Los funcionarios de la cárcel de Valdemoro denuncian cacheos por parte de la Guardia Civil
Los sindicatos critican que los cacheos estaban dirigidos específicamente contra los empleados de la prisión
La cárcel de Valdemoro (Madrid) sigue siendo un foco de conflicto para el Ministerio de Interior. Y no precisamente por sus presos. Años después de la presunta detención ilegal y posterior encarcelamiento sin pruebas de cuatro funcionarios de la prisión madrileña, un asunto que aún sigue siendo investigado en los juzgados, los funcionarios de este centro penitenciario han denunciado otro presunto abuso de poder contra ellos. En concreto, los sindicatos que les representan han puesto una queja por el cacheo indiscriminado que ha sufrido tanto el autobús de funcionarios como varios delos vehículos de los trabajadores del centro penitenciario de Madrid III Valdemoro.
Los hechos se remontan al pasado jueves 27 de julio, alrededor de las nueve de la noche, cuando en la carretera de Pinto a San Martin de la Vega, la Guardia Civil estableció un control coincidiendo con el relevo del personal que tenía que acudir a trabajar al Centro Penitenciario Madrid III Valdemoro en el turno de noche. Durante dicho control, detuvieron tres coches de trabajadores, incluido el jefe de servicios, que se dirigían a la prisión para su turno de trabajo, según un escrito remitido por el sindicato Acaip-UGT a la dirección general de Instituciones Penitenciarias del Ministerio del Interior.
A pesar de identificarse como funcionarios de prisiones y alegar la prisa que tenían por hacer el relevo de la guardia saliente, los trabajadores fueron sometidos a un exhaustivo cacheo, incluyendo la revisión de sus pertenencias personales, como mochilas y comida. Además, los afectados consideran que fueron tratados de manera indignante.
Apenas cuatro días después, el domingo 30 de julio, la misma escena se repitió en el mismo lugar. En esta ocasión, dos oficiales de la policía municipal de Pinto y tres guardias civiles llevaron a cabo el control, cacheando varios coches y a sus ocupantes, incluyendo nuevamente al jefe de servicios. El registro y cacheo también afectó a los dos autobuses que llevan a los empleados públicos al centro penitenciario.
Siempre según el escrito remitido al ministerio que dirige Fernando Grande-Marlaska, los guardias civiles revisaron las mochilas de los ocupantes y llegaron incluso a hacer palpaciones corporales a algunos de ellos, obligándolos a quitarse los zapatos y calcetines para verificar si ocultaban algo en su interior. De nuevo, los sindicatos denuncian que los comentarios realizados por los agentes durante el procedimiento resultaron inapropiados y sugestivos.
Controles en busca de drogas inexistentes
Los sindicatos denuncian que esta no es la primera vez que la Guardia Civil realiza cacheos a los trabajadores del centro penitenciario de Valdemoro al acudir a sus puestos de trabajo, buscando específicamente drogas en los mismos. Los representantes de los trabajadores consideran que esto pone en duda la honorabilidad, responsabilidad y profesionalidad de los empleados públicos de dicho centro. Además, mencionan casos previos en los que trabajadores del centro fueron acusados y detenidos injustamente, resultando luego declarados inocentes por el juzgado.
Según los sindicatos, los hechos descritos parecen indicar que los cacheos estaban dirigidos específicamente contra los funcionarios de prisiones. En este sentido, se destaca que solo se cacheó a los empleados públicos del autobús, mientras que los conductores no fueron detenidos ni obligados a bajar del vehículo. Y, por si fuera poco, la coincidencia del control con la hora del relevo y la proximidad del centro penitenciario también genera sospechas.
Ante estas circunstancias, los sindicatos solicitan información sobre los motivos detrás de los controles establecidos por la Guardia Civil en la localidad de Pinto, justo en el momento del relevo de los funcionarios de prisiones, y la detención y cacheo de coches y mochilas con la cena de los trabajadores.
Por otro lado, exigen la reparación del daño causado y explicaciones sobre la reiterada puesta en duda de la plantilla de empleados públicos de la prisión de Valdemoro, así como los cacheos al autobús de funcionarios, que incluyen insinuaciones de corrupción y trato desagradable. Y, finalmente, demandan que el Ministerio de Interior adopte medidas para evitar que hechos similares vuelvan a ocurrir.