Protección Civil declara la alerta por temperaturas elevadas en Castilla y León
El organismo dependiente de la Junta de Castilla y León declara la alerta por meteorología adversa desde las 12 horas de hoy, 7 de agosto, ante la previsión de temperaturas máximas por encima de lo normal
Nos disponemos, como ya apuntamos la pasada semana desde THE OBJECTIVE, a padecer la semana con las temperaturas más altas de lo que llevamos de verano y por ello, debemos estar alerta y buscar las fórmulas necesarias para llevarlo de la mejor forma posible.
Según las predicciones realizadas, desde la jornada de hoy lunes se espera un aumento generalizado de las temperaturas máximas en toda la Comunidad, que seguirán ascendiendo el martes hasta los 41ºC en Zamora, mientras en el resto del territorio se prevé que se vean superados los 36ºC. En cuanto a las mínimas, se espera un ligero ascenso progresivo.
El miércoles se espera que se alcancen las temperaturas máximas de esta semana, siendo la jornada más calurosa en esta ola de calor que afectará a Castilla y León, pudiendo llegar a alcanzar los 42ºC en zonas de meseta de Zamora y Valladolid, y los 39ºC en el resto. Además, en dicha jornada se espera una alta probabilidad de tormentas secas, siendo intensas en el cuadrante noroccidental. Las mínimas continuarán en ascenso.
La alerta se declara desde las 12:00 horas del lunes día 7 y se mantendrá hasta la que situación se normalice.
Recomendaciones a la población
Como consecuencia de ello, la Agencia de Protección Civil y Emergencias proporciona una serie de recomendaciones a la población para prevenir posibles emergencias derivadas de este episodio de calor. Entre ellas, evitar las actividades al aire libre en las horas centrales del día –entre las doce de la mañana y las seis de la tarde– así como prestar atención a la población de riesgo –que incluye personas mayores, pacientes con enfermedades crónicas (como pueden ser hipertensión, diabetes, cardiopatías…) y menores de cinco años–.
Se recuerda además la importancia de beber de manera regular, incluso aunque no se tenga sed, y abstenerse si es posible de la ingesta de comidas copiosas y calientes.
La exposición prolongada al sol puede traer consigo la aparición de un golpe de calor, cuyos síntomas suelen ser dolor de cabeza y mareos, náuseas y vómitos, temperatura corporal elevada –incluso por encima de 40º C– con ausencia de sudoración, calentamiento de la piel, desorientación…
Para ayudar a una persona que sufre un golpe de calor, se recomienda colocarla a la sombra, refrescar con agua fría o hielo –en especial en la cara y las axilas–, despojarle de ropa para airearla y, en el caso de que se encuentre consciente, animarle a que beba agua.
Además, se recuerda a la población que el fuego al aire libre está prohibido mientras se mantenga la alerta por incendios.