THE OBJECTIVE

Arquitectura, un arte de ideas antes que de espacios

THE OBJECTIVE conversa con la arquitecta italiana Teresa Sapey sobre la capital española, sus proyectos, el diseño y la mezcla de estilos en Venecia

Arquitectura, un arte de ideas antes que de espacios

Teresa Sapey. | Carmen Suárez

THE OBJECTIVE conversa con la arquitecta Teresa Sapey (Cuneo, Italia, 1962), luego de recibir el Premio de Honor a la trayectoria profesional por Casa Decor y a mejor Estudio Interior por IADE 2023. En la década del 2000 fue conocida como «madame parking», por hacer de estos inhóspitos espacios, puntos de referencia, luego por acertar con potentes colores sus interiorismos y proyectos arquitectónicos. Actualmente, la encontramos inmersa en la proyección de inmuebles de lujo en Venecia

Nos encontramos a Teresa en su taller, en el pleno barrio madrileño de los Jerónimos, el espacio define muy bien su estilo, se trata de una gran «caja blanca» con acentos de estridentes colores. Acaba de llegar de Venecia, desde donde hace un tiempo, vive a caballo entre sus hermosos canales y Madrid. Actualmente está trabajando en tres distintos proyectos en la ciudad italiana y, aunque pareciera que la tecnología podría ser imprescindible para acortar las distancias, cuenta que, para su profesión, no siempre es lo más recomendable. «Creo que la arquitectura no permite trabajar desde casa, por ejemplo, porque por más conectado que uno pueda estar, cuando tienes que diseñar un espacio o cualquier objeto, es importante estar en equipo de manera presencial», señala. 

PREGUNTA.- ¿Cómo va el ritmo del estudio? ¿Luego de la pandemia hubo muchos cambios? 

RESPUESTA.- Luego de la pandemia vimos que debíamos replantearnos ciertas cosas, y nos asesoramos con un consultor externo para ver hacia dónde nos debíamos dirigir como estudio. Fue muy importante porque nos hicimos conscientes de qué queríamos para un futuro. La arquitectura y el diseño abarcan mucho. En los últimos tiempos también se incorporó mi hija (Francesca Heathcote Sapey), que venía de trabajar muchos años en Londres. Ha sido como una recarga de energía y además está abriendo el mercado en Medio Oriente, concretamente en Riad, Jidda y Abu Dabi.

Residencia en Londres. | Cortesía Teresa Sapey+ Partners

P.- Están en tres proyectos paralelos en Venecia, una ciudad muy turística y a su vez, complicada para adaptarse y ubicarse…

R.- Totalmente, además soy de Torino y he vivido en Londres, París y Madrid, así que estoy acostumbrada a las llamadas ciudades «campamentos romanos», por lo cuadriculadas. Ubicarse en Venecia es difícil y he tardado mucho, porque además el propio GPS se vuelve loco, pero ahora ya conozco muy bien los barrios. Las historias venecianas también me han descubierto un mundo maravilloso. Encuentras todo tipo de relatos históricos. Hace poco me enteré que la cubertería llegó a Venecia desde Turquía, por la mujer turca de un noble, las venecianas la veían como «primitiva» y terminó siendo la sofisticada, porque comía con utensilios y no con las manos, como se hacía en la época.  

P.- De los proyectos que están haciendo, el del Palazzo Ponte Piccolo es impresionante…

R.- Creo que no tiene precedentes en la ciudad. Previamente había querido trabajar con el grupo Knight Frank, pero la idea se frustró porque querían hacer un hotel y no se pudo obtener el permiso. En Venecia todo está muy parametrado en temas de construcción. En 2020 decidieron hacer del proyecto las viviendas de lujo más importantes de la ciudad. Cuando fui a conocer el lugar me quedé maravillada y me propuse ganar el concurso que habían convocado. Se trata de un antiguo convento de monjas canossianas, con vistas a la Giudecca y a la Punta della Dogana, nuestros partners son el estudio local Al Group. La idea del proyecto es el de poder vivir en un palacio veneciano, pero con todos los servicios de lujo posibles, con embarcadero privado, piscina exterior e interior, spa, jardines y todo el año con servicio de concierge

P.- ¿Cómo se pueden intervenir los espacios con tantas restricciones a nivel arquitectónico? 

R.- En arquitectura se puede hacer muy poco porque todo está muy protegido. El verdadero reto ha sido conocer la forma de construir en Venecia: es diferente del resto del mundo. Cuando comenzamos a trabajar hace tres años fue como volver a la universidad. La terminología o el modo de construir son únicamente propios de la ciudad. Además del trabajo de construcción, hemos tenido que hacer casi paralelamente un proyecto de investigación, tanto para las técnicas como para los materiales.

P.- También están trabajando en el antiguo palacio de un «Doge», una figura que se remonta al siglo VIII de Venecia.

R.- Sí. El «Doge» era un antiguo título nobiliario, que cumplía la función de «duque» o «jefe» de Venecia. El edificio es hermoso, es para la cadena Room Mate, un hotel de dieciséis pisos. Ya terminamos la arquitectura. Ahora hemos arrancado con los interiores junto al estudio veneciano de Alberto Torsello. Y también estamos haciendo una residencia privada.

P.- ¿Cuáles son los elementos arquitectónicos que encuentra más venecianos? 

R.- Hay varios. Por ejemplo, una constante es el suelo roto, o la vidriera, la alcoba por excelencia y los dormitorios con un espacio añadido. La cama central también es muy repetitiva; también el eclecticismo es muy veneciano.  En cuanto a los materiales, el barro machacado se utiliza bastante porque dura mucho más. Hay que tomar en cuenta que Venecia está en una especie de laguna salada, el clima es húmedo y extremo porque hace mucho frío o mucho calor y la lluvia hace que el agua suba y baje constantemente. 

Salón de estar en el Palazzo Ponte Piccolo. | Cortesía Teresa Sapey+ Partners

P.- Es difícil clasificar el estilo veneciano. Está el gótico italiano, Bizancio, rasgos arquitectónicos islámicos, ente otros… 

R.- Hay un poco de todos. Esto tiene que ver con el gran puerto que fue Venecia, y su amplia red comercial, desde donde llegaba y partía de todo. Por eso también es tan maravillosamente kitsch. El intercambio llegaba desde Turquía, Asia, África y cada importación traía un estilo, sus propios colores o materiales. Arquitectónicamente, sus diseños y todo lo que abarca esta práctica está muy protegido. Por eso nosotros tenemos para cada proyecto socios locales. 

P.- Hablamos de formas, colores y materiales que contrastan mucho con el diseño al que estamos acostumbrados quienes conocemos la obra de Teresa Sapey + Partners…

R.- Sí, pero creo que hemos logrado hacer un buen equilibrio, porque en ninguna parte he encontrado esa «caja blanca» de la que suelo partir. Intervenir ha sido un trabajo complicado, pero lo he conseguido. Por ejemplo, con el cromatismo del estuco, en los revestimientos de los armarios, en la iluminación, en los cuartos de baños. La arquitectura de interiores la he hecho siempre interviniendo en colores venecianos, como el verde guisante, apartando los naranjas o amarillos fuertes que tanto me gustan. 

P.- Y desde la pandemia, ¿siente que ha cambiado la forma de viajar o de movilizarnos?

R.- Pienso que hay varios aspectos que han cambiado y que además han llegado para quedarse. Un ejemplo es la idea del urban resort, ese nuevo concepto, que permite que el viajero se hospede alejado de la ciudad, pero a una distancia prudente, con la posibilidad de desplazarse hacia el centro en cualquier momento. Es una nueva forma de viaje que ha surgido después de la pandemia, de turistas que no quieren estar entre el tumulto y prefieren hacer un turismo más pausado. Se puede estar en la piscina durante el día y en la tarde pasear por el centro de la ciudad. Nosotros estamos terminando un urban resort en el barrio Garbatella, entre Fumicino y el centro de Roma.

Espacio interior en residencia de Madrid. | Cortesía Teresa Sapey+ Partners

P.- En los últimos años, Madrid se ha posicionado como una ciudad puntera de Europa, en gran parte por el boom inmobiliario… 

R.- Sí, creo que Madrid es una de las ciudades más in del mundo en este momento, y si me preguntas por las europeas, te diría que son Milán, Lisboa y Madrid. El éxito de Madrid creo que se debe a que es una ciudad muy humana en la que se puede caminar. Creo que si se ha vuelto una opción para los latinos es por eso, a diferencia de Miami, por ejemplo, que está llena de autopistas. Pero no sólo Madrid, creo que España está siendo un país cada vez más atractivo para invertir a nivel inmobiliario. Nosotros estamos haciendo en la costa cerca de Alicante, pisos vacacionales y los entregamos totalmente amoblados, diseñamos todo. El cliente es sobre todo del norte de Europa. Está a cuatro horas de Madrid y el clima es maravilloso. Imagínate llegando de Oslo o Estocolmo: se sienten en verano todo el año. 

P.- España tuvo un momento de mucha proyección internacional, arquitectónicamente hablando. La Escuela de Arquitectura de Harvard tuvo como directores a figuras como Sert, Moneo o Ábalos. ¿Cómo ve al gremio en la actualidad?

R.- Pienso que falta visibilidad hacia el sector. También es cierto que a veces el cliente o el mercado en España tiene miedo a osar o probar y van a lo seguro, nada se sale mucho de las normas y eso puede atrasar en cuanto a las tendencias o los debates internacionales. Pero tampoco el mercado puede ser una excusa porque para hacer buena arquitectura no se necesita de grandes espacios, sino de grandes ideas.  

Lámpara Blossom

P.- ¿Siente que la figura del arquitecto está debidamente valorada?

R.- Debería estarlo más. Hay gente que cree que cualquiera puede diseñar y no es así. El arquitecto tiene que aportar un valor añadido, que se traduce en calidad de vida. No tiene que ver sólo con lo estético, sino con lo funcional, con el bienestar y el sentido de movilidad. Pero la nuestra es una profesión del amor, no del dinero. Si quieres hacer dinero es mejor que estudies economía, no arquitectura. Luego siempre hay excepciones, pero hay que dar mucho y a veces se recibe menos. No se puede cuantificar como un abogado, que en cuanto llegas te empieza a cobrar. 

P.- ¿Qué proyectos le quedan por hacer?

R.- Todos. Acabo de diseñar la valla de una casa y me ha encantado. Algo que parece tan simple puede significar un gran reto. Siempre digo que me gustaría hacer una bodega porque he visitado muchas y me gusta el buen vino. Los espacios efímeros también me encantan. El año pasado la experiencia en ARCO y el proyecto Contorno de Agua con Formica fue maravillosa. Acabamos de inaugurar en Cancún la tienda nueva de Vondom y como producto lanzamos la lámpara Blossom en el Salón del Mueble de Milán. Como estudio creo que nunca hemos tenido el nivel de proyectos que estamos llevando ahora. Pero considero a nuestro equipo como una sastrería del espacio, donde lo más importante es mantener la calidad antes que la cantidad. 

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D