Junts traslada al PP que Puigdemont está dispuesto a negociar la investidura de Feijóo
El entorno del expresident mantuvo una conversación telefónica de carácter informal con un dirigente del PP catalán
Carles Puigdemont juega a dos bandas y no hace distinción entre PSOE y PP. El entorno del expresident de la Generalitat, prófugo en Bélgica, ha trasladado a la formación de Alberto Núñez Feijóo que escuchará a cualquiera que tenga algo que ofrecer a cambio de los siete votos de Junts en la investidura. Y eso incluye al PP, que habría movido ficha este fin de semana para sondear si realmente Puigdemont estaría dispuesto a dialogar sobre un eventual apoyo o abstención que permita a Feijóo alcanzar la presidencia del Gobierno, según informan fuentes de Junts a THE OBJECTIVE.
«Querían saber si hay agua en la piscina de Puigdemont antes de lanzarse», añaden las mismas fuentes. Precisan que fue un dirigente del PP en Cataluña quien mantuvo una conversación telefónica de carácter informal este fin de semana con el entorno de Puigdemont: quería saber si realmente estaría dispuesto a negociar algún tipo de pacto, siempre en el marco de la Constitución, que permitiera hacer presidente a Feijóo. La llamada habría ocurrido tras el recuento del voto en el extranjero, cuyo resultado impide desde el viernes que Pedro Sánchez pueda ser investido si no consigue el sí de Junts.
A preguntas de este diario al respecto, el PP señala que «no responde a rumores ni a posibles elucubraciones». Sin embargo, desde el entorno del expresident de la Generalitat aseguran que en esa conversación telefónica se trasladó el mensaje de que Puigdemont no tiene ningún problema con el PP ni con Feijóo. «Él no autorizó las escuchas del CNI, ni fue quien dijo en campaña que traería a Puigdemont, ni tampoco quien permitió que se pusieran balizas en su coche», añaden desde Junts como muestra de que en estos momentos no existe predilección entre pactar con el PSOE o con el PP.
Exigencias al PP de Puigdemont
No obstante, en esa llamada también le habrían trasladado al PP que las exigencias para Feijóo son las mismas que para Pedro Sánchez. Las que hizo públicamente el propio Puigdemont tras las elecciones generales del 23-J, al ser preguntado por su posible apoyo a la investidura del líder del PSOE: un referéndum de independencia y la amnistía para 4.000 independentistas con cuentas pendientes con la Justicia por desórdenes y altercados.
El PP cerró públicamente este lunes la posibilidad de negociar con Junts. Lo hizo para zanjar el debate interno desatado el domingo por unas declaraciones del vicesecretario de Coordinación Autonómica y Local del PP, Pedro Rollán. Afirmó que los populares estaban dispuestos a hablar «con todas y cada una de las formaciones políticas siempre que estén dentro del marco de la Constitución Española». Se interpretó que el PP abría la puerta a Junts, pero estableciendo líneas rojas. Las declaraciones de Rollán habrían coincidido con ese contacto informal o sondeo telefónico de un político del PP catalán con el entorno del expresident de la Generalitat.
Las críticas recibidas por un posible diálogo con el partido de Puigdemont -a raíz de las palabras de Rollán- hicieron que la secretaria general del partido, Cuca Gamarra, diese portazo públicamente a esa opción este lunes. «Nosotros somos un partido serio y previsible. Esa cuestión no se encuentra sobre la mesa. No ha estado ni estará sobre la mesa», aseveró Gamarra en Génova. El presidente del PP en Cataluña, Alejandro Fernández, había afirmado a primera hora de la mañana que descartaba negociar con Puigdemont.
Rechazo inicial a Sánchez
El expresident de la Generalitat no cierra en absoluto la puerta al PP a pesar de las declaraciones de Génova. Bajo su perspectiva no hay distinción a la hora de pactar con Feijóo o con Sánchez. Siempre y cuando se mantenga al margen de las conversaciones a Vox, igual que rechaza a Sumar como interlocutor con el PSOE. «Le da igual quien gobierne en España, para él lo importante es Cataluña y está dispuesto a escuchar a cualquiera que quiera gobernar en Madrid», añaden desde Junts. En la formación de Puigdemont se muestran sorprendidos de que la izquierda esté dando por seguro su apoyo a la investidura de Sánchez. Especialmente tras el cambio provocado por el recuento del voto en el exterior el pasado viernes.
En Junts creen que el PSOE y Sumar no han entendido las razones por las que Puigdemont lleva «seis años en el exilio» y no están calculando que una repetición electoral, propiciada por su negativa al referéndum y la amnistía, podría dar más fuerza a Puigdemont. Según los cálculos de este partido, la caída en picado de ERC por sus pactos con el PSOE y con Sánchez provocaría un vuelco en el voto independentista en una eventual repetición electoral. De los siete escaños del 23-J, en las filas de Puigdemont creen que podrían dispararse a una horquilla de entre 12 y 15 diputados.
Ya durante la campaña del 23-J, Puigdemont advirtió que «no apoyaría a Sánchez por mentiroso». «Exactamente, ¿qué incentivo tenemos nosotros para hacer primer ministro a un mentiroso y un incumplidor?», indicó el pasado 15 de julio en una entrevista con el diario Ara. Recriminó entonces la predisposición de ERC a facilitar una nueva investidura de Pedro Sánchez: «No lo entendí hace cuatro años. No se puede ir a una negociación con este señor sin tomar todas las precauciones. Pagar por adelantado a un tío al que no le comprarías un coche de segunda mano es un deporte de riesgo».
Excluye a Sumar y Vox
Ante este panorama, la intención de Junts es abrir la puerta por igual a PSOE y PP. Pero con condiciones y sin aceptar en la mesa de diálogo a Sumar ni a Vox. Puigdemont solo negociaría con el partido que encabece el futuro gobierno, sin importarle con qué socio formen coalición, siempre y cuando ninguna otra formación se inmiscuya en las conversaciones con Junts sobre la investidura. Y manteniendo las mismas exigencias de partida: un referéndum y una amnistía que —según afirman desde el partido de Puigdemont— estarían dentro del marco constitucional que pide el PP.
El líder de Junts expuso públicamente ambas condiciones tras las elecciones del 23-J, sin precisar ni mencionar en ningún momento que el referéndum tuviera que ser necesariamente vinculante. La Constitución permite consultas de carácter consultivo y no prohíbe expresamente las amnistías a grupos concretos de personas que aún no han sido condenadas en firme. El artículo 62 de la carta magna establece que no se podrán «autorizar indultos generales», añaden desde Junts, pero no hace referencia a posibles amnistías.