Una investigación distintiva estudia el estado de los bosques ante una situación de sequía
La Universidad de Michigan y la de Almería han realizado una comparativa entre los bosques de EEUU, concluyendo que los más áridos se adaptan mejor
La Universidad de Michigan, en colaboración de la Universidad de Almería y el CICA (Centro Informático Científico de Andalucía), ha desarrollado una investigación en la que se evidencia cómo se recuperan los bosques estadounidenses ante la escasez de agua.
El patrón generalizado que muestran las conclusiones de la investigación consiste en que las masas forestales de la mitad oeste de Estados Unidos se recuperan antes de las pérdidas de agua que las de la mitad este: «Eso quiere decir que son capaces de reducir o parar la evapotranspiración. Cuando comienza la sequía, son capaces de parar esa liberación de agua desde las hojas de los árboles hasta la atmósfera», asegura Juan Miguel Requena, investigador del programa María Zambrano en la Universidad de Almería a THE OBJECTIVE.
El motivo de esta conclusión es que los bosques de la mitad oeste han estado evolucionando con un clima mucho más árido y períodos eventuales de sequía durante miles de años: «Por ello, tienen toda una batería de adaptaciones fisiológicas, que les permite cerrar los estomas, que son los agujeros de las hojas por los cuales sale el vapor de agua», explica Juan Miguel Requena. Además, afirma que esto no quiere decir que los bosques no se vean afectados negativamente ante un escenario de calentamiento global donde la intensidad y frecuencia de las sequías se vea acrecentada.
Los investigadores han valorado una serie de variables para comprender los factores que determinan la diferencia espacial entre los bosques del este y del oeste. Las variables estudiadas han sido: precipitación, temperatura, tipo de bosque, número de periodos de sequía o intensidad de los periodos de sequía. Estas dos últimas han sido fundamentales para extraer conclusiones.
Sin embargo, la «variable respuesta» para ver cómo los bosques responden a la sequía ha sido la evapotranspiración. «Concretamente, hemos visto la resiliencia, entendida como el tiempo que tarda un bosque en recuperarse de los valores de evapotranspiración que tenían antes de la sequía», asegura Juan Miguel Requena.
«La evapotranspiración es la pérdida de agua desde el ecosistema hasta la atmósfera en forma de vapor de agua», explica el investigador. La evapotranspiración es un proceso natural por el que los bosques introducen agua al ecosistema y forma parte del ciclo del agua. Sin embargo, si hay mucha evapotranspiración, puede ser perjudicial para el bosque ya que al liberar mucha agua a la atmósfera, se podría secar.
La investigación vincula el concepto de evapotranspiración y sequía: «Si la vegetación pierde mucha agua, es decir, si libera mucha agua a la atmósfera, primero se puede terminar secando esa cubierta vegetal con todas las implicaciones ecológicas que eso puede tener para los procesos y el funcionamiento de un ecosistema sano», continúa explicando Juan Miguel Requena a THE OBJECTIVE.
Además, tiene «decenas de implicaciones» como la intensificación del ciclo del agua. Si hay sequías más frecuentes e intensas, habrá ciertos tipos de vegetación que se encontrarán más forzados a liberar más agua. Esto es así ya que uno de los principales mecanismos que regula la evapotranspiración es la diferencia de temperatura entre la atmósfera y la vegetación. Por ello, habrá más demanda de agua hacia la atmósfera.
Otra de las características a destacar de este estudio es la extensión espacial: «Cuando se han realizado este tipo de estudios se han ido haciendo por parcelas, en una extensión espacial reducida y con puntos no continuos en el espacio. En este caso, en lugar de utilizar mediciones en campo se han utilizado mediciones de sensores a bordo de satélites», añade el investigador. Esta metodología permite obtener datos de evapotranspiración de manera continua en el espacio y en el tiempo.
La ejecución de modelos y análisis de datos de evapotranspiración ha tenido lugar en el Centro Informático Científico de Andalucía -CICA-, encargado de mantener los servicios de supercomputación del estudio.
Juan Manuel Requena cree que aunque no sea el objetivo principal del estudio, la investigación podría servir para la toma de decisiones a nivel político: «Yo tengo claro que hay buena voluntad política, pero creo que todavía falta mucho en los mecanismos para el traspaso de conocimientos, resultados que sean aplicables a la toma de decisión y a la gestión».
El investigador del programa María Zambrano encabeza y colabora con estudios que actualmente se encuentran en desarrollo. Uno en los que se trabaja está relacionado con «la zoonosis y las redes sociales». La zoonosis es la transmisión de una enfermedad infecciosa de un animal a un humano. Juan Manuel Requena, junto a su equipo valora el tratamiento y la exposición de la información sobre la zoonosis en las redes sociales.
Otro de los estudios puestos en marcha tienen que ver con «los posibles conflictos que puedan aparecer por la recolonización de grandes carnívoros en algunas zonas de la península ibérica como el oso, el lince o el lobo». Esta investigación es liderada por Miguel Delibes desde el Instituto de Estudios Sociales Avanzados -IESA-CSIC- de Córdoba. El objetivo del estudio será identificar los conflictos sociales que sufren ciertas poblaciones ante la expansión de estas especies.