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Denuncian al director de la cárcel de Estremera por ordenar destruir nidos de aves protegidas

El responsable pidió retirar nidos de golondrinas por una cuestión estética, algo ilegal y que acarrea multas ecónomicas

Denuncian al director de la cárcel de Estremera por ordenar destruir nidos de aves protegidas

Prisión de Estremera. | EFE

Los problemas se multiplican en el centro penitenciario de Madrid VII, situado en la localidad madrileña de Estremera. Hace unas semanas, fuentes de la cárcel denunciaban trato de favor por parte del director, José Ángel Laso, a su mujer —también funcionaria de prisiones— tras haberle adjudicado un puesto de jefa de servicios y haberla distinguido el pasado 24 de septiembre, día de la patrona de las prisiones, con una mención honorífica. Ahora, según ha podido saber THE OBJECTIVE, han denunciado a José Ángel Laso ante el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil por supuestamente ordenar destruir varios nidos de una especie de ave protegida del edificio de jefatura de la prisión. 

La denuncia, a la que ha tenido acceso este diario, revela que los hechos ocurrieron el mismo día de la celebración de Instituciones Penitenciarias. El responsable mandó limpiar las citadas instalaciones y en concreto varios nidos de golondrinas «porque ensuciaban los cristales». Una orden que se ejecutó poco después «usando una manguera contraincendios» y que provocó la eliminación de la mayoría de esas nidificaciones. Varios trabajadores, según detalla el escrito policial, fueron testigos. Como prueba de esta acción, prosigue, en una de las columnas del edificio, todavía puede verse un nido de dichas aves.

La destrucción de estos nidos está prohibida por las legislaciones europea y nacional, y puede acarrear multas de hasta 200.000 euros, incluso si los hogares de estas aves se encuentran deshabitados. Estas nidificaciones están protegidas por la Directiva Europea de Aves, así como en distintas normas españolas, entre ellas la ley 42/2007 del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad. La orden del director del centro, por otro lado, ha creado malestar entre la plantilla del centro que «ha presenciado como, con total impunidad, se han eliminado los nidos, que llevan en la cárcel casi desde su apertura», advierten fuentes penitenciarias. Por este motivo, exigen que se depuren responsabilidades.

Descontento entre el personal

En paralelo, el descontento entre los funcionarios va en aumento desde hace meses por la relación que el director mantiene con el personal. «Todo el mundo quiere irse, hay cada vez más bajas y muy mal ambiente con la dirección», dicen distintas fuentes del penal. La situación ha llegado a tal punto que, advierten las mismas fuentes, «el responsable se dirige de las malas formas, levantado la voz e incluso advirtiendo a quienes se quejan que lo mejor que pueden hacer es irse en el próximo concurso de traslados». Recientemente, varios trabajadores de la oficina de administración se han dado de baja y el director habría amenazado con remitir su caso a la Inspección Penitenciaria. 

La cafetería de los empleados se ha convertido también en otro motivo de disputa con la dirección. Los funcionarios se quejan de que la instalación lleva cerrada más de siete meses y eso ha provocado que los funcionarios no puedan disfrutar de la misma para comer, cuando hacen jornadas de 11 horas diarias más el turno nocturno. A esto se ha sumado la clausura de las máquinas expendedoras que había en la prisión, en las que el personal laboral y la Guardia Civil podía adquirir café, bebidas y productos de comida envasados. Hasta ahora, advierten fuentes del penal, no se ha puesto ninguna solución al problema. 

Quejas de los internos de Estremera

Las quejas también se han extendido entre la población reclusa. Según estas mismas fuentes, algunos módulos del penal se han quedado en varias ocasiones sin calefacción ni agua caliente, lo que ha provocado el enfado de muchos presos. Además, no hay suficiente mobiliario, sobre todo de mesas y sillas, lo que obliga a los internos a deambular por el patio durante el día en vez de permanecer en sus módulos. En cualquier caso, no siempre pueden salir al exterior, habida cuenta de que el director ha estipulado que se cierre el patio durante el desayuno, la comida y la cena. 

Esta decisión ha sido interpretada como una «provocación» por los internos, que denuncian «sentirse encerrados». Si bien en otras prisiones esta norma también se ha establecido, fuentes penitenciarias explican que el déficit de personal en la cárcel es el que no permite vigilar distintas áreas a la vez, en este caso el comedor y el patio, por lo que se ha decidido limitar las zonas de vigilancia durante esos horarios.

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