La nueva jefa de Seguridad de Telefónica asesoró a García Ortiz el día que borró el móvil
Rodríguez Zapatero y el comisario jubilado Segundo Martínez intercedieron para colocarla en la multinacional
María Piedad Álvarez de Arriba. | Incibe
La nueva directora de Seguridad Global de Telefónica, la comisaria principal Piedad Álvarez de Arriba, asesoró al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, el mismo día en que el Tribunal Supremo abrió una causa contra él por un presunto delito de revelación de secretos relacionado con la filtración de información de Alberto González Amador, pareja de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, sobre su investigación por fraude fiscal.
El 16 de octubre, cuando el juez Ángel Hurtado dio el paso de abrir una causa contra García Ortiz, la situación tomó un giro inesperado. Fuentes consultadas por THE OBJECTIVE aseguran que la inspectora jefe encargada de la escolta del fiscal solicitó la ayuda de Álvarez de Arriba. La comisaria principal, que por aquel entonces ya lideraba la Unidad Central de Ciberdelincuencia, ordenó al comisario Juan Carlos Sancho, jefe de la Brigada Central de Seguridad Informática, que se encargara de la tarea. Sancho se desplazó hasta la sede de la Fiscalía General en la calle Fortuny de Madrid. Justo ese día García Ortiz procedió al vaciado de los datos de su teléfono.
Borrado del teléfono del fiscal general
El informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, tras un análisis forense de los dispositivos móviles incautados el 30 de octubre, confirmó que García Ortiz había borrado todos sus mensajes de WhatsApp, y lo hizo en dos ocasiones el mismo 16 de octubre. Según los datos recogidos por la UCO, no se encontraron mensajes previos a esa fecha en la aplicación de mensajería. El informe señaló que este vacío de información se debía a la eliminación intencionada de los mensajes de las conversaciones. Además, se descubrió que el fiscal general también había borrado su cuenta de Gmail asociada al mismo número de teléfono.
Sin embargo, los sistemas de WhatsApp y Google confirmaron a la Guardia Civil que conservaban copias de los mensajes eliminados, ya que ambas empresas mantienen un protocolo que permite la recuperación de datos suprimidos durante un período de seis meses. Según Manuel Huerta, experto en tecnología y CEO de Lazarus, la recuperación de los mensajes es totalmente posible debido a que García Ortiz usaba un dispositivo Android. Aunque se eliminara la cuenta de Gmail, las copias de seguridad del teléfono permanecen intactas en Google Drive, lo que asegura que los datos no se pierdan definitivamente hasta pasados seis meses desde su eliminación.
Colocada por Zapatero
Esta ayuda al fiscal general hizo que Piedad Álvarez de Arriba se ganara la confianza definitiva de los socialistas. Fuentes próximas al PSOE aseguran que el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, con el respaldo de su asesor de confianza, el comisario jubilado Segundo Martínez, intercedió para colocar a Álvarez de Arriba en este cargo estratégico dentro del gigante multinacional de telecomunicaciones.
El propio Zapatero, que sigue ejerciendo una influencia considerable dentro del Gobierno, estuvo detrás del ascenso de Álvarez de Arriba, que fue jefa de seguridad del gabinete del presidente Pedro Sánchez antes de su nombramiento en Telefónica. Segundo Martínez, antiguo jefe de seguridad de La Moncloa durante los gobiernos de Zapatero, ha sido una figura crucial en los movimientos políticos y policiales desde la llegada de Fernando Grande-Marlaska al Ministerio del Interior. Martínez no solo ha recomendado a Álvarez de Arriba para el puesto, sino que también ha jugado un papel decisivo en la purga dentro de la Policía Nacional desde la llegada de Sánchez al Ejecutivo.
Álvarez de Arriba cuenta con una carrera destacada dentro de la Policía Nacional, aunque con poca experiencia en el ámbito de la ciberseguridad, un campo en el que Miguel Sánchez, su antecesor, se había convertido en un referente. La comisaria comenzó su carrera como investigadora de Homicidios en la Jefatura Superior de Madrid, un puesto que le permitió forjar una sólida reputación en el cuerpo. Con el tiempo, ascendió a comisaria y se fue encargando de importantes responsabilidades dentro de la Policía Judicial, incluyendo el liderazgo de la Brigada Central de Delincuencia Especializada en Madrid. En 2019, asumió la jefatura del Gabinete del Departamento de Seguridad de la Presidencia del Gobierno, un cargo que la acercó aún más al círculo cercano del Ejecutivo socialista. Los últimos dos años ha sido jefa de la Unidad Central de Ciberdelincuencia de la Policía judicial.
