mató a su hija haciéndola consumir pastillas hasta la sobredosis. La madre tenía antecedentes psiquiátricos. Ninguna de estas dos víctimas figura en la estadística oficial de Igualdad.
Así hasta veinte casos que no figuran en el relato oficial. Entre ellos, algunos tan llamativos como el de la madre que asfixió a su bebé de ocho meses en Zaragoza o el de la mujer que degolló tras nacer a su hijo en Gandía (Valencia). En este caso, los padres de la joven de 22 años no estaban al tanto del embarazo, y se encontraron el cuerpo sin vida del neonato dentro de una bolsa de basura.
«Víctimas de segunda»
Estos episodios han sido recopilados por Anavid, que ha hecho la labor que no hacen las administraciones, ya que el Gobierno no tiene ninguna estadística global sobre los filicidios (ni siquiera en los ministerios del Interior o de Infancia y Juventud). Anavid lo ha logrado con información publicada en los periódicos sobre infanticidios cometidos en el entorno doméstico. «No les importan los niños, ni tampoco las mujeres, y mucho menos los hombres», considera Jesús Muñoz, portavoz de la asociación, que lamenta que «el 75% de las muertes de los niños no las han tenido en cuenta»: «De esos 35 niños, 21 son bebés, la mayoría encontrados en vertederos o cubos de basura como si fuesen desechos».
Anavid condena «cualquier tipo de violencia, independientemente de quién sea el agresor, ya que consideramos que todas las personas y vidas humanas valen lo mismo». Están en contra del concepto «violencia de género» y «violencia vicaria», a partir de los cuales el Gobierno sólo contabiliza los asesinatos de hombre a mujer y de padre a progenitor, dejando por el camino muchas víctimas. Igualdad solo ha contado 56 de los 136 asesinatos cometidos en el entorno doméstico en 2024.
«¿Por qué la muerte de una mujer importa si es asesinada por su marido o exmarido, pero no si es asesinada por su novia, hermano, compañero de piso?», se plantea Muñoz, que denuncia que «hay víctimas de primera y de segunda».
Filicidios maternos
El Gobierno, a pregunta de la senadora del Partido Popular Cristina Ayala, admitió en 2022 que las mujeres cometen más filicidios que los hombres. El Informe sobre el homicidio publicado por el Ministerio del Interior en 2018 resalta (páginas 46-47) que «las mujeres matan mucho más que los hombres en el ámbito del hogar, a miembros de la familia. De hecho, la mayoría de víctimas (86,7%) de edad inferior a 18 años fueron asesinadas por mujeres». El Ejecutivo, sin embargo, se resiste a abordar esta realidad porque no encaja en su relato.
Sobre el porqué de esta tendencia, hay pocas explicaciones. Dominique Bourget y Pierre Gagné, en un estudio realizado en 2012 sobre los homicidios de parejas sentimentales, concluyeron que las homicidas femeninas de su muestra no estaban deprimidas, y solo una quinta parte se hallaban bajo los efectos de sustancias tóxicas. Es decir, que no actuarían por enajenación. Sea como fuere, en lo que convienen criminólogos como Beatriz de Vicente, Juan Carlos Gutiérrez y Victoria Pascual es en abandonar el término «violencia vicaria» para emplear, en todo caso, «filicidio por venganza», ya que este puede ser cometido también por una mujer.