La Universidad de Málaga crea un traje que simula tener 90 años
El objetivo de este traje es la creación de tecnología que facilite la vida a la personas dependientes y la concienciación empática
Un equipo multidisciplinar en la Universidad de Málaga ha desarrollado un proyecto en el que es posible experimentar las dificultades del envejecimiento. El proyecto «Vivir en casa» es impulsado por la Junta de Andalucía y la UMA – Universidad de Málaga – y es subvencionado por fondos europeos. Su objetivo principal es la creación de nuevas tecnologías que permitan a las personas en situación de dependencia una mayor calidad de vida. Para ello, trata de empatizar y concienciar sobre los obstáculos diarios a los que se enfrentan las personas dependientes.
El «traje de la empatía» está compuesto por numerosas partes que permiten tener una sensación integral sobre cómo viven las personas dependientes: unas gafas que dificultan la visión, unos cascos que reducen la audición, un lastre que complica la movilidad o unos guantes que simulan el Parkinson. El traje ha sido fabricado en Alemania y para su elaboración han participado estudiantes de diferentes ámbitos, desde trabajadores sociales hasta ingenieros.
«El traje va dirigido fundamentalmente a las personas que trabajan en situaciones de dependencia, y por otra parte a todo los alumnos de la UMA de profesiones relacionadas con la dependencia», ha asegurado a THE OBJECTIVE José Manuel Ramírez, jefe de Servicio de la Junta de Andalucía y profesor de la Universidad de Málaga.
Según las personas que han probado los simuladores de la vejez, la sensación es «impactante» y permiten entender un poco más las dificultades que viven las personas dependientes en su día a día. Los simuladores de dolores de rodilla y espalda o la sensación de no poder llenar un vaso debido a los guantes de Parkinson ayudan a comprender a las personas que lo sufren.
El proyecto «Vivir en casa» contará el próximo 6 de septiembre con la inauguración en Málaga del primer «Social Living Lab» de la dependencia en España. El «Social Living Lab» es un laboratorio de evaluación de las nuevas tecnologías con el fin de facilitar a las personas vivir en su entorno a pesar de que no tengan la capacidad de desarrollar las actividades básicas de la vida diaria. El espacio tecnológico contará con robots sociales, electrodomésticos inteligentes y una casa totalmente domotizada.
El objetivo clave de este laboratorio de evaluación es seguir desarrollando tecnología útil para «favorecer que las personas dependientes continúen su historia de vida desde sus hogares, donde les gustaría envejecer, y no tengan que ir a una residencia. El 96% de las personas dependientes quieren quedarse en sus casas y no en una residencia, por lo que deberíamos facilitar esto», afirma el profesor José Manuel Ramírez.
Tras la primera fase, el proyecto saldrá de las puertas del laboratorio para llevarlo a la casa de 15 familias malagueñas en situación de dependencia. Concretamente, estos ensayos se llevarán a cabo en la zona de Teatinos, donde se podrá seguir investigando a nivel social y tecnológico para facilitar la vida a estas personas.
Además del ámbito tecnológico, la concienciación en este proyecto resulta clave, sobre todo para aquellas personas que trabajan o trabajarán con personas dependientes. Según José Ramírez, comprender a estas personas permite relacionarse con ellas de una forma más empática: hacer escucha activa, gestión emocional, comunicación no verbal, ser tolerante o aprender a respetar la autonomía de la persona.
El proyecto «Vivir en casa» parte de la idea de que una persona, a pesar de que pueda ser muy dependiente, jamás pierde la autonomía personal: «Nosotros intentamos animar a utilizar las capacidades. No centrarnos en las limitaciones y aceptar el fracaso, apoyando a la persona para superarlo. Es decir, dar a cada persona el tiempo que necesite para tomar las decisiones», explica José Manuel Ramírez, jefe de Servicio de la Junta de Andalucía y profesor de la Universidad de Málaga. «Todas las personas tienen algo que avanzar, aunque se encuentren en una situación muy difícil, siempre tienen un punto para mantener su proyecto vital», añade.
España, un país envejecido
Según los datos ofrecidos por la UMA, en España existen más de dos millones de personas en situación de dependencia. Esta cifra representa más del 3% de la población española. Los datos de Eurostat sitúan a España como el segundo país de la Unión Europea donde más ha aumentado la edad media y el sexto país más envejecido.
Esta misma fuente asegura que los mayores de 60 años representan el 20,1% de la población española y la tendencia en los próximos años es que este porcentaje siga aumentando. De la misma forma, las previsiones apuntan a que en la siguiente década siga creciendo el índice de personas en situación de dependencia.
En Andalucía, más de 250.000 personas forman parte del Servicio Andaluz de Teleasistencia. Esta herramienta ha cumplido 20 años y es gratuita para los mayores de 80 años y para las personas en situación de dependencia. Desde el «Social Living Lab» también se plantea una mejora a este servicio, incluyendo novedades como un control de humos, de gases, de puerta o de espacios.
Nuevos retos
Uno de los retos a los que se enfrenta la investigación social es la llegada de la Inteligencia Artificial. Esta tecnología permite crear robots que pueden ofrecer conversación y compañía a las personas que experimentan la «soledad no deseada». Sin embargo, los investigadores se preguntan si estos robots sociales son capaces de sustituir el afecto de una persona. Las cuestiones a nivel ético están en la mira de los actuales estudios sociales.
La investigación tecnológica y social de «Vivir en casa» avanza y trata de presentar soluciones a una cuestión de gran relevancia. Ante un aumento exponencial en los próximos años de personas en situación de dependencia, los avances de este equipo multidisciplinar tratan de ofrecer una vía innovadora y humana ante una realidad, en ocasiones, muy dura.