Pánico en el autobús Burgos-Bilbao: el conductor se desvaneció
Dos de los viajeros tuvieron que hacerse con los mandos del vehículo en un arrebato de heroicidad
La situación que vivieron los pasajeros de la línea de autobús que cubre la ruta Burgos-Bilbao se puede calificar como «de auténtica pesadilla» cuando el conductor sufrió un desmayo cuando viajaba a 120 kilómetros por hora, lo que obligó a dos pasajeros a hacerse con los mandos del vehículo.
Los hechos sucedieron el domingo por la noche, cuando el autobús, a la altura de la localidad burgalesa de Lerma el conductor sufrió un desmayo más de treinta pasajeros a bordo.
Fue entonces cuando se desató el pánico entre los pasajeros, como no podía ser de otra forma. Dos de ellos tomaron los mandos y lograron desviar el vehículo hasta una zona de descanso, donde el chófer despertó y, tras un peligroso momento de confusión, logró detener el vehículo a la altura de Madrigalejo.
Según relata al periódico «El Correo» una de las pasajeras que vivió en primera persona la tensión del momento, se desató el pánico generalizado, los viajeros comenzaron a llamar y ponerse en contacto con los familiares y allegados para despedirse, puesto que veían que la situación había llegado al máximo de tensión y «estaba segura de que íbamos a morir».
Situación límite
«El hombre estaba tirado sobre el volante, circulando a unos 120 kilómetros por hora. Me puse a gritar, muy nerviosa. ¡Por favor, que alguien coja el mando del autobús, el conductor se ha desvanecido!». Fue entonces cuando dos hombres se hicieron con el volante del vehículo, pero el peso del conductor lo mantenía acelerado. Recorrieron «posiblemente» varios kilómetros en esta situación.
Finalmente y felizmente, la situación quedó controlada y fueron capaces de llevar el autobús a una zona de descanso donde la Guardia Civil hizo un atestado del incidente, en el que no hubo ni una sola persona herida y todo quedó en una heroicidad de los dos conductores que se hicieron con los mandos del vehículo y una pesadilla de los pasajeros que a buen seguro recordarán toda su vida.